El día después de mañana

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Mauricio Macri habló a la distancia en el Coloquio de IDEA (Christian Heit)
Mauricio Macri habló a la distancia en el Coloquio de IDEA (Christian Heit)

El sonido de las olas no llega hasta el espacioso lobby del Sheraton marplatense. En estos días y en este sitio el mar de fondo es otro.

Macri prefirió evitarse el momento. Esta vez no aportó su presencia física al Coloquio de IDEA. Se acogió a los beneficios de la teletransportación digital que le permite estar sin haber venido. A resguardo esta vez del ninguneo cuyo sabor amargo ya le tocó probar en el MALBA, cuando los mismos que se dejaron embelesar por el discurso de un Alberto Fernández moderado y componedor de entonces abandonaron las poltronas poco antes de su llegada, esta vez se limitó a cumplir. Mauricio ya sabe de qué se trata. El círculo rojo suele actuar así.

Fernández tampoco fue de la partida. Los organizadores del encuentro que reúne a la flor y nata del empresariado nacional fatigaron el WhatsApp de Santiago Cafiero durante semanas sin haber logrado concretar el empeño. Ni sí ni no hasta el mismísimo último momento. Algo o alguien lo convenció de que era mejor no aparecer.

“Perdió una gran oportunidad”, susurraban algunos por lo bajo. Pocos, muy pocos, aceptaban reconocer que la ausencia les sumó desasosiego. La mayoría buscó tranquilidad argumentando atendibles razones para el plantón: “Es comprensible, está en campaña (...) No puede esperarse que esté aquí un 17 de octubre”, comentaban por los rincones.

La movida duró tres intensas jornadas y, a excepción de Daniel Filmus, ningún referente del Frente se dejó ver por estas playas.

Tampoco Axel Kicillof permitió que lo atrapara el trasiego de chats de la organización. No hubo caso. Pero lo de el casi futuro gobernador de la provincia de Buenos Aires fue claro desde el vamos. Para Axel, no es no.

La que brilló con luz propia fue María Eugenia Vidal. Apareció como una suerte de exhalación, una estrella fugaz, en la cena de apertura. Hizo un discurso que sonó a despedida. Facturó fuerte a los suyos la condición de derrotada que la trajo hasta aquí y luego de ser aplaudida de pie por el empresariado se escabulló sin comer ni dejarse tocar ni halagar por nadie.

Ni ella ni ninguno de los suyos creen en los milagros. No están para darla vuelta. Sobrellevan con dignidad el momento mientras cuentan con desesperación las horas a la espera del día después de mañana.

No son los únicos. Todos quieren que llegue el 28. Los hombres de negocios esperaban a AF porque la mayor parte de ellos lo considera ya un virtual Presidente electo. Están inquietos, aguardando que los días pasen rápido y empiece un tiempo con definiciones. Aceptan que sellar un acuerdo de precios y salarios, tal como lo propone el candidato del “frentetodismo”, será inevitable pero también están convencidos que es urgente abrochar otro tipo de consensos para el mediano y largo plazo con el convencimiento de que el Pacto Social por 180 días del que se habla solo permite ganar tiempo al nuevo gobierno pero que más temprano que tarde implosionará.

En algo coinciden todos: crecer, generar empleo y aumentar la exportación es la única salida. Marcos Galperín, el fundador de Mercado Libre, fue contundente: “no hay manera de que con 6 millones de trabajadores formales se puedan generar los recursos para dar planes y demás a 15 millones de argentinos en la pobreza”.

En la primera hora de la tarde del jueves la oradora fue Narda Lepes. Es probable que, paradójicamente, a todos los concurrentes el almuerzo les cayera mal. Con ella comenzó una seguidilla de datos que describen la situación social con una crudeza aterradora.

Narda explicó que a diario se tiran miles de kilos de alimentos en perfecto estado y que el 90 % de lo que se descarta se pierde por dificultades de logística, problemas relacionados con el maltrato en la recolección, problemas en el traslado o el packaging. Un dato horrible para un país que tiene uno de cada dos niños con problemas de malnutrición.

Agustín Salvia, del Observatorio de la Deuda Social de la UCA, aseguró que uno de cada diez chicos está en riesgo crítico alimentario, esto es que pasan hambre.

Salvia denunció que el crecimiento de la pobreza estructural que es crónico y acumulativo. Fue concluyente: la enfermedad no es la pobreza, sino la incapacidad que tenemos como país de producir desarrollo. Un mazazo para los empresarios que sobrellevaron sin respirar no menos de tres horas de datos que meten miedo.

Sergio Kaufman, presidente de Accenture Argentina, produjo un sobresalto a la audiencia aterida por la cruda foto de la situación social cuando comparando al país con una aldea de 100 habitantes aseguró que solo uno tiene de ese total tendría un ingreso de más de $60.000. Luego apeló a los presentes a generar empleos sin prejuicios, a tomar mujeres embarazadas y mayores de 45 años.

Quien da trabajo a una embarazada saca por lo menos a dos de la pobreza, concluyó Kaufman.

En el debate “Futuro, empresarios, liderazgo y contagio” se habló de estas cuestiones. ¿Cómo crecer? ¿Qué herramientas son imprescindibles para hacer sustentable el desarrollo de la economía?

Federico Braun, dueño de La Anónima, pidió combatir la evasión impositiva y ampliar la base de los que tributan. Denunció la competencia desleal de los supermercados chinos que operan en negro y pidió, en un giro literario, no matar a Vaca Muerta. También señaló que la baja del IVA en los alimentos aumentó el alicaído consumo y redireccionó la compra hacia los supermercados.

Carolina Castro, del rubro autopartista, la primera y única integrante mujer del comité ejecutivo de la UIA, pidió impulsar la innovación para ingresar en el tiempo de la industria 4.0 acercando el sector a las empresas de servicios tecnológicos. Sin subirnos a los procesos de automatización y robotización nos quedamos fuera del futuro. Una propuesta desafiante y llena de complejidades. La adaptación de los convenios laborales a la nueva realidad del mundo del trabajo, entre los temas más sensibles. Todo está cambiando muy rápido, aunque hay quienes prefieren no enterarse.

El chat que no dio tregua fue el de “Nuestra voz”. Los teléfonos del grupo selecto de empresarios que lo integran ardieron esta semana. Buscan componer consensos para hacer llegar a los candidatos planteando sus preocupaciones y pareceres. Sonaron a sol y a sombra. No hubo coffee break, cóctel ni momento alguno que en que aflojaran con el debate digital.

El Foro de Convergencia Empresaria y los banqueros nucleados en ABA preparan un documento en el que pedirán a los candidatos presidenciales mantener en sus puestos a Guido Sandleris, presidente del Banco Central, y a Leandro Cuccioli, al frente de la AFIP, y seleccionar a funcionarios públicos de organismos sensibles por consenso y concurso. Es caso esta UIF, la Anses y la Sigen entre otros. . Si pretenden imponer alguna certidumbre tendrán que esperar. Alberto se ocupó de pasarles frío. Dijo que le resulta insólito que defiendan lo gestión en el Banco Central.

Preocupa el crecimiento y la generación de empleo y preocupa la institucionalidad pero más, mucho más preocupa la grieta.

El lacerante tajo que parte de los argentinos en estos días arde como nunca.

Alberto salió a dar respuesta a quienes se preguntan cuál será el rol de Cristina en el caso de que la fórmula que los une llegue a imponerse.

Cristina y yo somos lo mismo y todos somos lo mismo. Vamos a ser frentetodistas”. Basta con eso.

Empoderado le sigue pegando duro a Macri. “Llegó mintiendo a la Presidencia, mintió durante toda su presidencia, y se va mintiendo de la Presidencia”.

A horas de la segunda jornada del debate presidencial los dichos y los hechos del candidato del Frente permiten augurar un domingo caliente.