Como el cine italiano de la pos guerra de la segunda guerra mundial a partir de 1945 con el movimiento narrativo del neorrealismo mostró y reflejó con crudeza las condiciones y transformaciones sociales que vivía Italia, hoy la Argentina exhibe al mundo algo peor y más dramático aún: la destrucción autoinfligida que alcanza a todas las estructuras que conforma el Estado que le dan sustento como Nación.
¿Qué motivó que llegáramos a estas circunstancias? Una de las singularidades que dio identidad a la Argentina fue la existencia de una desarrollada y fuerte clase media que dio sustentabilidad, estabilidad y seguridad económica al país. Durante la década del 70 comenzó a ser sofocada mediante políticas de ataques a la democracia y en particular a la libertad de mercado, estas circunstancias generaron como consecuencia el comienzo de la destrucción de la equidad social que se consuma y evidencia en los actuales índices de pobreza 36,5% de la población y de indigencia en aumento, a 8,8% de los habitantes, según informó el Indec para el primer semestre del corriente año.
Durante la década del 70 comenzó a ser sofocada mediante políticas de ataques a la democracia y en particular a la libertad de mercado
Esto en el contexto económico, político y social en el que vivimos es motivo de descomposición y disolución social, de incertidumbre, de desorden, de elevados índices de inflación, pobreza e indigencia, de confusión e indignación y violencia que soliviantan los ánimos, alcanzando niveles que nos colocan en los umbrales de la anarquía, que preanuncian tiempos aciagos a vivir y padecer.
Los factores que inquietan
Si se analiza el presente que nos rodea, oprime y domina se advierte que son realidades sustentadas en mentiras, incapacidad, bajezas, dolo, maldad, egoísmo y corrupción. Este proceso tan particular se manifiesta y evidencia con más intensidad y patetismo entre otras cosas en:
1) El déficit fiscal que está fuera de control y que solo se financia con: endeudamiento más emisión, resultado más inflación.
2) El stock de pasivos monetarios que incluye a las Leliq y Pases que ascendieron a $8,6 billones, más intereses por $6 billones al año, según las últimas estimaciones, valores alucinantes en una economía tan cerrada y quebrada. El Banco Central que continúa con su descontrolada emisión monetaria, incrementando así más la inflación que alcanza niveles sumamente preocupantes, con la elemental consecuencia de más miseria, marginalidad, atraso, exclusión y emigración, y ataca así a la médula de la familia y lleva a la desintegración social.
3) Las paritarias laborales ya proyectan aumentos superiores a 100% anual.
4) La Seguridad dejó de ser función del Estado para dejar que las mafias y el narcotráfico dominen ciudades y existan zonas liberadas para delinquir.
5) La Educación dejó de ser el medio en muchos casos para formar ciudadanos libres pensantes y preparados para afrontar la vida y el futuro, hoy se busca que sea el lugar de adoctrinamiento de niños y jóvenes y el campo de batalla para que dirigentes gremiales corruptos mediante metodologías mafiosas busquen prebendas, negocios y posicionamientos políticos.
6) Organizaciones gremiales controladas por dirigentes sindicales vitalicios que con procederes mafiosos y gansteriles extorsionan tanto al gobierno, a empresarios y a sus representados con el solo propósito de acrecentar sus fortunas y posicionamiento político.
7) Empresarios que el actual statu quo los beneficia, son dóciles, permisivos y condescendientes.
8) Una casta política permanente y estable que solo enrocan cargos.
9) Una Justicia que según las circunstancias o conveniencia pasa de ser ciega a tuerta.
Hay una Justicia que según las circunstancias o conveniencia pasa de ser ciega a tuerta
10) Grupos que dicen representar a pueblos originarios, como los falsos mapuches, son en realidad organizaciones terroristas dirigidas por quienes en la década del 70 pretendieron ser un Estado dentro del Estado y nos llevaron a una guerra fratricida.
Mientras tanto, Sergio Massa, como ministro de Economía, con medidas aisladas trata de dar solución a un problema estructural de magnitud.
No llegamos a comprender que la gran batalla a dar en estos inicios del siglo XXI es la educación con la revolución del conocimiento y la tecnología. No comprender esto es auto marginarse del progreso, convertirnos en obsoletos y renunciar al futuro.
Es dramático observar que la clase dirigente atrapada en su propia codiciosa y egoísta ambición no advierte que la realidad la está superando y devorando, que los hechos desnudan sus miserias y que la única realidad es afrontar la situación en toda su magnitud y profundad.
Ahora los jóvenes tienen, a través del voto, la oportunidad y el deber de hacer un giro de 180° y encausar a la Argentina en la senda aggiornado a los tiempos, es decir emular a lo que fue la generación del ochenta para su época.
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