Susana Balbo, Chair del W20 Argentina: “No es nosotras o ellos, somos todos"

"Queremos un mundo que no deje a nadie atrás", así dio inicio Susana Balbo –Chair del W20 Argentina–, a los tres días de cumbre de este evento considerado "el G20 de las mujeres". En el Centro Cultural Kirchner (CCK) se reunieron grupos de afinidad y quienes más saben de la actualidad femenina (incluyendo organizaciones civiles y de emprendedoras) a debatir sobre el empoderamiento y el desarrollo económico de la mujer.

Ciento cincuenta y cinco delegadas labraron un escrito con recomendaciones de políticas que a fin de año serán parte de la agenda del G20 –que reúne a las veinte economías más importantes del mundo y que este año se realiza en la Argentina–. Reconocida internacionalmente y pionera en un mundo de enólogos, la argentina Balbo fue quien presidió el encuentro.

"Hablamos de inclusión financiera, digital, laboral y rural a pedido de Argentina. De ese 40% invisible de la sociedad que vive en zonas rurales y donde sólo el 25% tiene un salario formal", destacó Susana en un alto entre reuniones y paneles. "Muchas veces escuchamos que hablar de dinero está mal visto, pero ¡hay que hablar! Porque el dinero es libertad. Libertad de elegir con quién querés estar, saber adónde querés ir, qué es lo que querés hacer de tu vida, y para eso es muy importante la inclusión financiera".

-En este W20 remarcaron que en el mundo es la mujer la que decide qué se compra, qué se gasta…

-Decide en qué se invierte en la casa, pero con la cuenta a nombre del marido o el padre. Esto no debe ser así. Yo no inicié como "hija de", "mujer de", fui fundadora de mi propia empresa. La reina Máxima de Holanda dijo hace unos días que "las mujeres somos impulsadas a emprender". En mi caso, llevaba un año sin cobrar mi salario en una empresa, tenía dos hijos, era cabeza de familia (porque mi esposo estaba enfermo), tenía que salir adelante y me vi impulsada a emprender. Trabajaba en vitivinicultura, un ambiente difícil, pero me dije "Nunca más voy a esperar que me paguen un salario", ¡es que ya no había un verdulero al que no le debiera un kilo de papas! Muchas veces las mujeres emprendemos porque no tenemos trabajo. Y también nos frenamos porque pensamos qué va a pasar con nuestros hijos…

-¿Cuánto pesa la familia a la hora de abrirnos paso en la sociedad?

–Pesa mucho la responsabilidad. Por eso muchas hoy eligen no tener hijos. Y no tenemos por qué elegir tener familia o una carrera, podemos tener ambas. Eso con una mesa nivelada, con centros de cuidado para niños, para mayores… ¿por qué se da por garantizado que tiene que ser la mujer la que se hace cargo de los padres ancianos? En Argentina tenemos 247 mil graduadas de universidad pública que, por elegir tener un hijo, no se pueden reincorporar a la fuerza laboral. Un lucro cesante para el país. Debemos facilitar que vuelvan, brindarles centros de cuidado… Cosas como esas hemos puesto en el libro con las recomendaciones.

-Te tocó estar al mando del W20 entre mujeres influyentes de todo el mundo, ¿cómo estamos?

-Argentina está situada en el medio. No avanzada como Europa –donde casi no hay brecha salarial, 6%–, nosotros estamos en un 27% de brecha salarial, mucho. Pero ¿sabés en qué invierte la mujer cuando tiene dinero en sus manos? En la educación de sus hijos, en el mejoramiento de la casa. Para mí el dinero se ha hecho para invertirlo y para disfrutarlo (¡yo no me lo pienso llevar conmigo, eso lo tengo clarísimo!), me costó muchísimo ganarlo. Por eso me gusta contribuir. Cuando tenemos el acceso, lo importante es que construyamos una sociedad más equitativa. Tengo un hijo de 33 años, una hija de 31 y nietos. Hoy veo que esta generación joven comparte en pie de igualdad el cuidado de la casa, las tareas, ¡eso no me sucedió a mí! A mi marido había que entregarle a los hijos bañados y con los pañales cambiados. Nosotras tenemos que vencer estas presiones.

-Esta cumbre llega en un momento donde todo se divide en feministas y no feministas…

–Aquí no somos ni feministas no antifeministas, somos femeninas. Mujeres orgullosas de nuestro género que estamos clamando para poder trabajar en un pie de igualdad y mejorar el progreso como sociedad. A veces escucho que las feministas hablan de ellas nomás, y no es nosotras o ellos, somos todos.

 -Hoy entregás el escrito con las recomendaciones para el G20, ¿cómo sigue?

-Yo quiero creer que se transformarán en políticas públicas. Es nuestra lista de propuestas, el trabajo de un año. Pero como en un rincón de mi corazón soy un poco escéptica, lo acompañamos con acciones concretas probadas con éxito en alguna otra parte del mundo.

 -¿Vamos por buen camino?

 -Es como en las leyes de la termodinámica, primero hay una resistencia que se opone a una presión y, cuando se vence esa resistencia, inmediatamente se produce la fluidez. Yo creo que estamos en el punto de ruptura, todo va empezar a fluir.

Textos: Paula Ikeda (pikeda@atlantida.com.ar) Fotos: Gentileza W20

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