Se pueden peritar todos los teléfonos: cuál es el negocio detrás

El crimen de Fernando Báez Sosa a manos de un grupo de rugbiers instaló la polémica sobre cómo se accede al contenido de los celulares

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¿Se puede peritar un teléfono bloqueado?

Sin el desbloqueo de los teléfonos, el mismo que pone el usuario para evitar que otros lo utilicen, es imposible ver su contenido.

Para esto, las distintas fuerzas de seguridad de los países utilizan tres dispositivos.

El principal se llama UFED y es de la firma Cellebrite, de origen Israelí. Este equipamiento lo tiene adquirido la Argentina. Una vez que se conecta el teléfono a peritar, el equipo UFED va a probar 9000 combinaciones de apertura que son las más usadas en el mundo como si un dedo invisible intentara esas combinaciones hasta lograr abrirlo.

Si esto fue exitoso, el equipo UFED abrirá la información del teléfono y podrá acceder incluso a los mensajes de Whatsapp, por más encriptados que estén.

De cada 10 teléfonos, 6 se abren con la prueba de las 9000 combinaciones más usadas y 2 se tienen que enviar a Israel a la sede de Cellebrite para que prueben contraseñas más complejas.

El ingreso de los rugbiers detenidos por el crimen (Gustavo Gavotti)
El ingreso de los rugbiers detenidos por el crimen (Gustavo Gavotti)

Hoy en día hay teléfonos que hace más de dos años que se le están probando combinaciones para abrirlos. Permanecen encendidos conectados a computadoras que lo siguen intentando.

Los otros 2 restantes quedan indefinidamente en espera de poder abrirlos por algún método que todavía no se tiene disponible y depende del avance de la empresa para poder hackearlos.

La biometría metió otro factor complejo para su apertura, pero detrás de cada problema hay un negocio para las empresas de “apertura” forense. Trabajan en ellos y prometen resultados.

Existen otras técnicas, como por ejemplo bajar de la nube o de la misma máquina un backup pero esos golpes de suerte no son tan habituales.

La posición de Apple y Google al no facilitar la apertura de sus dispositivos ante el pedido de las fuerzas de seguridad es como mínimo facilista, ya que detrás de su posición hay empresas que tienen como objeto brindar ese servicio a la Justicia. Esto permite concluir que la seguridad no existe ya que tiene su precio abrir un celular, pero esto deja la conciencia tranquila a Silicon Valley.

Mientras Silicon Valley duerme tranquilo y las grandes empresas de apertura llenan sus bolsillos, en el medio queda la privacidad de los usuarios, la justicia y el delito.

Claramente la tecnología como factor del problema.