Argentina se prepara para despegar

Pese al “Annus Horribilis” (año de gran infortunio) que tenemos por delante, Argentina está desplegando los “flaps” que nos van a permitir, el año que viene, despegar y recorrer el camino de nuestra definitiva recuperación.

En noviembre del año pasado logramos darle un mayor equilibrio a nuestro Congreso y —si pasa lo previsible—, entre propios y aliados, el próximo oficialismo tendrá el control de la mayoría en ambas Cámaras.

La nueva conformación del Consejo de la Magistratura, liderado por la Corte Suprema, hará que el Poder Judicial consolide su independencia plena. Tenemos un grado de libertad de prensa suficientemente alto para garantizar la diversidad de voces.

Seguramente acordaremos otorgar al Banco Central su plena independencia, de tal forma que no se someta a los arbitrios caprichosos del Presidente Alberto Fernández ni del Ministro de Economía Martín Guzmán, resguardando el valor de la moneda y los equilibrios presupuestarios.

A eso hay que sumarle, como dato de credibilidad interna y externa, una coalición de gobierno equiparable a la de otros gobiernos frentistas del mundo (hoy, la inmensa mayoría de los paises democraticos tienen frentes pluripartidarios —con una plataforma común— con “Matices ideológicos” conciliables y no contradictorios).

Con ese perfil gobernó durante gran parte de su mandato la señora Angela Merkel, con una alianza entre Social Demócratas (SPD) y Social Cristianos que le permitió enfrentar la crisis financiera del 2008 y el Brexit del 2021.

Existen muchas especulaciones sobre una potencial ruptura de Juntos por el Cambio, nada más alejado de la realidad. Los partidos que lo integran han recorrido un duro camino de aprendizaje después de los éxitos electorales del 2015 y el 2017, así como la derrota del 2019 y el inicio de su recuperación en el 2021.

La UCR detenta la vicepresidencia latinoamericana en la Internacional Socialista —en la persona de Jesús Rodriguez— y el PRO, la misma representación en la Unión Demócrata Internacional (IDU) a través de su vicepresidente latinoamericano, Julian Obiglio. Esta es la misma gama ideológica con la que Merkel gobernó exitosamente por 15 años nada más y nada menos que a Alemania. No seremos alemanes, pero no tenemos motivos para aceptar que somos inferiores a ellos.

Este frente será mucho más que una propuesta electoral: será la base de un verdadero programa de unidad nacional que concretara la integración regional con nuestros socios de Mercosur y se abrirá al mundo con un acuerdo de libre comercio que nos garantizarán inversiones, créditos y turismo para generar empleo y bienestar a millones de argentinos.

Todo esto es posible si nos lo proponemos. El mundo le propone a nuestra región que proveamos de alimentos, energía y minerales, así como la capacidad humana de agregarles valor con la capacidad humana con la que contamos.

Podemos seguir autoflagelándonos, expulsando a nuestros hombres y mujeres más capaces y pensando que “no tenemos futuro” o podemos encararlo en la seguridad que está al alcance de las manos.

No nos resignemos al fracaso y la mediocridad.

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