La diversidad es solo el primer paso, la inclusión es lo que sigue

Ayuda a las organizaciones a atraer el mejor talento y desbloquear el potencial de toda su gente. Un enfoque en DEI (diversidad, equidad e inclusión) será particularmente crítico para reclutar a las generaciones más jóvenes que valoran la inclusión y el activismo social

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(Matias Arbotto)
(Matias Arbotto)

La diversidad y la inclusión no son lujos reservados para las empresas de alto rendimiento en tiempos de auge. Constituyen una palanca poderosa para mejorar la productividad y son más importantes que nunca a medida que las empresas apuntan a salir rápidamente de la recesión.

Un reciente estudio en el que obtuvimos más de 25.000 respuestas procedentes de 12 países, titulado “It’s time to Reimagine Diversity, Equity & Inclusion”, señala que las empresas tienen una oportunidad única para reinventar el lugar de trabajo, crear nuevas normas culturales y formas de trabajar, así como entrar en el mundo post COVID-19 con una mayor resiliencia.

Según las cifras recogidas se pudo indicar que el 75% de las empresas de todo el mundo cuentan con programas de diversidad, pero entre un 25% y 75% de los empleados sostienen no estar seguros de que su empresa tuviera un programa formal de Diversidad, Equidad e Inclusión (DEI).

A su vez, entre el 15% y el 75% de los empleados de grupos diversos consideran que no se han beneficiado de los programas de diversidad y un 55% de los empleados afirman haber sufrido discriminación en el lugar de trabajo.

¿Por qué importan la diversidad, la equidad y la inclusión? Porque ayuda a las organizaciones a atraer el mejor talento y desbloquear el potencial de toda su gente. Un enfoque en DEI será particularmente crítico para reclutar a las generaciones más jóvenes que valoran la inclusión y el activismo social.

Entonces, los hechos son claros: las empresas con una fuerza laboral diversa y lugares de trabajo inclusivos definidos, como aquellos en los que las mujeres por ejemplo informaron experiencias positivas en el trabajo, se vieron mucho menos afectadas por la crisis financiera mundial.

De 2007 a 2009, el índice S&P 500 se redujo en más del 35% durante la crisis, mientras que las acciones de las empresas inclusivas aumentaron en realidad un 14%.

Estamos, por tanto, ante una situación esperanzadora, ya que las empresas tienen el deseo de ofrecer un entorno de mayor igualdad de oportunidades. Sin embargo, todavía tienen que trabajar para que las medidas seleccionadas sean efectivas. Para lograrlo, las empresas deben aplicar la misma metodología que aplican a cualquier otra prioridad de la organización: contar con un fuerte compromiso de los líderes, medir de forma objetiva la efectividad de las acciones e implementar KPIs con un seguimiento riguroso.

El éxito de cada organización, incluida la nuestra, depende de la capacidad de elevar la diversidad de pensamiento y experiencia, desafiar las mentalidades establecidas y desbloquear soluciones que permitan que las organizaciones prosperen. En los últimos años, las empresas han logrado avances significativos en la diversificación de su fuerza laboral, pero la diversidad es solo el comienzo.

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