Acuerdo con el FMI: ¿se cumple o no se cumple?

Probablemente, el mayor escollo está relacionado con las tarifas energéticas, como camino para reducir el peso de los subsidios en el gasto total

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El presidente Alberto Fernández y el ministro de Economía Martín Guzmán, mantuvieron extensas reuniones en los últimos dos años con la directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva (Reuters)
El presidente Alberto Fernández y el ministro de Economía Martín Guzmán, mantuvieron extensas reuniones en los últimos dos años con la directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva (Reuters)

El acuerdo supone, no ya como criterio de ejecución ni meta indicativa, sino como un objetivo para lograr el resultado fiscal primario comprometido, que, dado el esquema previsto para el ajuste de tarifas de electricidad y gas, los subsidios energéticos se reduzcan en 0,6% del PBI en 2022 respecto de lo gastado en 2021.

Las cuestiones estructurales consideradas son: obvias (vg. adecuar el presupuesto vigente a lo acordado, con el compromiso de presentar las modificaciones antes del 15 de abril), realmente menores, imprecisas (vg. que el gasto corriente sea focalizado de forma que permita ampliar las inversiones en infraestructura y ciencia y tecnología), más bien expresiones de deseo (vg. facilitar un retorno gradual a los mercados internacionales a partir de 2025), o de efectos mínimos o nulos en el corto plazo (vg. mejoras en la administración tributaria y en el manejo de la inversión pública).

Son claras las salvaguardas con relación a los riesgos que enfrenta el escenario planteado

Son claras las salvaguardas con relación a los riesgos que enfrenta el escenario planteado, con eventos no poco probables que pueden afectar la consecución de los criterios de ejecución o de las metas indicativas, en particular vinculados con los precios y el crecimiento internacional y de nuestros vecinos, problemas climáticos e incluso los efectos de que la invasión rusa a Ucrania escale.

Desembolsos y pagos

El préstamo total que incluye el acuerdo suma DEG 31.914 millones (unos USD 44.500 millones), esto es, incluye DEG 3.166 millones adicionales a lo que quedaba por pagar del acuerdo Stand By de 2018 que, como se mencionara, se incluyen en la acumulación de reservas netas.

Casi el 22% del préstamo se desembolsa a la firma del acuerdo. De hecho, la secuencia de desembolsos es: 54,8% en el corriente año; 37,6% en 2023 (con una secuencia decreciente hasta el tercer trimestre) y el 7,6% restante en 2024. En términos netos, esto es, luego del pago de los intereses del nuevo préstamo y del antiguo Stand By, en 2022 la Argentina recibe pagos netos del FMI por unos USD 6.300 millones.

A partir del primer trimestre del año que viene los pagos comienzan a exceder a los desembolsos en todos los trimestres (salvo una excepción puntual) y los pagos netos acumulados se hacen negativos desde inicios de 2025.

Fuente: Indicadores de Coyuntura FIEL, marzo 2022
Fuente: Indicadores de Coyuntura FIEL, marzo 2022

Probablemente, el mayor escollo está relacionado con las tarifas energéticas, aunque podría pensarse que la segmentación propuesta -o alguna modificación de ésta- podrá respetar las demandas del ala política del oficialismo más contraria al acuerdo, que domina el área energética. Si hay modificaciones allí, habrá que ver, luego, si el FMI sigue acordando.

¿Para quién son más graves las consecuencias, en particular dado un mal acuerdo o, más precisamente, uno muy blando, que carece casi completamente de criterios estructurales y que es un facilitador del camino a las elecciones?

Concentrémonos en 2022. ¿Cuáles son los supuestos macroeconómicos y compromisos prioritarios más difíciles de alcanzar? Claramente, es muy poco probable el comportamiento esperado para la inflación, aun cuando la demanda de dinero se mantenga estable en términos reales y el financiamiento monetario del déficit no supere el 0,6% del PBI, como indica el acuerdo.

Es muy poco probable el comportamiento esperado para la inflación

El crecimiento esperado para la economía es algo elevado, pero en términos de relativos no está ahí el problema. En cualquier caso, la inflación no es un problema en sí mismo, porque no es siquiera una meta indicativa, pero condiciona los demás comportamientos.

La meta del financiamiento monetario podría ser muy estricta, pero la más compleja es la reducción del 0,6% del PBI en los subsidios y el consecuente resultado fiscal primario (antes del pago de los intereses de la deuda), en particular si la invasión rusa a Ucrania se sostiene en el tiempo y expande en territorio, para la Argentina con consecuencias directas a partir del precio de las importaciones de gas, el ajuste de tarifas y los subsidios en el presupuesto. Ya muy difíciles en un escenario sin conflicto bélico en el horizonte.

Esta es una síntesis de la columna publicada en Revista Indicadores de Coyuntura 639, marzo 2022 Fundación FIEL

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