La reciente visita del presidente Alberto Fernández a México es sin lugar a duda una buena noticia porque ayuda a fortalecer nuestra relación con un socio clave, pero no por ello debemos perder de vista que nuestro socio estratégico es y debe seguir siendo Brasil.
¿Por qué México es importante para la Argentina? En primer lugar, porque nos permite reafirmar nuestra identidad latinoamericana. Más allá de los motivos sentimentales y culturales por los cuales esto ya es importante de por sí, tener a América Latina como nuestra área de pertenencia (a diferencia de América del Sur) nos brinda la posibilidad de acercarnos a México cuando nuestra agenda no coincide con la de Brasil. En definitiva, nos brinda mayor flexibilidad diplomática, que es un instrumento esencial a la hora de defender nuestros intereses. Asimismo, México representa un mercado atractivo por su compatibilidad con nuestra economía. Es por este motivo que el acuerdo firmado por ambos presidentes, que permitirá exportar más carne a este país, debe ser celebrado.
Pero no debemos olvidar cuál era la situación en nuestra región antes de que estableciéramos una alianza estratégica con Brasil. Hasta finales de los 1970, existía la posibilidad real de entrar en conflictos militares con Brasil y, principalmente, con Chile. Buenos Aires y Brasilia competían en prácticamente todas las áreas, incluso en el desarrollo de armas nucleares. Las malas relaciones con estos países a la vez impedían el crecimiento del comercio regional y el intercambio de inversiones. Fue en gran medida la alianza con Brasil la que permitió traer mayor estabilidad a la región, dejando de lado décadas de rispideces y desconfianza. Gracias a esto ganamos un socio clave.
Lejos de haber perdido relevancia, la relación con Brasil hoy se ha vuelto aún más necesaria. En efecto, la competencia estratégica entre China y los Estados Unidos eventualmente puede (si es que ya no lo hizo) terminar trasladándose a América Latina. ¿Cuál es la lógica de esto? Dado el peligro que representa un conflicto directo entre ambas potencias debido a la existencia de armas nucleares, Washington y Beijing enfrentan incentivos para resolver sus disputas en ámbitos distintos al militar (diplomático, tecnológico, cultural, etc.) y, cuando lo hagan militarmente, sea a través de otras naciones. Por ejemplo, si Brasilia se suma al bloque liderado por una de estas potencias y Buenos Aires al otro, la conflictividad volverá a nuestra región y las consecuencias que esto tendrá para nuestra seguridad y bienestar serán considerables. Por lo tanto, debemos comenzar a coordinar nuestra política exterior con Brasil para evitar que este escenario se vuelva una realidad.
En el plano comercial, si bien México es importante para la Argentina debido a que nuestras economías son compatibles, por cercanía y tamaño, Brasil es el socio clave. Asimismo, el Mercosur puede servir de vehículo para integrarnos al mundo, ganando así productividad y mejorando los ingresos de nuestros ciudadanos. Si esto aún no a sucedido se debe más a errores propios que a un contexto internacional y regional que nos perjudique.
En definitiva, debemos mejorar nuestra relación con México, pero también con Brasil. Y para esto necesitamos que, más allá que existen actualmente entre los gobiernos en Buenos Aires y Brasilia, la sociedad estratégica que nos une gane intensidad.
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