La vocación misionera del Papa

Con este viaje a Asia y Oceanía, el Santo Padre ha realizado el sueño de llevar el Evangelio a tierras lejanas

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Papa Francisco
Papa Francisco

Una gira desde todo punto de vista agotadora, miles de kilómetros, más precisamente 32.814 en 12 días, lo que ha implicado un total de 44 horas de vuelo. Recorridos en auto, cambiar su dieta, dormir en aviones y diferentes camas, además de sus dificultades para moverse sin asistencia, lo que retrasa las cosas que siempre quiso hacer solo. El Papa Francisco ha derrochado en estos días alegría y buen humor, no ha dado muestras de estar muy cansado. Siempre el encuentro con las multitudes le despierta una alegría muy espiritual. Ser misionero de la Palabra de Jesús significa llevar el anuncio a tierras lejanas. “Vayan por todo el mundo y anuncien el Evangelio a toda la creación”, les decía Jesús a los apóstoles antes de ascender al cielo.

Muy de joven, cuando recibió el llamado, Jorge Bergoglio ingresó al Seminario de Buenos Aires en 1958, cuando tenía 21 años. Estuvo allí dos años e influenciado por el testimonio de los formadores Jesuitas, decidió pasar a la “Compañía de Jesús” en el año 1960. Realizó el noviciado en Chile y estudió Filosofía y Teología en Buenos Aires y en Madrid.

Durante su formación, Bergoglio expresó su deseo de ser misionero en China. De hecho se sintió atraído por la figura del Jesuita Mateo Ricci, un misionero italiano que trabajó en China en el siglo XVI. Esto inspiró su deseo de servir como misionero. Sin embargo, su plan no se concretó debido a problemas de salud. Padeció de una infección pulmonar y en 1957, se le extrajo una parte de un pulmón. Esta condición de salud lo hizo inadecuado para el trabajo misionero en China, que requería una buena salud física. En lugar de eso, se enfocó en su formación como Jesuita y continuó su camino hacia el sacerdocio. En 1969 se ordena sacerdote.

El Iman Nasaruddin Umar saluda al papa Francisco
El Iman Nasaruddin Umar saluda al papa Francisco

Ahora convertido en el Papa Francisco, pudo concretar ese deseo de una manera más efectiva. Este hecho es un ejemplo de cómo su vida tomó un rumbo diferente al que él había imaginado, pero que aún así lo llevó a cumplir su vocación de servicio a la Iglesia. Con este viaje a Asia y Oceanía ha realizado el sueño de ser misionero en tierras lejanas, donde aún el evangelio no ha llegado, en naciones como Indonesia donde la gran mayoría profesa la religión musulmana. Es respetado y querido mucho más allá de las fronteras de su fe, se ha convertido para los que no son de la Iglesia en un testigo de la paz, de la defensa de la casa común, nuestro planeta, frente al cambio climático, preservando la vida del medio ambiente, y de la riqueza de la diversidad biológica para las futuras generaciones.

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