A un año de la invasión rusa a Ucrania, el conflicto escala

La decisión de la OTAN de dotar a Kiev de los tanques más modernos fue el hecho que cambió la dinámica del conflicto

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Reservistas ucranianos realizan maniobras en la región de Chernihiv
Reservistas ucranianos realizan maniobras en la región de Chernihiv

El último día de 2022, desde Infobae titulábamos: “Ucrania 2023: ¿guerra crónica o riesgo de escalada?”. Un mes después de esa nota, y próximo a cumplirse el año de la invasión rusa, es claro que el conflicto deriva rápidamente del escenario crónico hacia una escalada.

A finales de 2022 parecía claro que la posibilidad de una negociación y eventual acuerdo no iba a darse en 2023. Ello fue ratificado por el Jefe del Estado Mayor Conjunto estadounidense, el general Mark Milley, tras la cumbre del “grupo de contacto” de la OTAN para esta guerra, que se reunió en Ramstein (Alemania) el 20 de enero. Los escenarios posibles eran entonces el estancamiento en una guerra crónica o la escalada.

El primer escenario es el que ha estado vigente en el último trimestre de 2022. Ninguna de las dos partes pudo definir situaciones relevantes a su favor y las trincheras caracterizaron las operaciones, similares a la Primera Guerra Mundial. El segundo es la escalada, que consiste en que la ampliación del empleo de hombres y sistemas de armas lleve a una etapa en la cual los gobiernos de la OTAN aumenten la cantidad y calidad de su suministro a Ucrania. Al mismo tiempo, países que proveen directa o indirectamente armamentos a Rusia, como Irán, Corea del Norte y Bielorrusia, se verán cada vez más involucrados en el conflicto. Este escenario pareció imponerse el 24 de enero, en el onceavo mes de conflicto. El riesgo del uso de armas nucleares -del que todos piensan que será sólo a nivel táctico, es decir, circunscripto- reapareció en afirmaciones de miembros del gobierno ruso. El uso de uranio en los proyectiles que disparan los nuevos tanques que la OTAN proveé a Ucrania, empieza a ser un argumento ruso para la escalada nuclear.

La decisión de la OTAN de dotar a Ucrania de los tanques más modernos fue el hecho que definió el paso de la guerra crónica a la escalada. El 20 de enero, en el mencionado encuentro del “grupo de contacto” de la OTAN para Ucrania que reunió a los responsables de Defensa de los 30 países de la Alianza y casi 20 aliados de la misma en Asia, África y Oceanía, se discutió intensamente si se daba este paso o no. Alemania sostuvo que no estaba dispuesta a entregar tanques Leopard II si Estados Unidos no lo hacía con la versión más moderna de su tanque Abrams. La reunión terminó sin resolución.

Fueron las negociaciones que se realizaron en los días posteriores las que volcaron la decisión por la afirmativa. Estados Unidos anunció que enviaba 31 tanques Abrams a Ucrania y entonces Alemania informó que entregaría 14, la misma cantidad que darán Polonia y Lituania, los que se sumarán otros tantos Challenger que proveé el Reino Unido. No será fácil ni rápido reunir en el teatro de operaciones -la zona de Ucrania ocupada por Rusia- los centenares de tanques requeridos por el gobierno ucraniano. Alemania teme por el fantasma de su pasado. Es que en agosto de 1943, hace 80 años, tuvo lugar la mayor batalla de tanques de la historia en la localidad rusa de Kursk. Por ambas partes se emplearon miles de tanques. Los alemanes perdieron 400 y los rusos 700, pero éstos ganaron la batalla, que fue el inicio de su contraofensiva que culminaría casi dos años más tarde con la caída de Berlín. Los 80 años de la victoria soviética en Stalingrado se está conmemorando en estos días y Putin la utiliza claramente. El antecedente de la “Gran Guerra Patriótica” de entonces es utilizado para dar sentido épico al esfuerzo militar actual.

Militares rusos en ejercicios en Rostov (Reuters)
Militares rusos en ejercicios en Rostov (Reuters)

Pero ya a finales de enero Ucrania planteó un nuevo paso en la escalada, al solicitar que se le entreguen cazas de cuarta generación. Se trata del modelo estadounidense F-16 en sus diversas versiones y aviones análogos que tienen otros países de la OTAN. El presidente Joe Biden, frente a la pregunta de si se iban a entregar estos aviones a Ucrania, contestó con un lacónico “no”. Pero la discusión está iniciada y el grupo de países de la OTAN que mantiene que la única alternativa es la derrota militar de Rusia -los bálticos, los nórdicos y los de Europa Central y Oriental-, sostiene que sí deben entregarse, como ya ha dicho Polonia. Pero Alemania también se ha pronunciado por la negativa. La escalada se está materializando y las divisiones dentro de la OTAN también. Mientras tanto, el Jefe del Estado Mayor Conjunto estadounidense insiste en que la única solución posible es la mesa de negociaciones (la opinión que plantea públicamente Henry Kissinger desde mayo de 2022).

Los dos bandos esperan una contraofensiva rusa para el verano boreal, es decir, entre junio y septiembre, que coincide con la fecha de la Batalla de Kursk. Es que sólo en esta estación del año el terreno permite el desplazamiento de grandes masas de tanques, aunque recientemente fuentes ucranianas hablan de una ofensiva rusa coincidiendo con el primer año de la invasión el 24 de febrero. Hace 8 meses se mostraban los tanques rusos destruidos como evidencia de que este tipo de blindados no eran aptos para la guerra en curso. Hoy, en cambio, se los considera decisivos para intentar una definición. La solicitud ucraniana de recibir los cazas de cuarta generación parece también asemejarse al escenario de hace 80 años. Fue una gran batalla de tanques apoyados por aviones.

M1 Abrams vs. Leopard 2: similitudes y diferencias entre los tanques de Occidente que se desplegarán en Ucrania
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Pero la escalada plantea riesgos concretos en los sistemas de armas de mayor alcance y extensión. Estados Unidos realizó el lanzamiento experimental de una nueva versión de su misil hipersónico. Se trata de un sistema de armas en el cual Rusia lleva ventaja y que permite eludir los sistemas convencionales, teniendo un alcance de miles de kilómetros. Por su parte, Rusia anunció que suspende la vigencia del tratado de control de armas nucleares que prevé inspecciones mutuas. A su vez, la Organización Internacional de Energía Atómica de la ONU sostuvo que los choques bélicos en torno a la central nuclear de Zaporiyia aumenta peligrosamente el riesgo de estallidos, en la que es la mayor central de este tipo en Europa.

Frente a la escalada de la OTAN con su apoyo a Ucrania, Rusia, en palabras del propio Putin, ha señalado que cada paso tendrá respuesta -incluso nuclear- y que los tanques de la OTAN serán destruidos. Moscú no se encuentra frente a una situación imprevista o sorpresiva y, en consecuencia, prepara alternativas de respuesta, algunas previsibles y otras no tanto.

El conflicto se va extendiendo fuera de Occidente. Irán, proveedor de drones y misiles de Rusia, sufrió a finales de enero un ataque a sus instalaciones de fabricación de dichos sistemas de armas, cuyo alcance todavía es desconocido en Occidente. Pero seguidamente, el gobierno israelí anunció que analiza romper su neutralidad en el conflicto para dotar a Ucrania de armamento. El recrudecimiento de los conflictos de Israel con los palestinos y de los paquistaníes con los talibanes escalan, aunque sin conexión aparente con la guerra de Ucrania. La visita de Olaf Scholtz, el Jefe de Gobierno alemán, a Chile, Argentina y Brasil, pidiendo a estos países que entreguen su armamento de origen soviético y sus Leopard a Ucrania -que fue rechazado-, muestra un intento de extender el conflicto a América Latina, que ya había anticipado días atrás la Comandante Sur de los Estados Unidos, Laura Richardson, al solicitar sin éxito lo mismo.

Pero es en Asia donde la escalada entre Estados Unidos y China se proyecta como el “mayor desafío”, en palabras del Secretario General de la OTAN. Éste y el Secretario de Estado visitaron Corea del Sur en los últimos días de enero, ratificando su alianza militar. El Secretario de Defensa estadounidense estuvo en Filipinas ampliando los acuerdos militares. Por su parte, China realizó una demostración militar sin precedentes frente a Taiwán en los últimos días de enero. El sobrevuelo de un “globo de inteligencia” chino sobre Norteamérica fue denunciado por Estados Unidos y Canadá.

En conclusión: al comenzar febrero, la guerra de Ucrania se está desplazando del escenario del conflicto crónico a la escalada; la decisión de la OTAN de dotar a Ucrania de sus tanques más modernos implica el inicio de dicha escalada; el pedido de Volodimir Zelensky de que ahora se entreguen cazas de cuarta generación es el intento de dar un paso más en esta dirección; por último, el conflicto escala también, aumentando el riesgo en lo nuclear e incluyendo a más países en el conflicto, ya sea en forma directa o indirecta.

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