Una placa conmemorativa por la muerte del policía Juan Pablo Roldán

El uniformado fue apuñalado el 28 de septiembre por un hombre con sus facultados mentales alteradas

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(@javiernavia)
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El pasado lunes 28 de septiembre, en horas de la tarde, la esquina de Av. Figueroa Alcorta y San Martín de Tours, frente al museo MALBA y en la puerta de un reconocido comercio gastronómico, con mesas en la calle ocupadas en tu totalidad, se produjo un trágico hecho luctuoso que conmocionó a la sociedad entera.

Un ciudadano con sus facultades mentales alteradas, en un hecho visto por todos a través de las imágenes de las cámaras de seguridad, terminó con la vida del oficial de policía Juan Pablo Roldán, quien de servicio en el Cuerpo de Policía Montada de Policía Federal, muy próximo al lugar, fue alertado por un personal de guardia de la existencia de un hombre armado que representaba una amenaza a la ciudadanía en general.

En pos de la detención del mismo, el oficial intentó lograr que el hombre deponga su actitud y lo alejó del público que allí estaba. A pesar de todo, el agresor sacó un cuchillo de gran tamaño y terminó con la vida del oficial Roldán.

Los días han pasado. Su sepelio fue transmitido por todos los medios, con la consiguiente congoja de todos. A más de 10 días del trágico episodio, la sociedad lo recuerda en forma permanente, con ofrendas florales en el sitio del homicidio y con la bandera Argentina que allí flamea.

Considero que dicho acto de heroísmo en cumplimiento de su servicio, que le costó la vida y dejó a su esposa e hijo pequeño con una ausencia eterna, merece un reconocimiento perpetuo en dicho lugar, a través de una placa. Para que todos podamos rendirle homenaje a diario.

Hay hechos que siempre deben ser recordados por el dolor que han causado. Que su muerte no haya sido en vano, la sociedad toda así lo reclama.

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