Dolor por el asesinato de la justicia

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El juez Claudio Bonadio (NA)
El juez Claudio Bonadio (NA)

Amanecimos con una triste noticia: el fallecimiento del Dr. Claudio Bonadio. No solo era la muerte de un ser humano lo que nos conmocionaba. Como la mayoría de los argentinos sentí una enorme desolación. Un desamparo frente a la muerte del juez que se había animado a impartir justicia.

Es necesario también en esta oportunidad aclarar, por si hiciera falta, que jamás el juez Claudio Bonadio nos ha hecho entrega de ninguna documentación de la señora Cristina Fernández de Kirchner. Ni de nadie. Sí es cierto que muchas de nuestras conclusiones fueron tomadas a partir de un exhaustivo análisis de documentación que se encontraba dentro de las causas judiciales como consecuencia de los allanamientos que en ellas fueron ordenadas y la que accedimos por nuestra condición de amicus curiae o amigas del Tribunal. Y tampoco nos dejaba acceder a las causas judiciales que tramitaban en su tribunal.

Pocas veces lo vi en algún pasillo de Comodoro Py. Y cruzamos un saludo cordial. Hasta que un día compartimos la lista de aquellas personas acusadas de armar una asociación ilícita para perjudicar a la señora de Kirchner. Luego cambiaron el termino por el de lawfare. En noviembre del 2014 iniciamos la causa conocido como Hotesur. Tras la denuncia, sabíamos que habría una contraofensiva. Y así fue. A las pocas horas, Cristina Fernández de Kirchner acusó públicamente al juez Bonadio de no presentar balances de una empresa de su familia ante la IGJ. Por otro lado, el senador oficialista Marcelo Fuentes lo denunció penalmente: la acusación se basaba en el hecho de que era dueño del 20% de una empresa dedicada al manejo de las estaciones de servicio. En abril de 2016 denunciamos una nueva empresa de la familia Kirchner por maniobras de lavado de dinero: Los Sauces. Poco tiempo después, el 6 de junio de 2016, Cristina había publicado en su Facebook el texto “Bonadio, Stolbizer y asesora. Una verdadera asociación ilícita” donde denunció: “Si algo faltaba para probar la conducta delictiva del Sr. Bonadio en el manejo de las causas inventadas en mi contra, ayer la Sra. Stolbizer cerró el círculo de complicidades y conductas delictivas: suyas, de su asesora Silvina Martínez y del propio Bonadio". No solo fuimos denunciados por el abogado de Cristina Kirchner sino que también fuimos perseguidos, amenazados, blanco de noticias falsas armadas por los medios afines al kirchnerismo.

Y el juez siguió avanzando en su trabajo. Avanzó en las investigaciones más importantes contra la corrupción y, a pesar de los problemas en su salud, pudo terminar con su función. Elevó las causas judiciales y murió sin doblegarse a las presiones constantes ni a las amenazas del Gobierno comandado por Alberto Fernández quienes públicamente lo defenestraban y en secreto intentaban negociar una salida del magistrado.

Estuvo al frente de causas emblemáticas, entre ellas la Tragedia de Once (accidente ferroviario de la Línea Sarmiento ocurrido en febrero de 2012 y que tuvo un saldo de 51 muertos y casi 800 heridos), y fue el primer magistrado que tuvo a su cargo la causa Hotesur. En 2014, en un lapso de siete meses, allanó la empresa que administraba un hotel de la presidenta Cristina Kirchner, mandó a juicio oral al ex vicepresidente Amado Boudou, al ex secretario de Transporte, Ricardo Jaime, y al ex secretario de Comercio, Guillermo Moreno. Llevó adelante una megainvestigación conocida como la causa de los cuadernos de la corrupción K, que puso al descubierto la mayor red de corrupción, mediante el pago de coimas que eran asentadas en un cuaderno del chofer Oscar Centeno.

Las pruebas de las investigaciones judiciales fueron contundentes. No pasó inadvertido que la contundencia con la que Bonadio avanzaba en las causas generaba reacciones del poder kirchnerista en su contra. A Bonadio lo tenían marcado. Desde el mismo momento en que comenzó a investigar la corrupción kirchnerista, Bonadio fue el blanco de numerosas denuncias judiciales como así también de ataques mediáticos y ante el Consejo de la Magistratura. El objetivo de esas maniobras no era otro que apartar al juez de la causa precisamente porque estaba cumpliendo con sus funciones. Amenazas publicas y privadas, ataques y atentados, mentiras y difamaciones. Todo soporto.

Mas allá de sentir una profunda tristeza por la muerte de un juez, siento dolor por el asesinato de la justicia. Hoy cuando nos enteramos del fallecimiento de Bonadio la mayoría de los argentinos por un segundo pensamos en un asesinato. No importa la grieta ni las ideologías. Sentimos que en esta realidad que nos toca vivir en la Argentina todo es posible. Y no debemos acostumbrarnos a pensar que a los jueces y fiscales que investigan el poder político pueden matarlos, no debemos asegurar que esos crímenes quedaran impunes, no debemos permitir que las causas judiciales que tanto esfuerzo llevó su investigación queden inconclusas.

La autora es abogada y fue directora de la IGJ