Los mundiales fueron muy generosos conmigo. Me acostumbraron mal. En los primeros cuatro campeonatos que viví, la Argentina fue dos veces campeón y una, subcampeón. Creí que eso era algo normal, pero después de Italia 90, la realidad fue muy distinta y recién en Brasil 2014, veinticuatro años después, volví a disfrutar de ver a la selección en una final.
No me acuerdo prácticamente nada de mis primeros cinco años. Sin embargo, tengo una imagen tatuada en mi cerebro: yo, en andas de mi papá, rodeado de miles y miles de hinchas, caminando por la avenida Rivadavia, cerca del Congreso. La consagración del seleccionado argentino en 1978 le dio al pueblo una excusa para copar las calles, para expresarse libremente en tiempos de dictadura militar. Y ahí me veo, testigo de una efusividad que comprendí mucho tiempo después.
Al margen de mi experiencia personal, no deja de sorprenderme cómo, con el correr de los años, la pasión por el fútbol fue creciendo también entre las mujeres. En la actualidad a nadie se le ocurriría escribir una guía práctica que explique la ley del offside, al menos no enfocada "sólo para mujeres". Como en tantas otras cuestiones, la sociedad (¡por suerte!) ha evolucionado y comprobó con hechos que el fútbol (y, sobre todo, los mundiales) no es sólo cosa de hombres.
Si bien es cierto que son muchas las mujeres que lamentan la ausencia de los jugadores italianos (por escándalo, los más facheros de los mundiales) y que aún está vacante el trono que Ezequiel Lavezzi copó en Brasil 2014 como Dios del Olimpo gracias a su contorneado y tatuado torso desnudo, también es una realidad que ahora las mujeres viven el mundial con igual fervor que los hombres, es decir: el fútbol en general, y los mundiales en particular, rompieron las barreras sexistas hace tiempo. Hay gente que ama este deporte y gente que no. Da igual su condición sexual.
Y no sólo ocurre en el rol de espectadoras. Este año son ocho las periodistas acreditadas para el Mundial de Rusia. Es una cifra récord, después de las dos que fueron a Sudáfrica 2010 y las 5 que cubrieron Brasil 2014. Ellas son Marirró Varela (Radio Nihuil y Canal 7 de Mendoza), Débora Rey y Yésica Brumec (Agencia de noticias AP), Verónica Brunati (TNT Sports), Nati Jota y Agostina Larocca (ESPN), Laura Couto (Telemundo) y Cecilia Caminos (Agencia de noticias DPA). A ellas se suman Viviana Vila, la primera relatora mujer de la historia (Telemundo) y Lizy Tagliani (Telefe), primera transexual argentina en cubrir un mundial.
Sin embargo, la diferencia con la cantidad de periodistas hombres que van a Rusia sigue siendo abismal y estos últimos ganan por goleada: 222 a 10. En otra época, cuando se jugaba un mundial, hombres y mujeres hacían planes diferentes a la hora de los partidos (unos se sentaban frente al televisor y las otras realizaban alguna tarea doméstica o iban al shopping). Ese modelo no existe más y está muy bien que así sea. Desde el 14 de junio, comenzará otra buena excusa para sumar fieles a esa hermosa religión llamada fútbol. Sean hombres o mujeres.
Por Pablo Lisotto