Programa con el FMI: sale o sale

No es una lotería. Si no sale perdemos. Si sale nos quedamos donde estamos. Es lo que hay

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El entendimiento que lograron Martín Guzmán y Sergio Chodos, después de dos años demorando y pagando inútilmente, es infinitamente mejor “acuerdo” que el que “en cinco minutos” logró Mauricio Macri en 2018 por el stand-by por USD 45.000 millones, luego ampliado a USD 57.000 millones
El entendimiento que lograron Martín Guzmán y Sergio Chodos, después de dos años demorando y pagando inútilmente, es infinitamente mejor “acuerdo” que el que “en cinco minutos” logró Mauricio Macri en 2018 por el stand-by por USD 45.000 millones, luego ampliado a USD 57.000 millones

El entendimiento que lograron Martín Guzmán y Sergio Chodos, después de dos años demorando y pagando inútilmente, es infinitamente mejor “acuerdo” que el que “en cinco minutos” logró Mauricio Macri en 2018 por el stand-by por USD 45.000 millones, luego ampliado a USD 57.000 millones, pero no utilizado.

Economistas del PRO que alientan el default por rechazo del entendimiento, alegan que este Acuerdo le dejaría, al próximo gobierno, una bomba de tiempo. Increíble. ¿Olvidan que ellos en 2018 comprometieron pagos al FMI del orden de los USD 20.000 millones en 2023 y 2024? Si Juntos por el Cambio hubiera ganado la reelección, Mauricio estaría pidiendo “una refinanciación” de esas cuotas impagables.

Si Juntos por el Cambio hubiera ganado la reelección, Mauricio estaría pidiendo “una refinanciación” de esas cuotas impagables

¿Por qué? Veamos las razones de “fondo”:

Entre 1944 y 1974 tuvimos un crecimiento del PBI por habitante, entre puntas, de 79%. Y, entre 1974 y 2004, también 30 años, el crecimiento entre extremos fue cero por ciento. Hubo saltitos. Pero luego de cada uno, un derrumbe. De ahí venimos.

Entre 1930 y 1974, 44 años, la tasa de crecimiento del PBI per cápita fue de 95%. Comparemos con la que ocurrirá con ese indicador en la variación de 2022 respecto de 1974 (48 años). Tal vez lleguemos a 21 por ciento.

Esta realidad mensurable es la causa por la que desde 1975 y hasta 2021, la deuda externa pública en dólares corrientes se multiplicó por 40; el número de personas bajo la línea de pobreza creció a la tasa del 7% anual acumulativo; tuvimos dos hiper inflaciones; y caímos dos veces en default.

Algunos en el PRO proponen al sumar exigencias -después de haber tomado tamaña deuda en 2018- que incurramos en el tercer default desde 1975 y el primero con el FMI. No sólo ellos. También Máximo Kirchner. “Dios los cría y ellos se juntan”, Mauricio y Máximo, con similar historia personal e igual protagonismo inexplicable (¿hace falta que lo explique?), convergen en la propuesta de suicidio colectivo.

El default o las exigencias imposibles son “eso”.

Amigos del default

Máximo añora a “aquella juventud maravillosa”. La juventud, en que militaba la presidente del PRO, asesinó a sangre fría a un anciano (Pedro Aramburu) y a la mano derecha sindical (José I. Rucci) de Juan Perón y del Pacto Social.

Quería imponer el socialismo por las armas, en una sociedad con distribución del ingreso comparable a las economías de Occidente, que crecía entre puntas -en la década (1964/74) en que ellos se iniciaron- a la tasa de 8% anual y sin un solo año de recesión, con desempleo del 4% y 4% de pobreza.

Máximo añora a “aquella juventud maravillosa”. La juventud, en que militaba la presidente del PRO

Máximo grita “viva Perón” a pesar de que el General por “estúpidos imberbes” los echó de la Plaza, pero no pudo evitar -la muerte se lo impidió- que fueran parte inescindible de lo que nos empujo a la decadencia instalada, económica, social y moralmente, por la Dictadura Genocida.

Máximo se inspira en ellos para convocarnos al suicidio del default ¡Que insistencia patológica! Mauricio, que vio la película de Mandela y que no supo absorber los valores que trataron de inspirarle los Christian Brothers, tolerancia, honestidad intelectual, la superioridad de la armonía sobre el conflicto; el hijo del líder de la Patria Contratista, que declaró que su padre “había cometido delitos”, pero que administra la fortuna heredada, también nos convoca al suicido del default o traba el Acuerdo que es lo mismo.

Desde Néstor Kirchner explotó la participación del Gasto Público en el PBI. En la gestión de Mauricio la deuda pública externa en dólares aumento USD 90.000 millones.

Para rematar la obra ahora, estos extremos que se confunden en la misma posición nos quieren en default vía exigencias. Ni Máximo ni Mauricio la van a pasar mal. No trabajan para vivir. Tampoco viven para trabajar. La van a pasar mucho peor los que ya están muy mal; y la van a pasar mal los que todavía tienen trabajo.

El riesgo de default en el que vivimos es la consecuencia estructural del “peor populismo” que es la estrategia del “endeudamiento”: atraso cambiario y “deme dos”.

Alegría de consumo, pero destrucción de la industria y del empleo, déficit estructural, pero la “atamos con alambre”. Sin capacidad de producir nos zambullimos en el default. Donde hay deuda, hay populismo con careta, el peor.

El riesgo de default en el que vivimos es la consecuencia estructural del “peor populismo” que es la estrategia del “endeudamiento”: atraso cambiario y “deme dos”

¿Con el Acuerdo con el FMI vamos a estar mejor? No. Pero vamos a estar. ¿Lo que va a hacer el Gobierno es lo mejor que se podría hacer? No.

La macro con Acuerdo será más razonable que la actual e infinitamente mejor que la que sobrevendría al default. ¿Se podrían hacer otras cosas? Claro que sí:

Excesos y necesidades

- Cientos de miles de jubilaciones sin aporte de quienes nunca trabajaron porque nunca lo necesitaron.

- Cientos de miles de jubilaciones por discapacidad para quienes nunca estuvieron discapacitados.

- Ministerios que sólo son empleo y gastos sin utilidad a nivel nacional, provincial y municipal.

-Sólo hace falta “censar” beneficiarios. ¿Derechos adquiridos? Hay manera legal de resolverlo.

- Lo mismo vale para beneficiarios de planes y ayudas. Censar: hay quienes no lo necesitan y duplican o triplican prestaciones. Que sí son justas y necesarias y hasta escasas para muchísimos que la sociedad ha excluido.

- Los subsidios (energía, transporte, etc.) que “optimizan” (que nos alejan de la corrupción) son los subsidios a la demanda. Nadie que no puede pagar puede dejar de recibir energía o transporte. Nadie que puede pagar tiene derecho a ser subsidiado por la inmensa mayoría que son pobres (40%) o apenas la pilotean que son otro (40%). Mientras muchos pagan por el cable y los celulares el doble de la factura eléctrica o la de transporte.

Aclarar esto es Justicia Social.

Pero, para empezar, sale o sale.

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