Corrientes: los obispos de Cáritas y la razón de los incendios

En la encíclica Laudato sí, el papa Francisco expuso sus ideas sobre las causas del deterioro de nuestra casa común y sus efectos sobre la tierra y sobre los pueblos

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Incendios en Corrientes (Franco Fafasuli)
Incendios en Corrientes (Franco Fafasuli)

El poder, a veces, seca el alma

Para los historiadores Nerón habría sido quién incendió Roma, pero en una extensión donde construiría su gran palacio, la Domus Aurea, solo que el viento propagó el fuego a otros sectores de la ciudad. Cuando se inició, él estaba de vacaciones en Anzio por lo que I. Montanelli y más recientemente A. Barret, en Rome is burning (2020), ponen en duda que haya sido el autor del incendio. Ahora bien, Nerón además de su crueldad y arbitrariedad se caracterizó por ser un gobernador sumamente negligente, a lo que sumaba una ausencia total de arrepentimientos por las consecuencias de sus crímenes, a tal punto, que se dice que “tenía el alma seca” y “para alejar todo sentimiento de culpa -se afirma- se hizo consagrar dios, ya que los dioses no están obligados a exámenes de conciencia”.

El Papa Francisco sobre “el deterioro de nuestra casa común” (LS Nro. 61)

En la encíclica Laudato sí, del año 2014 Francisco, a un año y poco de ser elegido clavó sus ideas de una ecología “integral”. Las causas del deterioro de nuestra casa común y sus efectos sobre la tierra y sobre los pueblos. Los fundamentos antropológicos y sociales. Una enunciación y análisis exhaustivo y profundo a disposición de todos en la web que recomendamos leer. Me remito a ese documento magistral sobre lo que le está pasando a la tierra por la acción dañina del hombre, la negatividad de esas acciones, su valoración y la acción a seguir: cuidado, prevención y restauración de los equilibrios ambientales y humanos.

Mensaje que fue seguido por discursos, homilías y acciones concretas de Francisco y de los obispos de los distintos rincones del planeta. En esa dirección los obispos que conducen Cáritas de Argentina se pronunciaron a propósito del desastre que asola a la provincia de Corrientes. Suscriben el obispo de Quilmes, Carlos Tissera y los obispos de Buenos Aires, Gustavo Carrara y de Comodoro Rivadavia, Roberto Álvarez.

Los políticos y gobernantes argentinos y Laudato sí

El clima se encuentra alterado en sus equilibrios naturales por un mundo que no limita -como se comprometió (Acuerdo de Paris-2015) -la emisión de gases efecto invernadero. Esto, como sabemos, provoca el aumento del calentamiento global lo que a su vez causa inundaciones, derretimiento de los hielos, desertificación e incendios forestales, cambios en los océanos y corrientes marinas, entre otros. A lo que se suma -hoy y entre nosotros -la violencia desatada por el mercado de la soja que sin miramientos arrasa la tierra por los beneficios fáciles que brinda esta commodity.

Los ministros de Ambiente y los fondos presupuestarios

En la Argentina hay 1) una gran desvalorización de la cuestión ambiental y una política errática; 2) una buena legislación 3) una pésima aplicación, por ejemplo, así, en materia de Protección de Bosques nativos hay una excelente ley pero el P. E. designa a un rabino (Macri) y a un activista (Kirchner y Fernández) al frente del Ministerio de Ambiente.

Nunca se cumplió con lo que ordena la ley en materia presupuestaria: un Fondo de protección no menor al 0,3% del total del PN. Una autoridad deontológica (del sillón) que no se compadece con la autoridad epistemológica (autoridad del que sabe) y un ministerio sin fondos (poder del que tiene): la mejor fórmula del fracaso. Pero la fórmula perfecta se obtiene si agregamos una gran cuota de negligencia y/o connivencia de los gobernadores.

Negligencia y/o connivencia de los gobernadores

El pacto Menem-Alfonsín y la Reforma del 94 -para bien y para mal -cedió parte del poder central a favor de las provincias. Muchas de ellas son verdaderos feudos. La familia radical de Gustavo Valdés hace 28 años que gobierna Corrientes (2 más que Gildo Insfrán en Formosa). Por otra parte, la mayor autonomía y su carácter feudal transforma a los gobernadores en pequeños emperadores, primero el interés personal o de grupo, familiar y/o corporativo y después en el interés general.

Las inversiones son privilegiadas por los gobernadores desplazando muchas veces las exigencias del cuidado y prevención de los daños a la naturaleza y a las poblaciones.

Los incendios forestales pueden evitarse

Los obispos de Cáritas de Argentina en relación a los incendios en Corrientes dicen que les “hierve la sangre sabiendo que muchas de estas situaciones podrían evitarse”.

“Como obispos responsables de animar la estructura de Caritas Nacional, y haciéndonos eco de todos y cada uno de los pastores de nuestra patria -afirman-, queremos que cada correntino sienta nuestra compañía y ayuda. Así lo están experimentando con las arrolladoras muestras de solidaridad que llegan de cada rincón de nuestro país; algunas a través de nuestras estructuras y otras tantas por iniciativas de asociaciones, movimientos y particulares”.

Los obispos como parte del conjunto del pueblo ven la emergencia humanitaria y ecológica

En ese sentido, sostienen los obispos de Cáritas que como “parte del conjunto de un pueblo a quien le duele ver a hermanos que abandonan sus viviendas, pierden sus pertenencias, y ven arder lo sembrado y trabajado en los campos. También nos embarga la tristeza y la impotencia al constatar animales, especies y ecosistemas destruidos por el fuego: a la emergencia humanitaria se suma la emergencia ecológica”.

Los obispos ven la entrega y bravura de los bomberos

“Nos llena de admiración la entrega y bravura de nuestros bomberos, de todos aquellos que sin temor a perder su vida, combaten las llamas, rescatan hermanos, protegen y cuidan a quienes están unidos por esa conciencia tan cristiana que nos hace saber que donde uno sufre es Cristo quien sufre”

Los obispos ven que hay responsables que no se hacen cargo

Agregan que “al calor de ese amor expresado en la solidaridad, en la cercanía, también somos parte de ese ardor que quiere preguntarse por qué nos pasa esto. ¿Quiénes son los responsables de tanto desastre y quiénes de la dilación de las respuestas?”.

“Nos hierve la sangre sabiendo que muchas de estas situaciones podrían evitarse si fuéramos más cuidadosos en la preservación del medioambiente y en la previsión de inversiones de los dineros públicos para un combate efectivo de los incendios”, se lamentan.

Los obispos ven un pueblo solidario con el que arde y otro insolidario que sólo ven “un debe y un haber”

“Sostenidos por la convicción de que nuestro pueblo resiliente siempre saca fuerzas para estar cerca de quienes más sufren, nos volvemos a admirar de tanta generosidad y coraje”.

“Asimismo -se interpelan-, también nos preguntamos hasta cuándo será ese pueblo el que arde, se consume y necesita renacer de las cenizas mientras otros sólo miden ganancias, números de encuestas y negocios al abrigo de calores y lejos de incendios”.

De la seca que provoca el calentamiento global a la seca del alma que provoca el poder

En nuestra Argentina la mayoría de los políticos y los funcionarios se conducen como si hubieran perdido la interioridad del alma y de la razón, están secos.

La seca del alma y de los sentimientos nubla la inteligencia y nos hace a veces vivir sólo para acumular fortunas o el poder particular o del grupo, priorizar el hedonismo por sobre la necesidad de los otros y anteponer estos fines por sobre el bien común.

Buen ejemplo de ello es la asombrosa negligencia y falta de arrepentimiento. El gobernador se abría tomado vacaciones los primeros días de enero (no se conoció decreto de traspaso de mando) y regresado a su provincia casi 20 días después del los inicios, negatividad prolongada en la exaltación que hizo ayer, en la Escuela Agrícola Ñanderoga, cuando delante de Alberto Fernández, habló del excelente trabajo que realizó.

Por otro lado, sin una razón seria se demoró el auxilio del ministerio de Ambiente pues, cuando se extendían los focos y avanzaban las llamas -ya había focos a fines del 2021 -a partir del 10 de enero los bomberos registraban una velocidad del fuego a razón de 30 hectáreas por día, de donde, ante las noticias -y más allá de la negligencia provincial -Ambiente debió intervenir. Lo contrario no se puede explicar invocando el federalismo pues la constitución no establece un sistema tan rígido e irracional como para no admitir la intervención inmediata de los organismos nacionales frente a la inminencia de una catástrofe.

Lo idéntico es lo terrible

Recemos para que las lluvias terminen con la seca de la Mesopotamia y para que el “des-astrum” (sin estrellas) se supere y puedan volver a verse los astros iluminando los esteros de Iberá en nuestra querida Corrientes; al mismo tiempo recemos para que llueva sobre el mundo interior de los funcionarios alterado por tanta sequía espiritual y puedan evitar que el fuego de la culpa los devore.

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