El Banco Central vende reservas y bonos para mantener la brecha cambiaria acotada

En enero la entidad que preside Miguel Pesce fue comprador neto de divisas, pero debió cambiar la estrategia sobre el cierre del mes. Qué cabe esperar para febrero

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Miguel Pesce, presidente del BCRA, mantiene la sintonía fina en busca de reducir gradualmente la diferencia entre el tipo de cambio comercial y el financiero
Miguel Pesce, presidente del BCRA, mantiene la sintonía fina en busca de reducir gradualmente la diferencia entre el tipo de cambio comercial y el financiero

La última semana de enero mantuvo el sesgo de tranquilidad. En el mes, el BCRA fue comprador neto (estimado) de USD 300 millones, aunque en la última semana alternó compras “chicas” con ventas “grandes”, reflejando un mercado cambiario más acotado. A la par, y de no menor importancia, aceleró la venta de AL30 para “mantener” la brecha estable.

Así, el presidente de la entidad, Miguel Pesce, mantiene su posición en cada mercado: el que se puede llamar el del “dólar comercial”, y el del “dólar financiero”. En el primero, “sacó” operaciones (financieras privadas y subsoberanas) y “dejó” las de comercio exterior (sin suntuarios) y los pagos -básicamente, rentas e intereses con multilaterales- del Gobierno nacional. En el otro, se busca mantener un ritmo similar a la tasa de devaluación del segmento mayorista, mediante ventas crecientes del AL30, el bono de mayor liquidez de la plaza.

El BCRA fue comprador neto en enero (estimado) de USD 300 millones, aunque en la última semana alternó compras ´chicas´ con ventas ´grandes´

Mientras tanto, la liquidez del mercado de pesos se mantiene. En enero, se puede decir que operó tranquilo, puesto que “por ahora” no entraron pesos nuevos al sistema que afecte a la expansión de la base monetaria, y en promedio billetes y monedas en poder del público operó alto ante el fuerte arrastre y estacionalidad de diciembre y enero. Pero, ya en febrero dicha demanda se revierte, lo que significara más pesos yendo al sistema financiero.

Dudas para el corto plazo

Sin embargo, aparecen interrogantes importantes de la mano de las inconsistencias, que muestra la actual coyuntura: tasas de interés pasivas menores al 3% mensual (que “contienen” a $2,3 billones en colocaciones a plazos fijos privados), una inflación proyectada al 4%, y una tasa de devaluación a un ritmo de 3,9% promedio en enero.

De hecho, la pregunta clave quizás es ¿cuál es la tolerancia del sector privado en cuanto a mantener plazos fijos con tasas negativas en términos reales? Dicho de otra manera, mantendrán los pesos o buscarán otras alternativas como bienes, dólar o bonos del gobierno.

No está aún la respuesta. En enero, los tenedores de pesos fueron a plazos fijos, y fue un ancla de la tranquilidad cambiaria. De hecho, las colocaciones del sector privado en pesos en esa franja crecieron entre puntas $153 mil millones -o un aumento mensual promedio del 8%-. Esto como resultado de un incremento en las altas diarias de $8,2 mil millones en diciembre, a $10,8 mil millones diarios en enero.

infobae

Se puede, en este marco, conjeturar varias ideas. Una de ellas es que la tranquilidad cambiaria, desde el punto de vista del BCRA, responde a una demanda de dinero en el corto plazo “estable” que lleva a mantener la estructura presente de tasas, con el fin de no elevar la emisión por déficit cuasi fiscal.

A la par, que se podría decir que la entidad busca inducir a los tenedores de plazo fijo, a ir hacia instrumentos en pesos del Gobierno que le ayuden al BCRA a emitir menos para financiar el déficit fiscal (objetivo que se entiende tiene al ministro Martín Guzmán para este año).

La tranquilidad cambiaria, desde el punto de vista del BCRA, responde a una demanda de dinero en el corto plazo ´estable´

En esa idea, el Gobierno lanzó esta semana al mercado primario nuevas Ledes y Lepas -instrumentos cortos en pesos (90 y 150 días) con diferentes ajustes-, y bonos CER –instrumentos más largos (a 18 y 24 meses)-. En una licitación que, en cuanto a tasas, convalidó 37,75% / 38,5% anual para las letras a descuento, y Pase más 150 bps/225 bps para los letras a tasa variable. En este sentido, la tasa nominal anual de la más corta (abril) se ubicó en el orden del 38 por ciento.

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