Repensar el manejo de nuestras emociones para evitar excesos en el consumo de alcohol

Muchas personas aumentaron la ingesta de bebidas etílicas como consecuencia de la pandemia y la cuarentena

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Muchas personas aumentaron su consumo de alcohol durante la cuarentena
Muchas personas aumentaron su consumo de alcohol durante la cuarentena

Si bien en pandemia el consumo de alcohol ha bajado en algunos grupos -especialmente en personas que consumen de manera social-, en otros se ha incrementado sustancialmente.

¿Por qué sucede esto? En los tiempos que nos toca vivir, algunos se sienten encerrados; otros, sobrecargados de trabajo; o con múltiples tareas a la vez: la casa, la escuela, el trabajo, la familia. Ciertamente es una situación nueva para todos, y el grado de malestar varía de un individuo al otro, pero, en general, se vive en toda la sociedad como aumentado.

En este contexto, el consumo de alcohol, de tabaco y de drogas ilícitas ha experimentado modificaciones. Es y ha sido, por mucho tiempo, objeto de debate hasta dónde consideramos o no, al consumo, un problema; y en caso del uso de sustancias, hasta dónde es abuso y cuándo este se convierte en una adicción.

Siempre las adicciones generan motivo de juicio por parte de todas las personas, por lo que es importante tener clara la magnitud del problema, y qué lo potencia. De todas maneras, es de esperar que, a la luz del aumento de estas patologías, el cambio de mirada sea una necesidad.

Lo que sí sabemos es que hay un grupo importante de personas que ha aumentado el consumo de alcohol. Esto no es sólo una mera estadística de un consultorio toxicológico o de salud mental, es algo visible y notorio por todos. Incluso la venta de bebidas alcohólicas ha aumentado, sustentando esta teoría. La tendencia no es sólo nacional, sino que es motivo de preocupación en los diferentes centros de toxicología de Argentina y del exterior.

Esto se podría deber a la permisividad social, a las situaciones de estrés global o, simplemente, a una forma de vivir acelerada. Lo que sí está claro es que el aislamiento ha cambiado las condiciones de vida, y que repercutirá más allá de la resolución del mismo. En este sentido, es muy importante entender cuál es el lugar que toman el alcohol o el cigarrillo en todo esto, y advertir que cuando “se ocupa” de bajar la ansiedad o la tensión, no deja lugar al despliegue de las propias herramientas para poder hacerlo.

Todas las sustancias tienen consecuencias en la salud, incluso el alcohol. Y no se necesita ser alcohólico para tener consecuencias físicas debido a su consumo; que merma los reflejos y la capacidad de reacción por lo que todo exceso de alcohol, aun sin estar ebrio, aumenta la posibilidad de accidentes. Por ello, bajar o disminuir la ingesta semanal es importante. Lo mismo ocurre con el tabaco, ya que es nocivo en todas sus formas.

Pensar y repensar el manejo de nuestras emociones es fundamental, especialmente cuando sabemos que el consumo de alcohol y de tabaco pueden causar enfermedades, adicción, y poner en riesgo todo nuestro plan de vida.

Entonces, ¿cómo saber si estamos bebiendo mucho? Es clave preguntárnoslo y ver nuestro consumo. Si la respuesta es positiva, hay que disminuir. Otro indicio es cuando a nuestros convivientes les preocupa o critican la cantidad de bebida; eso siempre implica una necesidad de bajar la cantidad.

Una situación que puede darse también es cuando la soledad se hace angustiante, y sólo se pasa con algo de alcohol, o cuando se pierde el control de la cantidad y se termina tomando más de lo que se quería, en reiteradas ocasiones.

En estos casos, es importante tomar conciencia del problema y cesar completamente la ingesta (o disminuirla de manera significativa). Y también notar que, si esto fuera imposible, ha llegado el momento de pedir ayuda y consultar a un especialista.

Siempre debemos recodar que las situaciones pueden mejorar; que es posible abordar el consumo y detenerlo. La mayoría de los servicios de toxicología están disponibles para consultas, tanto virtuales como presenciales.

La pandemia nos está dejando enseñanzas y cicatrices. ¿Qué es sano y qué no? ¿Cómo estamos manejando el consumo de alcohol en casa? Estas respuestas son personales, pero algo importante a la luz de lo que se ve en la sociedad es la necesidad de mirarnos, repensarnos y, sobre todo, prevenir. Y, en el caso del alcohol, bajar el consumo lo más posible.

* La autora es profesora de la Facultad de Ciencias Biomédicas de la Universidad Austral y jefa del Servicio de Toxicología y Medio Ambiente del Departamento de Emergencias del Hospital Universitario Austral.