Celudependientes

Nosotras usamos y abusamos del celular… Ellos usan y abusan del celular… Pero parece que no lo usamos (ni abusamos de él) para las mismas cosas ni de la misma manera. Veamos

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“A ellas se lo roban porque lo llevan siempre en la mano”. Ilustración: Verónica Palmieri
“A ellas se lo roban porque lo llevan siempre en la mano”. Ilustración: Verónica Palmieri

 Arma de localización…

Por Quena Strauss, periodista

¿Para qué sirve un celular? El tipo muy probablemente te responda que para estar informado, contactarse con amigos y familia, reírse un rato con algún meme… Y la mujer, a todas esas opciones les agregará la que verdaderamente le importa: estar en contacto permanente con los que más quiere.

Porque aunque pocos se atrevan a admitirlo, el celular es el viejo sueño de sobrevolar a los que amamos en modo ángel, sin que nos vean ni nos escuchen. Estar ahí, sólo por si acaso. Desde luego que con las amigas y colegas de trabajo una vive mandándose audios y bromeando.

También es lindo, si tenés geolocalizador, saber por qué andurriales anda tu vieja sin necesidad de llamarla y que te queme la cabeza con el aumento del gas. Pero, definitivamente, en lo que el celu resulta de veras irreemplazable es en relación a hijos y sobrinos.

¿Qué mejor que saber que los chicos nos llevan en sus bolsillos, en sus mochilas? Nadie mejor que la madre de un adolescente para entender la tragedia encerrada en una frase aparentemente tan anodina como "Me olvidé el teléfono".

Eso significa que perdimos contacto con nuestros amores, que por un buen rato no sabremos más de ellos y nos sentiremos morir. Porque, claro, los chicos te clavan el visto que da calambre y como mucho te sueltan un "Ok ok". Pero esa módica confirmación nos devuelve el aire. El aliento.

¿Que usamos los dispositivos como sustitutos del cordón umbilical? Sin dudas. Pero también los usamos para reírnos, para sentirnos acompañadas, para informarnos. Igual que los varones, digamos. Sólo que nosotras tenemos alguien ahí afuera por quien velar. ¡Y a quien preguntarle mil veces si llegó bien!

Celudependientes

por LUIS BUERO, periodista

Ilustración VERÓNICA PALMIERI

Desde que los aparatitos inteligentes se convirtieron en pequeñas computadoras, soy un celudependiente como todo el mundo. Subirse a un vagón de subte o a un colectivo basta para notar que el 90 por ciento de los pasajeros están mirando su telefonito. Claro que Nosotros y Ellas, además de utilizarlos para hablar cuando no queda otra, los usamos para cosas distintas.

Existe la teoría de que las mujeres suelen buscar romance, diversión y autoayuda, mientras que los hombres usan las redes sociales para cuestiones de negocios. Falso. Ellos usan el celular para ver noticias deportivas, bajar datos de chicas de Tinder, y especialmente para enviarse fotos graciosas (memes) sobre sexo, fútbol y política.

Las mujeres se la pasan sacando selfies, utilizando aplicaciones para tunear fotos o mandando mensajes de voz kilométricos. Y graban su vida las 24 horas para subirla a Instagram. Los varones utilizan la red del teléfono para buscar trabajo o revisar si los llaman de entrevistas, pero si son artistas o políticos se manejan más por Twitter. Las mujeres también cuentan con aplicaciones para controlar fechas del período menstrual donde les informan qué día están más fértiles.

¿Sigo? Los tipos usan el equipito como GPS o para escuchar música y darle a los jueguitos. Algunos miran partidos de fútbol o alguna serie, aun apoyados en la puerta del tren. Ellas le dan más cabida al chat de mamis y los grupos de WhatsApp familiares, de amigos, de estudio o trabajo. A ellas les roban el celular más fácil porque lo llevan siempre en la mano, no en la cartera. ¿Son más adictas? Y sí, no lo dudo. ¿O me equivoco?

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