El canibalismo político y relación de la sociedad con la política en un año electoral: los relatores del relato

Los gobernantes se mantienen alejados de la agenda de la gente común, de sus necesidades básicas y palpables, para focalizarse en la perpetuación en el poder. Mientras, la grieta termina siendo un gran negocio para algunos que están más interesados en profundizarla que en solucionarla

Compartir
Compartir articulo
Alberto Fernandez en el acto de asunción de la presidencia del PJ
Alberto Fernandez en el acto de asunción de la presidencia del PJ

Jaume Perich (1941), escritor español, sentenció: “Un político es el tipo que tiene soluciones cuando está en la oposición y problemas cuando está en el gobierno”. La relación de los dirigentes políticos con la sociedad se ha vuelto sumamente compleja. Desde las redes sociales hasta los escraches públicos, tan repudiables como cobardes, se agudiza el reclamo de la sociedad por una dirigencia mejor.

En un año electoral, donde los comicios de medio término tendrán una importancia fundamental en el destino futuro de nuestra nación, el relacionamiento de la dirigencia política con los votantes cobra una relevancia especial. Verdad de Perogrullo: los argentinos estamos cansados de promesas electorales vacías de contenido.

Las próximas elecciones de medio término, más allá de los candidatos que se terminen de perfilar para el “día del voto”, tienen un alto contenido ideológico donde, a mi entender, lo que se votará -más allá de los candidatos- son sistemas políticos o formas de ver la república. Así, republicanos y autocráticos, rememorarán las disputas entre Federales y Unitarios, donde claramente las diferencias ideológicas de hoy no son las mismas que las de nuestros días patrios.

En ese relacionamiento de la política con los votantes, las agendas reales de los primeros son sustancialmente diferentes de las de los segundos. Precisamente las agendas alejadas de las necesidades del pueblo que se gobierna, los bolsos de los “López” y los que aparecen en la televisión pública, el uso político de las vacunas de todas y todos, más las granadas que se tiran de un lado a otro por intermedio de los relatores del relato generan una ausencia de conexión entre el pueblo que sufre y los gobernantes que gozan de privilegios, viajan en el avión de Messi o inauguran estadios millonarios mientras muchos pasan hambre y sus días enteros discurren en la calle.

Ese “no” relacionamiento con las necesidades de los gobernados, hace que los gobernantes se mantengan distantes y alejados de la agenda de la gente común, de sus necesidades básicas y palpables, para focalizarse en la propia perpetuación en el poder. El lawfare solo le interesa al 1% de la población, al otro 99% o no le importa o ni sabe de qué se trata. Hay quienes pretenden relacionarse desde el mero “relato” oportunista buscando golpes de efecto que se terminan perdiendo en el fragor del fuego cruzado que la grieta nacional y popular nos impone a diario.

La forma en que se relaciona hoy la sociedad con la política se encuentra en crisis. La lucha por el poder, por mantenerse o llegar al gobierno, por el rumbo del país, por las causas judiciales, por las cajas del Estado, por el acceso desigual a las vacunas y por muchas cuestiones más, es cruel y ha tomado como rehén a la sociedad toda.

Cuando el dirigente yerra el camino padece un envejecimiento prematuro. Cuando adversarios políticos no logran generar un debate genuino a partir de sus diferentes visiones tenemos un país peor. Cuando un primer mandatario usa la “cadena nacional” para no hacer anuncios, sino para opacar el “relanzamiento” de un dirigente de la oposición, nos deja sabor a “poco”. Hay un proverbio árabe que aplica a la perfección: “Si lo que vas a decir no es más bello que el silencio, no lo digas”.

La legitimidad que dan los votos constituye la forma de acceder al gobierno. Es la llave que abre la puerta de la Casa Rosada, pero esa legitimidad no es para realizar cualquier cosa, sino para lo que se “prometió” en la campaña electoral. Se forma de esa manera un contrato social entre el votante y el votado. Es un contrato no escrito, pero válido.

Axel Kicillof y Cristina Kirchner
Axel Kicillof y Cristina Kirchner

Cuando se incumple se pierde prestigio y credibilidad. Cuando son muchos a lo largo de los años los que no cumplen con la palabra empeñada la pérdida de prestigio y credibilidad es generalizada y termina manchando a todos por igual. En nuestra nación, fatalmente, ese contrato se rompe el mismo día de la asunción. Todos recordamos la frase de un expresidente (que hoy ya no está entre nosotros): “Si decía lo que iba hacer no me votaba nadie”.

La representación propia de la masa de votantes que elige un candidato pierde legitimidad en el momento que ese candidato, ya electo, incumple con sus promesas electorales. Y si esa falta de legitimidad por las promesas incumplidas se traduce, además, en actos contrarios a la Constitución Nacional, la situación es mucho más grave aún, por caso lo que sucede actualmente con la serie “Ataque al Poder Judicial” con entregas semanales en la saga tercermundista, que termina destruyendo la credibilidad de unos y otros, es el dilema del prisionero. Nadie gana. Todos perdemos, porque la grieta termina siendo un gran negocio para algunos que están más interesados en profundizarla que en solucionarla.

La injerencia de un poder del Estado en otro es un error por donde se lo mire. A las personas en situación de calle no le soluciona sus problemas. Es una agenda diferente y alejada de los votantes que más necesitan de un Estado presente. La relación entre la política y la ciudadanía se debilita con este tipo de situaciones. Queda para la política buscar los remedios constitucionales para resolver lo que considere equivocado, pero en modo alguno puede hacerlo desde la presión mediática y el ataque directo de un Poder del Estado a otro. No se hace de esa manera, porque se dañan las instituciones agredidas, al mismo tiempo que las agresoras.

En el relacionamiento de la política con la sociedad se suman a la saga que nos toca vivir “los relatores” del “relato” que nada bien le hacen a la consideración pública de la clase dirigente. Solo contribuyen con un balde de nafta tirado al fuego de una sociedad que se está “calentando”. La patria es el otro, siempre y cuando el otro piense de la misma manera, si no, está en la vereda de enfrente, es considerado un enemigo, y, consecuentemente debe ser atacado y defenestrado.

Esa discusión tiene fanáticos en ambos lados de la grieta donde se ubican los relatores del relato. Son los soldados que van al frente de batalla, son los que se meten en el barro. Se ensucian y manchan. Son los que disparan al enemigo la verborragia de excrementos disfrazados de argumentos, tan insustanciales como absurdos, y los que son disparados por el adversario de enfrente. Los relatores del relato son los que entregan el mensaje en vivo y en directo, ponen la cara y el cuerpo en pos de justificar, con fundamentalismo fanático, los argumentos que aseguren la posición de sus “superiores”.

La diatriba desquiciada de los relatores del relato abona el descrédito de la clase dirigente, tanto de los que se pretenden apañar, como de los que se ataca sin piedad. Los relatores del relato terminan siendo un mal endémico que contribuyen al descrédito generalizado de la clase dirigente, a la vez que se desacreditan ellos mismo frente a la sociedad. Los relatores del relato son los caníbales de la política, pero con la característica que se canibalizan también a ellos mismos.

Frente a las críticas de los relatores del relato, siempre la culpa es del otro, del anterior, del que habla y dice algo distinto. La dirigencia política, en su gran mayoría ya que por suerte hay excepciones, se ha convertido en un cajón de manzanas podridas, donde al principio sólo algunas entraron en estado de putrefacción, pero día a día van pudriendo al resto. Esta es la percepción mayoritaria de la sociedad. El alejamiento de la agenda política de las reales necesidades de la gente de a pie es hoy más evidente que nunca.

Somos un barco a la deriva que hace agua por todas partes, donde el capitán del barco, cucharita en mano, trabaja incansablemente las veinticuatro horas del día para solucionar los problemas, pero no cuenta con las herramientas necesarias, en parte por su propia impericia y en parte por la falta de pericia de sus compañeros de travesía. El fracaso termina siendo el destino final, donde la sociedad se junta con la frustración evidenciada en una pésima calidad de vida, donde tristemente las “criaturas M” son más de las que se pueden ver.

La pobreza endémica de nuestra nación pareciera no tener fin. El desempleo se agranda, la falta de alimentos y agua en la población carenciada ha llegado a niveles intolerables, las personas que viven en situación de calle son cada vez más a lo largo y a lo ancho de nuestra nación, la criminalidad sigue en aumento día a día, las dificultades en cuanto a la escolaridad, no de las escuelas de los “ricos” que pagan el impuesto solidario, sino de los pobres -que no son estigmatizados sino reconocidos en su real situación- es algo tan concreto como palpable.

Esa forma de relacionamiento con la sociedad es equivocada. En un país pobre se debe administrar la pobreza y dar el ejemplo con austeridad monacal. Corresponde gobernar con el ejemplo, no solo con la palabra, y cuando se usa la palabra debe ser para transmitir algo que importe para la gente. Hacen falta hechos concretos, dejando de lado los relatos infames de la política berreta y sus contradicciones permanentes.

No es entendible el discurso extraviado de muchos de nuestros dirigentes frente a las necesidades impostergables de sus dirigidos. Cuando se pierde el poder de convencer a la ciudadanía, se suele recurrir al miedo para gobernar. La cuarentena súper extendida que nos tocó en suerte es una muestra clara del manejo de la sociedad por medio del relato de los miedos existenciales, lo cual terminó en epítetos expresados por la sociedad que fueron desde infectadura hasta desobediencia civil, como expresiones que buscaron verbalizar el descontento de los dirigidos hacia sus dirigentes.

Son tan graves y variados los problemas que enfrenta nuestra sociedad, que ya no es suficiente arreglarlos con más planes y asistencia social. La falta de generación de puestos de trabajo genuino a consecuencia de la pandemia económica, y el sostenimiento de los empresarios que se juegan la piel en sostener sus empresas, pagar sueldos, más una cantidad insana de impuestos, es la cicuta de Sócrates.

La pandemia terminó de sacar toda la basura que teníamos bajo la alfombra de nuestra nación. Los problemas se evidenciaron todos juntos y al mismo tiempo y están a la vista de todos. Para quien camine el microcentro de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, les llamará la atención que aproximadamente 7 de cada 3 locales y oficinas están cerrados, en venta o alquiler. A ciertas horas del día el microcentro porteño se parece a una ciudad fantasma, algo que jamás había visto. Llama la atención que la presión fiscal aumente, en lugar de ser la puerta de salida para ayudar a miles de contribuyentes asfixiados por los impuestos de un estado que los ahoga.

Alcanza con bajarse del auto con chofer pago por el Estado (o sea, los giles que pagamos impuestos), caminar un barrio cualquiera y hablar con la gente. Es tan simple como eso, para comenzar a relacionarse con la sociedad desde un lugar diferente. Ni que hablar de ir a los barrios carenciados y ver cómo viven “sus” gobernados. Oler lo que huelen y pasar un día con ellos para entenderlos. Desde un escritorio con aire acondicionado, secretaria y café pago por los contribuyentes, las perspectivas seguramente no sean las más acertadas.

Llama poderosamente la atención que se gobierne como la tortuga que se esconden dentro del caparazón sin ver lo que pasa a su alrededor. El problema del que abre una heladera y no tiene nada para comer es diferente del que ni siquiera tiene heladera. La suma de esas dos tragedias es una gran tragedia.

Debo recurrir una vez más a la sabiduría de un muy querido amigo psiquiatra que con su habitual lucidez me aportó la siguiente conclusión: “Los tres poderes del Estado son una asociación lícita (Constitución Nacional), pero mutan a una asociación ilícita, la Argentina de la corrupción. El problema no está en la división de poderes sino en la interdependencia de estos. Está todo tan podrido que nadie puede meterse con nadie ni acusar porque todos son lo mismo (o casi todos, hay excepciones). Es el huevo o la gallina. ¿Quién se pudrió primero para abrirle la puerta de la corrupción al otro? Hoy es un círculo vicioso que gira en forma inversa a lo que debería hacerlo una civilización que pretenda vivir de manera ordenada y tranquila. Y ahí está el ‘virus’ de esta pandemia institucional, en los votantes, en la hipocresía que tienen cuando critican a un político que roba, pero luego evade impuestos o paga coimas para evadir un sistema perverso que lo agobia. Algo así como justicia por mano propia. Otra vez aparece el bobo, al que le resulta más fácil parecerse a sus dirigentes que diferenciarse de ellos. Hay que ser bobo para no entenderlo”.

SEGUIR LEYENDO:

Últimas Noticias

La oposición venezolana designó por unanimidad al embajador Edmundo González Urrutia como su candidato presidencial

La Plataforma Unitaria Democrática había intensificado sus esfuerzos en las últimas horas, con numerosas reuniones a puerta cerrada, para resolver las discrepancias y determinar una candidatura antes del sábado, cuando vence el plazo para que ese aspirante figure en la boleta electoral
La oposición venezolana designó por unanimidad al embajador Edmundo González Urrutia como su candidato presidencial

El fuerte mensaje de Nicole Neumann, en medio de la pelea con su mamá: “Una niña que aprendió a valerse por sí misma”

Sigue la guerra mediática entre la modelo y Claudia, su madre que está radicada en España
El fuerte mensaje de Nicole Neumann, en medio de la pelea con su mamá: “Una niña que aprendió a valerse por sí misma”

Alerta en Occidente: Corea del Norte efectuó ensayos militares con una nueva ojiva nuclear para misiles de crucero

El régimen de Kim Jong-un confirmó la realización de pruebas para el proyectil Hwasal-1 Ra-3 y el lanzamiento del nuevo sistema antiaéreo Pyoljji-1-2, marcando un avance significativo en su arsenal militar
Alerta en Occidente: Corea del Norte efectuó ensayos militares con una nueva ojiva nuclear para misiles de crucero

Se completó el halving del Bitcoin: qué es y cómo impactará en el ecosistema de las criptomonedas

Se trata de un evento que ocurre aproximadamente cada cuatro años y que reducirá a la mitad, a partir de hoy, el incentivo a la minería del criptoactivo más popular del mundo
Se completó el halving del Bitcoin: qué es y cómo impactará en el ecosistema de las criptomonedas

El álbum de fotos de Natalia Oreiro con su hijo en Japón en un viaje soñado: “Me impactó”

La actriz compartió bellísimas postales de un viaje tan único como deseado que realizó con Atahualpa. Jardines, sakuras, estanques de peces koi y todo el encanto de la isla
El álbum de fotos de Natalia Oreiro con su hijo en Japón en un viaje soñado: “Me impactó”
MÁS NOTICIAS