Recaudación: ¿qué nos dice el número de enero sobre la actividad, la balanza comercial y el déficit fiscal?

Si se netea la recaudación récord de retenciones, el resto de los impuestos vinculados al ciclo económico crecieron un 31%, y las cargas laborales un 25%. Con lo cual, hubo una caída de 8/9 puntos en términos reales

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Una persona camina frente al Ministerio de Economía (EFE/Juan Ignacio Roncoroni/Archivo)
Una persona camina frente al Ministerio de Economía (EFE/Juan Ignacio Roncoroni/Archivo)

Los mercados se mantienen atentos a los datos macro, y los números de recaudación no son la excepción, siendo esta una variable fundamental para poder pronosticar el desempeño fiscal.

En ese sentido, la recaudación de enero mejoró un 46,6% en términos interanuales y 6% en términos reales (considerando una inflación interanual del 40%), encadenando así su quinto mes consecutivo de suba. Hubo dos factores que explicaron la “buena” recaudación, aunque no repetibles hacia adelante: la mayor presión tributaria de los impuestos solidarios respecto de enero-20 (sumado a las contribuciones patronales); y una cobranza extraordinaria de retenciones tras las bajas exportaciones en los puertos en diciembre.

En concreto, se recaudaron unos $773 mil millones. Puntualmente, los ingresos de la AFIP se incrementaron 13,7% mensual, por dos efectos que ya mencionamos. De hecho, la mayor presión tributaria de los impuestos solidarios mencionados representaría $64 mil millones y significaría aproximadamente 13 puntos de la variación interanual. No obstante, hacia delante, su incidencia en la variación se reducirá.

En términos reales, por su parte, la recaudación de enero nos dejó el quinto mes consecutivo de suba interanual. Usando una inflación del 4% para el primer mes del año, y acumulada en 12 meses del 38%, la mejora se estima en el orden del 6 por ciento.

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Pero avancemos con un mayor análisis. Los números reflejan que el ciclo económico siguió mejorando, si se considera que los impuestos vinculados a la actividad (incluyendo las retenciones cobradas) crecieron 45% interanual y 5% real.

Sin embargo, es necesario poner un “paño frió” a estos datos. La razón es que, si se netea la recaudación récord de retenciones, el resto de los impuestos vinculados al ciclo económico crecieron un 31%, y las cargas laborales un 25%. Con lo cual, hubo una caída de 8/9 puntos en términos reales.

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Incluso una tercera comparación, más correcta, sería analizar la recaudación teniendo en cuenta las retenciones “apropiadamente” registradas. En ese caso, y realizando una aproximación de sólo las retenciones que hubieran correspondido a enero, los impuestos vinculados a la actividad reflejarían un crecimiento del incremento del 35% interanual; y así reducirían su spread negativo respecto del 38% de inflación interanual, a unos 3-4 puntos.

En este sentido, la utilización del uso de la energía eléctrica no residencial mostraría una “mejora” de la economía real en enero más atenuada que la de los impuestos vinculados a la actividad, que como vimos fue afectada por las retenciones extraordinarias.

Nada igual evita que la mirada refleje que la actividad económica (desde el lado, al menos, de la oferta) siguió mejorando en el primer mes del año. Diferente quizás a la mirada desde el lado de la demanda que, analizado el débil tránsito de los impuestos laborales, no parece mostrar mejora alguna. Punto que visto del lado del gobierno, podría llevar a medidas sobre los ingresos.

Aun con fuerte mejora del superávit comercial, es importante destacar que el BCRA no lo “capitalizó” en aumento de reservas

En tanto, cambiando un poco de eje, los impuestos de aduana -retenciones extraordinarias mediante- anticipan un fuerte salto en las exportaciones (tanto mensual, como interanual), pero también un nuevo aumento de las importaciones. En resumen, volvería a observarse un superávit comercial, del orden de los USD 1.000 millones.

Sin embargo, aun con fuerte mejora del superávit comercial, es importante destacar que el BCRA no lo “capitalizó” en aumento de reservas. Esto en un marco en el que solo pudo comprar USD 200 millones. Insistiendo acá en el análisis de que el gobierno quizás confunde demanda de dinero (muy débil) con superávit comercial como factor para recuperar reservas.

Por último, desde el lado fiscal, la buena recaudación mensual anticipa que el gobierno terminaría registrando un “bajo” déficit primario y financiero. Algo que se podía interpretar, a su vez, desde la nula asistencia del BCRA en el primer mes del año.