Poca confianza y una grieta que se agranda

Las perspectivas del futuro inmediato parecen “negras” y lo más grave es que, en ese contexto, el Gobierno actúa con ceguera

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El presidente Alberto Fernández y su vice, Cristina Fernández (Juan MABROMATA / AFP)
El presidente Alberto Fernández y su vice, Cristina Fernández (Juan MABROMATA / AFP)

El dólar libre viene trepando aceleradamente y parecería que no tiene techo, nadie imagina que el Gobierno tenga instrumental que sirva para ponerlo en caja. Es dólar oficial de “unidad de cuenta”.

¿Por qué desde el poder político no se admiten los hechos tal como son? Ha pasado en todos los gobiernos desde lejanas décadas. Parece que la alfombra roja por donde ingresa a sus despachos les insufla a los funcionarios una categórica negación de la realidad.

Y eso es no ver la cosas que pasan: en la suba del dólar hay varios condimentos, pero el más importante es no confiar en el gobierno, no creerle. Una situación muy grave pensando en el futuro, en las elecciones (2001 y 2003), porque si todo continúa deteriorándose el Frente de Todos corre hacia la derrota. Si la confianza en el poder desaparece vienen en cadena muchos problemas, en especial el cuestionamiento social.

Parece que la alfombra roja por donde ingresa a sus despachos les insufla a los funcionarios una categórica negación de la realidad

El dólar libre o blue es el faro bajo el cual gira toda la economía nacional, cualquiera sea quien gobierne. Argentina ya ha demostrado en varias oportunidades lo que es una economía con dos cabezas. El blue es el que lleva a fijar precios, a guardar productos hasta que el horizonte sea menos tormentoso o a “cubrirse” con el valor de las mercaderías.

El mundo empresario está bordeando la anarquía y la quiebra. A eso hay que sumar los problemas que se arrastran desde marzo y mucho antes también. El agro y su producción es una esperanza para la Casa Rosada. Con expectativas y desgano, pese a la baja escasa de las retenciones (del 33 al 30 por ciento) los productores vendieron 325 millones de dólares.

Es el resultado de las exportaciones de 701.000 toneladas. Por supuesto: en todo este mar de fondo la grieta no favorece a nadie. El oficialismo y la oposición soplan para que el incendio se propague. El odio es mayúsculo a dos puntas y a veces parece imparable. La promesa de Alberto Fernández de trabajar para todos no se ha cumplido. Sólo hay que recordar una declaración de Santiago Cafiero, Jefe de Gabinete y mano derecha del presidente, sobre la última marcha de queja contra la política oficial: “Esa no es la gente, ese no es el pueblo”. La mirada de Cafiero es sesgada, no realista y discriminadora. Es un obstáculo al diálogo y al entendimiento imprescindibles, o un llamado a la pelea a ciegas.

El Jefe de Gabinete de Ministros, Santiago Cafiero (Charly Díaz Azcue / Comunicación Senado)
El Jefe de Gabinete de Ministros, Santiago Cafiero (Charly Díaz Azcue / Comunicación Senado)

Esa “gente”, ese “pueblo”, cuestionaron muchos de los problemas de la realidad. Entre tantos, el manejo de Cristina Fernández, la vicepresidenta, porque lo único que le importa es sacarse de encima los juicios que la incriminan y para eso barre con principios constitucionales, algo inadmisible para los que saben. El aumento de la pobreza parece no conmoverla.

Ese “pueblo” ve como poco a poco se retorna al cristinismo en estado puro y como Alberto Fernández se contradice en muchas cuestiones importantes: las torpezas en el manejo de la pandemia, las idas y vueltas en sus vínculos afectivos con Venezuela y su devoción populista albergando y acompañando a Evo Morales en la reciente elección presidencial en Bolivia.

El oficialismo y la oposición soplan para que el incendio se propague. El odio es mayúsculo a dos puntas y a veces parece imparable

Ese contexto va a traer nuevos conflictos con los países vecinos. Todavía no hay diálogo con Chile, Uruguay y Brasil; nada se sabe del destino del Mercosur, casualmente en tiempos en que Europa sigue hablando de un acuerdo con esta parte de Sudamérica. Un puente efectivo con Chile deja de existir cuando se insiste desde hace tiempo que los puertos trasandinos pondrían a la Argentina en un lugar preferencial para comerciar con Asia.

El economista sin partido Ricardo Arriazu ha dicho que el dólar paralelo “es un universo de pánico”. Las reservas líquidas del Banco Central son negativas en 500 millones de dólares, coinciden otros especialistas. Nada. ¿Cuáles son las alternativas? O llorarle al Fondo Monetario, o la ayuda china con swaps de yuanes, o facilitar las importaciones de Pekín que rondan los 700 millones de dólares por mes. Se han frenado las compras externas porque el Banco Central no tiene con qué avalarlas.

Lo que es grave es que el Gobierno actúa con ceguera mientras la producción industrial sigue cayendo. Pero en esta instancia el gobierno no tiene la menor idea de lo hay que comprar. La matriz también sirve para elaborar un nuevo esquema impositivo, eliminando todo aquello que perturba la marcha económica.

El Banco Central de la República Argentina (REUTERS/Agustín Marcariám)
El Banco Central de la República Argentina (REUTERS/Agustín Marcariám)

La matriz permitiría saber qué se fabrica, qué insumos se utilizan, qué se puede conseguir en la Argentina o lo que hay que importar. Hay sectores que vienen demostrando que caminan con un pie. El automotor sólo consigue entre el 60 y el 70 por ciento localmente. Celulares, televisores, la vidriera de la computación y la comunicación “arman” componentes que le llegan de lejos, como sucede en Tierra del Fuego bajo un régimen vigente desde hace décadas con tal de que no haya desempleo en la isla.

Las perspectivas del inmediato futuro son “negras”. Es posible que en dos meses más tengamos 1 millón de desocupados y centenares de miles de empresas, negocios y proyectos derrumbados que incrementarán los indicadores graves de estos momentos. Con cerca de 50 por ciento de pobreza. Ya las faltas se reflejan en niños y adolescentes: uno de cada dos es pobre de total pobreza; ciudadanos sin pertenencia, olvidados a la buena de Dios.

Mientras tanto Martín Guzmán hizo desplazar al titular del Banco Central en las toma de decisiones, pero hizo poco y nada para frenar el dólar-faro que es el blue. Y mientras hay un gran interrogante en el frente económico ya hay guerra en el frente político.

Algunos integrantes de Justicia Legítima, que adhieren al actual gobierno muestran su devoción. La Oficina Anticorrupción, a cargo de Félix Crous, abandona las 28 causas contra el kirchnerismo que muestran la corrupción al desnudo “por falta de personal”.

Por otro lado el juez Alejo Ramos Padilla, de Dolores, amplió los procedimientos como miembro de una banda de espionaje que comandaba Marcelo D’Alessio, en base de conjeturas y datos falsos, al periodista Daniel Santoro. Todas las instituciones periodísticas nacionales, como ADEPA, Foro del Periodismo (FOPEA) y Academia de Periodismo, se han pronunciado en contra de la persecución a periodistas.