Al aire libre y con responsabilidad

Es cierto que vamos a ver más gente en la calle, pero eso requiere que seamos más responsables y que nos cuidemos más que antes

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El contagio en lugares abiertos al aire libre es mucho menor que en lugares cerrados
El contagio en lugares abiertos al aire libre es mucho menor que en lugares cerrados

Aunque a principios de este año el mundo se enfrentó la pandemia del COVID-19 con muchas más incertidumbres que certezas, la experiencia en la gestión sanitaria del problema nos ha enseñado muchas cosas. Una de las cosas que hoy sabemos es que el contagio en lugares abiertos al aire libre es mucho menor que en lugares cerrados. No es cero, pero es mucho menor.

Esta certeza nos permite emprender, de una manera inteligente, el camino de normalización de muchas actividades, y salir de casa cuidando al mismo tiempo que el virus no se propague. La responsabilidad y el cuidado de todos es para esto fundamental: de ninguna manera podemos relajar nuestros cuidados.

Ya dimos muchos pasos en la normalización de actividades. Empezamos por las salidas recreativas para los más chicos, abrimos las plazas, habilitamos las ferias y permitimos la actividad física y los deportes individuales al aire libre. Impulsamos el uso de la bicicleta –que disminuye enormemente el riesgo de contagio en el transporte–, y creamos nuevas ciclovías en las avenidas Corrientes y Córdoba. También habilitamos el autocine y otros espectáculos culturales dentro de nuestros autos y por streaming. Y siguiendo por este camino, esta semana habilitamos que los bares y restaurantes autorizados pongan mesas en la vereda para que podamos sentarnos a comer o tomar algo y anunciamos la incorporación de 15 áreas peatonales para ampliar el espacio público y la movilidad. Ya abrieron los comercios, las peluquerías, las industrias y las actividades profesionales, todas con los protocolos adecuados.

No estamos improvisando. Cada decisión que tomamos, medimos el impacto, y en todos los casos pudimos corroborar que la curva de contagios se mantiene plana. Y esto es posible sólo por el extraordinario compromiso de los porteños y el tremendo esfuerzo de cuidado que estamos haciendo todos, adoptando costumbres que hace poco nos hubieran parecido imposibles.

Es cierto que vamos a ver más gente en la calle: familias comiendo o tomando algo en una mesa al aire libre, gente haciendo deportes, paseando con los chicos o usando las bicisendas. Pero eso no debe confundirnos. Por el contrario, requiere que seamos más responsables y que nos cuidemos más que antes. De cada uno de nosotros depende que podamos seguir desandando juntos la cuarentena y retomando nuestra vida con normalidad.

Sabemos que detrás de cada actividad que está cerrada hay familias que sufren, que se angustian y que la están pasando mal. Ya avanzamos mucho y estamos en la mitad del plan de puesta en marcha de la ciudad, pero todavía falta. Por eso les pedimos que no aflojen, que sigamos cuidándonos y que sigamos juntos, trabajando como el gran equipo de vecinos que somos.

El autor es jefe de Gabinete del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires