Qué dijo la Iglesia ante la tragedia de la cocaína envenenada

Luego de que los obispos de la Región Pastoral Buenos Aires se pronunciaran en contra de la legalización de las drogas, el Ministerio de Salud del gobierno bonaerense lanzó la campaña “#ConSumoCuidado”

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Barrio Puerta 8, donde se vendió parte de la cocaína envenenada
Barrio Puerta 8, donde se vendió parte de la cocaína envenenada

La violencia de la droga ¿adulterada?

Dicen los obispos de la Región Pastoral Buenos Aires: “Podemos oír tantas noticias en torno a este gravísimo hecho, así llamado ‘caso de la droga adulterada’, como si existiera una ‘droga legítima’. Muchos alzan sus opiniones diciendo que se legalice la droga. Escuchando a tantos pibes y pibas de nuestros barrios, lo que comenzó como un pasatiempo, una probada, termina siendo un espiral de violencia, abandono escolar, situación de calle, muerte”.

La velocidad de la noticia y la naturalización de la violencia

“Seguramente este hecho de la ‘droga adulterada’ -dice la comunicación de los obispos -será noticia por un tiempo, y después a otra cosa. De esta forma, nos desconectamos y naturalizamos todo tipo de violencia, nada ya nos llama la atención: personas que no tienen agua potable -ni demás servicios básicos-, quienes no tienen lo suficiente para comer o para acceder a una asistencia digna de salud, los que no tienen vivienda, los que no tienen trabajo o teniéndolo son explotados, las víctimas de la inseguridad, los abuelos abandonados, la trata de personas, las personas que están solas, los que siguen sufriendo el flagelo de la droga todos los días y tantas otras injusticas con las que nos enfrentamos a diario”.

La droga es veneno y vulnera los derechos humanos

“La despenalización del consumo, la legalización de las sustancias, solo traerá más consumo y marginalidad. Seguramente se instalará en la sociedad que las drogas legales no hacen daño: las drogas matan siempre”.

“Los Derechos Humanos vulnerados nos tienen que conmover y movilizar: no podemos ser indiferentes, volvamos a conectarnos con los demás, escuchar ‘con el corazón’”.

Un llamado a toda la sociedad para prevenir los males

“Por todo esto hacemos nuevamente un llamado a toda la sociedad para trabajar juntos fuertemente en la prevención de las adicciones. Necesitamos ser una comunidad que asuma el dolor y sane las heridas de los otros. ¿Cómo? Con nuestro “método de las 3 C”: abriendo más espacios de Capillas, Clubes y Colegios, dándole lugar al que no lo tiene, apoyando la Obra de los Hogares de Cristo: centros donde se recibe la vida como viene, generando un espacio comunitario para la contención, sanación y reinserción social”.

“No nos cansemos de pedir a las autoridades del Estado Nacional, que se ocupen de ir detrás de los mecanismos de corrupción en todos sus niveles, que alimentan este circuito del narcotráfico, que destruyen tantos barrios, comunidades, familias, hermanos. Alentamos también la creación de mayores espacios de contención e internación, para que las familias más pobres puedan llevar a sus familiares adictos”.

Vivir el Evangelio de la Misericordia

“Ante este preocupante panorama, la Iglesia siente la urgente necesidad de establecer en el mundo contemporáneo una forma de humanismo que sitúe a la persona humana en el centro del discurso socioeconómico y cultural; un humanismo que tenga como fundamento el ‘Evangelio de la Misericordia’. De ahí que los discípulos de Jesús se inspiren para llevar a cabo una acción pastoral verdaderamente eficaz a fin de aliviar, curar y sanar los muchos sufrimientos vinculados a las múltiples dependencias presentes en la escena humana” (Papa Francisco, Conferencia Internacional “Drogas y adicciones: un obstáculo para el desarrollo humano integral”, Vaticano, 1 de diciembre de 2018).”

La estructura del narcotráfico se asienta sobre la base de la corrupción

El narcotráfico -explica este cronista -penetra la política; los políticos son quienes designan a la policía y a los miembros de la Justicia, de donde, quienes tienen que perseguir y juzgar a los narcotraficantes en lugar de perseguirlos y juzgarlos, los protegen. Este cronista puede hacerse cargo de esta afirmación después de muchos años de experiencia concreta que le permitió conocer el problema desde diferentes perspectivas.

Frente a esa publicidad irracional del gobierno bonaerense con benebolencia podría pensarse que no conocen la realidad del narcotráfico ni la de los barrios pobres de la provincia. Dirán que -como con la legalización del aborto -nada mejor que el consumo legal para evitar envenenamientos como el que hoy está en la tapa de los diarios. Si es así, no saben lo que dicen, ni lo que hacen.

El consumo desaparece superando las privaciones

El universo de jóvenes bonaerenses a quienes se dirige la publicidad oficial está integrado por segmentos sociales y culturales muy diversos. Un 35% son pobres y 1.600.000 son niños/niñas y adolescentes (Obs. Conurbano 2021 U.G.Sarmiento). Estos últimos son los que padecen de mayores privaciones. De bienestar, de dignidad y de oportunidades. Una gran mayoría no llegarán a a concluir la escuela secundaria, ni a las universidades, muchas veces no llegan al hospital, los que tienen que robar para comer. No es el caso de Amsterdam o Bruselas.

La suma de las carencias de la cual los gobiernos son los principales responsables, es la gran deuda social que tenemos los bonaerenses y los argentinos. Las villas más densas del Conurbano tienen más de 70 años de gobiernos militares, civiles, peronistas, radicales o del pro. Este es el daño que hay que pagar y no se paga. Lo paradógico es que el mensaje del gobierno dirigido a los pibes y pibas que no son libres para ocupar un terreno, levantar un techo, comer, educarse, sanarse, trabajar, les dice que esta permitido suicidarse (¿No es suicidarse convertirse en adicto a la cocaína de la mejor calidad?). Eso sí, siempre que lo hagan con cuidado!

Ver, evaluar y actuar

La realidad es más importante que la idea (Bergoglio). En esa línea el pensamiento de la Iglesia consiste en dejar la ideología entre paréntesis y “ver” la realidad y conocerla por todos los métodos cognitivos y evaluarla a la luz de los valores en juego, para luego actuar.Esto le permitiría a las autoridades no legislar desde la idea y ver la realidad. Claro que el gobierno no ignora la corrupción que hay en el ámbito de la seguridad y la justicia. Luego, para profundizar su incidencia en la realidad social nada mejor que convocar a sacerdotes que conviven en las barriadas, a las organizaciones que hay en ellas con las madres del paco, familiares de adictos y vecinos distinguidos para dialogar y conocer el fenómeno de la penetración del narcotráfico y la corrupción vinculada a este, en todo el territorio y hacer las reformas estructurales que correspondan. Lo contrario es legiferación al vacío.

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