El papa Francisco y las elecciones en Perú

La tierra donde se impuso Pedro Castillo está sumergida en la pobreza económica de “los de abajo” y la pobreza ética de su clase dirigente, que ha perdido el sentido de la justicia y de amor al prójimo

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El papa Francisco
El papa Francisco

En las lecciones 2021 habló el “pueblo pobre” del Perú

Algunos presidentes latinoamericanos incluyendo el nuestro saludaron a Pedro Castillo por ser el más votado en el ballotage de las elecciones presidenciales del Perú. Al margen de esa transgresión protocolar habría consenso en medios de Lima e internacionales que ese pronunciamiento será ratificado por el Tribunal electoral a pesar de los pedidos de nulidad planteados por la candidata derechista Keiko Fujimori.

Por esa circunstancia y por las múltiples dificultades que debería afrontar Castillo, su triunfo no pasaría de ser una frágil esperanza para el pueblo pobre del Perú. Y para un cambio en el rumbo errático de esa nación hermana y de Latinoamérica. Por esas razones nuestras reflexiones se van a concentrar en el contexto y en la sorpresiva aparición de esta figura singular.

“Seremos un gobierno respetuoso de la democracia, de la estabilidad financiera y económica”, dijo el candidato Pedro Castillo Terrones, y agregó “los derechos a la salud y a la educación son derechos fundamentales” y para enfriar los temores del establishment manifestó: “Habré de respetar la propiedad privada y la libertad de las empresas”.

Horizonte para pensar las elecciones peruanas 2021

Un horizonte de reflexión sobre la nueva realidad política actual de América Latina antes de ver lo que le pasa a uno de los países herederos del Tahuantinsuyo, imperio Inca. Para situar su tierra milenaria en el presente continental cuando un campesino de Cajamarca está próximo a ser presidente de esa República.

La Democracia permanente es el nuevo modelo puesto en vigencia en América Latina, tras décadas de golpes de estado 1950-1980 y tentativas “revolucionarias”. No obstante las delicias de la democracia acaso por las limitaciones propias y las circunstancias del mundo el nuevo modelo no le permitió a nuestras naciones transitar el camino del desarrollo y el crecimiento. Y estamos varados como bien observó Castillo en esta estación central denominada “país rico y pueblo pobre”. Tren que “para en todas” las otras ya conocidas del subdesarrollo: democracia débil, corrupción, desocupación, asistencialismo, industria endeble, fuga de capitales, deuda externa y fuerte dependencia del sector primario de la economía.

Al mismo tiempo la nueva época impuso un viraje doctrinal hacia un “progresismo cultural de neto corte liberal” con la adopción de nuevos paradigmas y valores sociales en función del consumo. Lo bello por encima del bien y la verdad, el hedonismo perdulario, el consumismo desenfrenado, la tolerancia a la circulación del mal, drogas tóxicas y armas, defensa de la muerte, “aborto libre y gratuito”, desconstrucción del modelo de unidad sudamericana y licuación de los valores cristianos.

Lo que era una prensa más o menos veraz -ideologías aparte -hoy está movida por grupos económicos y cambia el color de la información por la variación del interés sin importar la verdad de lo que se comunica. Esto se verifica también en el Perú según lo testimonia un periodista limeño independiente: César Hildebrandt.

La República del Perú

Los gobernantes de la tierra de José María Arguedas y Vargas Llosa, de Gustavo Gutiérrez y de Chabuca Granda está sumergida en la pobreza económica de “los de abajo” y ética de su clase dirigente que ha perdido el sentido de la justicia, al amor al prójimo, sus raíces amerindias, su mestizaje cultural, como si gobernar consistiera en conceder recursos naturales del Estado y acumular ganancias particulares de los funcionarios.

Los zorros de los Andes hablan por la boca de Castillo

El resultado de las elecciones peruanas no fue el anuncio de la sublevación de los pueblos del altiplano anticipada por Luis E. Valcárcel en sus obras pero lo ocurrido el pasado 6 de junio fue una insurrección electoral del Perú provocada por los movimientos telúricos del corazón de la América profunda.

¿Quién es el Maestro?

Y al frente no hay un emperador inca sino un maestro campesino que bajo de la montaña. No es comunista por más que le sirvió de soporte una agrupación posmarxista, no se dice “revolucionario” por más que abogue por los pobres y los campesinos, no es ecologista por más que levante su voz contra las contaminación de los ríos y el extractivismo, es católico, cree en el amor, se pronunció contra el aborto y lucha contra la corrupción.

Fortalezas y debilidades del maestro-campesino

El candidato Castillo centró su discurso en la lucha contra la corrupción y en políticas de salud y educación, derechos que calificó de fundamentales, condenó la pobreza y la exclusión, abogó por una mayor justicia social.

Si bien tiene solo el apoyo del partido Libre, el gremio docente y los votos suma también -según afirman los observadores -un buen grupo, inteligente y moderado de asesores ¿será suficiente para soportar a las fuerzas desestabilizadoras?

Si bien es campesino no es y está muy lejos de pertenecer al grupo de los “gamonales” (señores, ricos o hacendados, socios de las mineras y madereras y banqueros) ¿podrá soportar sus presiones?

Pasó por el activismo sindical docente pero carece de experiencia política y de gestión; fue candidato en el 2017 a la alcaldía de Anguía y perdió ¿con viento en contra la pericia adquirida le alcanzará?

Campaña de un padre de familia con mucha fe

Nació hace 51 años en San Luis de Puña, Chota, Depto. Cajamarca, su madre doña Mavila es muy católica, su padre Ireño Castillo tiene 85 años y posee una finca que arrendaba, en junio de 1969 cuando Velasco Alvarado decretó la Reforma Agraria y le entregó la tierra que posee en propiedad.

Trabaja desde chico, estudió magisterio y ahí conoció a Lilia Paredes, su actual mujer y madre de sus tres hijos. Lilia también es docente, cristiana y una mujer de fe.

Carta de los Obispos del Perú

Sin abrir juicio por los candidatos dicen que esta circunstancia es histórica (y) “…debe ser una ocasión para fortalecer los valores fundamentales de la Nación: democracia, libertad, Estado de derecho, independencia de poderes, dignidad humana, la vida, la familia, la propiedad, el respeto de los tratados internacionales, que deben ser plenamente garantizados por el orden constitucional”; condenan tanto “el comunismo que reduce al hombre a la esfera de lo económico y rechazan al capitalismo salvaje que lo reduce al “consumismo” y el afán de lucro desmedido, en desmedro de la dignidad humana”.

La Carta condena la violencia, el terrorismo y todo atentado contra la vida venga de donde venga…”

La “opción preferencial por los pobres”

Afirman los Obispos que la Iglesia “…se sustenta en los principios de la dignidad humana, el bien común…y como no podía ser menos en tierra del gran teólogo de la liberación Gustavo Gutiérrez proponen como ellos mismos practican “… la opción preferencial por los pobres”, promoviendo una sociedad fraterna (Encíclica Fratelli tutti, Papa Francisco, 3/10/2020), solidaria, y una economía inclusiva, pues nadie debe quedar afuera”.

Como ciudadanos y como pueblo

Insisten en que las necesidades urgentes de los pobres deben ocupar el centro de una buena política y piden a la ciudadanía que vigile la democracia “…para fortalecer la democracia es necesaria una ciudadanía activa, proactiva y vigilante, que esté muy atenta para preservar el orden democrático ante cualquier intento de quebrantarlo”, dicen.

“Como ciudadanos -agregan -necesitamos con urgencia recuperar la confianza entre nosotros para que juntos y con generosidad construyamos un Perú realmente fraterno, solidario, en paz…” para concluir con la expresión que ha dicho tantas veces el Papa Francisco “¡No nos dejemos robar la esperanza!”(Carta al Pueblo de Dios, 25/5/21).

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