La unidad nacional y el pacto social para la reconstrucción

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Alberto Fernández durante su visita a la CGT
Alberto Fernández durante su visita a la CGT

El Congreso Nacional sancionó la Ley de Solidaridad Social y de Reactivación productiva en el marco de la Emergencia Pública. Compartimos las causas que dieron origen a la medida, ya que según datos del INDEC al mes de septiembre pasado el 35,4 % de los argentinos son pobres y el 7,7 % son pobres-indigentes. Esto significa que solamente en los 31 aglomerados urbanos que releva el INDEC, hay más de 10 millones de pobres y 2,1 millones de indigentes. La desocupación alcanzó el 10,6 %, la subocupación el 18,3 % y conjuntamente con los trabajadores que no buscan empleo, dejan como saldo que alrededor de cuatro de cada diez argentinos tienen problemas de empleo.

A este catastrófico aumento de la pobreza y del desempleo de los últimos años, le correspondió el crecimiento de una gravosa deuda externa. Hay que decirlo sin titubeos: la Argentina fue saqueada por las grandes trasnacionales, por las empresas de servicios y por la usura financiera en complicidad con el Fondo Monetario Internacional. Es por eso que si bien compartimos la declaración de una Emergencia y auspiciamos la propuesta de Alberto Fernández de forjar un Pacto Social con la firma del “Compromiso Argentino por el desarrollo y la solidaridad”, no deja de preocuparnos la forma a partir de la cual plantea financiar la salida de la crisis.

Concretamente, preocupa que la Ley de Solidaridad Social y de Reactivación Productiva no obliga al sector financiero, a las corporaciones oligopólicas y a las grandes exportadoras agrarias a contribuir como corresponde. En su lugar, se carga el costo del ajuste en el haber de los jubilados que ganan más de 19 mil pesos, en los sectores medios (aumento de bienes personales y dólar turista-ahorro) y sobre el productor agropecuario (suba de retenciones). Concretamente: ¿una Argentina saqueada por las grandes trasnacionales y la usura financiera debe comenzar la tarea de reconstrucción ajustando entre los distintos sectores del Pueblo para repartirse las migajas sobrantes?

Es por eso que atentos a la sabiduría del Papa Francisco cuando afirma que “La falta de trabajo, las bolsas de pobreza producen incertidumbre y tensiones que constituyen una amenaza a la convivencia social”, nos inquieta que estas decisiones además de los efectos recesivos en la economía, puedan ser un catalizador de enfrentamientos dentro de nuestro pueblo. Me pregunto entonces: ¿para qué enfrentar a los productores agropecuarios con el resto de los argentinos cuando las llamadas retenciones son derechos de exportación que tendrían que absorber las trasnacionales cerealeras que jamás sacrifican ni siquiera parte de su brutal rentabilidad? ¿Para qué enfrentar a industriales y trabajadores agobiados ambos por la usura de las trasnacionales financieras?

La Argentina está en riego y la dirigencia debe ser consciente de la dramática hora que transitamos. Decimos que es fundamental reconstruir la Unidad Nacional como camino para evitar la polarización ingobernable que generan los dueños del poder económico en nuestra región. Desde el Movimiento Obrero consideramos imprescindible reconstruir esta Unidad Nacional de los representantes del trabajo, la producción y la cultura que permitirá construir el poder necesario para sortear la crisis y darle sustentabilidad social y económica a la Argentina. Decimos Unidad Nacional y no meramente rejunte electoral y propugnamos un Proyecto Nacional y no un plan de contingencia fiscal de las crisis.

Esto parecería una tarea imposible si en la Argentina no hubiera existido el Peronismo, reconocido mundialmente y negado por los intereses inconfesables o los necios repetidores de sofismas. Perón decía que el problema económico de la Argentina era de simple solución: sólo hacía falta hacer girar las mangueras que succionaban hacia el exterior las riquezas de los argentinos para que el derrame cayera en nuestro territorio enriqueciendo el camino hacia la vida digna y la realización de todo el Pueblo. Por eso sus enseñanzas están al alcance de quien quiera reaplicarlas… Pienso en el Pacto Social que fue implementado en el Congreso de la Productividad de 1954, con el Acta de Compromiso Nacional de 1973 y en la Mesa de Diálogo Argentino del 2002. En todas estas complejas circunstancias, los representantes del capital productivo y del trabajo forjamos acuerdos y puntos de encuentro para la salvación nacional.

Perón fue además quien formuló e implementó un esquema realista, efectivo y sustentable para financiar el desarrollo nacional y el Pacto Social. Lo hizo a partir de un manejo soberano del Comercio Exterior con el flamante Instituto Argentino de Promoción del Intercambio y con la nacionalización del Banco Central. El IAPI terminó con la apropiación abusiva de riquezas que hacían unas pocas exportadoras y le garantizó al sector agropecuario un precio digno para su producción. Además, se financió parte de la tecnificación del campo y la infraestructura de puertos, caminos, energía y transporte. Con la nacionalización del Banco Central, el país reorientó el ahorro interno a financiar la producción agraria e industrial y la justicia social. Entre las principales medidas tendientes a instrumentar la reforma del Banco Central del año 1946, se destacó la nacionalización de los Depósitos Bancarios y con eso el Estado reguló de manera social y productiva el ahorro de los argentinos y evitó los históricos desfalcos a los ahorristas. Con Perón se crearon créditos especializados que fueron implementados desde los Bancos Oficiales de Crédito Industrial (industria y minería), de La Nación Argentina (política agraria, de colonización, de inmigración y comercial), Hipotecario (vivienda) y la Caja de Ahorro Postal orientada al pequeño ahorrista.

¿Será tiempo de nacionalizar la banca y el comercio exterior?

Presidente Alberto Fernández: es una hora histórica para la Argentina y no son tiempos de reformas parciales y a medias. Apliquemos el mandato de Francisco acerca de que “El dinero debe servir y no reinar.”

Si usted nos convoca, el Movimiento Obrero será el puntal para la recuperación de la riqueza y de la dignidad nacional.

* Titular de la Unión de Empleados Judiciales de la Nación