La FED se aproxima a endurecer su política monetaria: menor liquidez y suba de tasas

La entidad dio a entender que probablemente antes de fin de año comenzaría a reducir gradualmente su actual incremento de inyección de dólares llevada a cabo mediante compras de títulos de deuda pública

Compartir
Compartir articulo
El edificio de la Reserva Federal en Washington (REUTERS/Leah Millis)
El edificio de la Reserva Federal en Washington (REUTERS/Leah Millis)

El día martes pasado el presidente de la autoridad monetaria de EE UU (Fed), Jerome Powell presentó ante el Senado su “Informe Semianual” acerca del estado de la economía y de las perspectivas de la política monetaria (liquidez y tasa de interés de referencia) en el corto y mediano plazo. El foco de los analistas se concentraba en cuál sería la actual visión de la autoridad monetaria respecto a los niveles de actividad económica, inflación, mercado laboral y –fundamentalmente– si mantendría su actual política “acomodaticia”; esto es: tasa de interés 0,25% y fuerte inyección de liquidez, vigentes desde el inicio de la pandemia en marzo 2020.

Respecto a los niveles de actividad, Powell inició su presentación afirmando que el progreso en el esquema de vacunación, sumado a vigorosas políticas fiscales y monetarias de estímulo, han dado un fuerte impulso a la “recuperación económica”; lo cual ha generado un “robusto” crecimiento en el primer semestre, estimándose igual o mejor escenario para el resto del año. En consonancia con esta visión, afirmó que las condiciones del mercado laboral continúan mejorando, alcanzándose una satisfactoria –aunque aún elevada– tasa de desocupación del 5,2%. En relación a la inflación considera que el actual nivel del orden del 4,5%/5,0% es elevado, pero generado por “factores transitorios” de desequilibrios entre oferta y demanda característicos de las recuperaciones económicas (en especial por retardos iniciales en la producción de las cadenas de abastecimientos de insumos).

Con su habitual prudencia, la Fed -por primera vez desde el inicio de la pandemia- definió una posición de equilibrio entre los “halcones” de la entidad y las “palomas” (partidarios de una retirada más lenta y gradual)

Este complejo escenario de mejora en los niveles de actividad, mayores presiones inflacionarias y un mercado laboral fortaleciéndose era el esperado por el consenso. Sin embargo, como se lo mencionara al comienzo de esta nota, lo que estaba en duda era si -a partir de esta visión- se produciría un cambio en la actual política monetaria de estímulo (disminución de la inyección monetaria y/o suba de la tasa de interés), o si, en su defecto, al menos habría alguna señal concreta acerca de la proximidad del inicio de dichas estrategias (“tapering”, en la jerga financiera).

Con su habitual prudencia, la Fed -por primera vez desde el inicio de la pandemia- definió una posición de equilibrio entre los “halcones” de la entidad (favorables a un próximo y rápido endurecimiento monetario) y las “palomas” (partidarios de una retirada más lenta y gradual). En efecto, en su posterior Conferencia de Prensa, Powell reafirmó lo definido en la reunión de la semana pasada del Comité de Política Monetaria de la entidad, esto es: en la medida que se mantenga la actual fortaleza de los niveles de actividad y la inflación vaya cediendo (cumpliéndose de esta manera el objetivo dual de la entidad de máximo empleo y estabilidad de precios) “pronto podría estar justificada una moderación en el ritmo de inyección monetaria”.

Jerome Powell, presidente de la FED (Al Drago/Pool via REUTERS/File Photo)
Jerome Powell, presidente de la FED (Al Drago/Pool via REUTERS/File Photo)

Dicho de otro modo, la entidad dio a entender que –probablemente- antes de fin de año comenzaría a reducir gradualmente su actual incremento de inyección de liquidez llevada a cabo mediante compras de títulos de deuda pública; iniciándose de esta manera -antes de lo anteriormente previsto- un proceso gradual de “endurecimiento de su política monetaria”, conformando tanto a los “halcones” como a las “palomas”. Asimismo, con toda claridad y prudencia, afirmó que una eventual suba de la tasa de interés sólo comenzaría luego de finalizar el proceso de inyección de liquidez. A este respecto, la mayoría de los miembros del Comité de Política Monetaria proyectan que la inyección finalizaría en el tercer trimestre del 2022 y que la primera subida de la tasa recién se daría a finales del mismo año. En términos cuantitativos, para este año, la Fed prevé: inyección monetaria en descenso, crecimiento 5,9%, desempleo 4,9%, inflación núcleo del 3,7% y una tasa de referencia sin modificar (0,25%). Asimismo, para el período 2022 a 2024, estima una declinación moderada de la inflación (2,3%, 2,2%, 2,1%; respectivamente) y una tasa de referencia del 2,5% hacia el final del período proyectado.

En síntesis. Todo indica que, de mantenerse las condiciones actuales, a fin de año comenzaría el endurecimiento monetario con una gradual reducción de la liquidez y el inicio de la suba de la tasa recién a fines del 2022. Esta política, sería acompañada por la mayoría de los principales bancos centrales. Claramente, entonces, estamos próximos a un escenario de menor liquidez mundial y suba de tasas; con todo lo que ello implicaría para los mercados financieros globales y especialmente para los emergentes ávidos de flujos de capitales.