Macri se va, pero el ajuste y el FMI se quedan

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Este sábado, junto a miles de trabajadores, mujeres y jóvenes, el Frente de Izquierda Unidad protagonizó un masivo acto en la avenida 9 de Julio. Allí volvimos a reafirmar que somos el único espacio político que dice lo que todos callan. Que en esta crisis que estamos atravesando hay muchisimos perderores, pero también grandes ganadores.

Durante el gobierno de Macri ya se fugaron 81 mil millones de dólares. A esa cifra hay que sumar lo que se fugó bajo los gobiernos anteriores. Los grandes millonarios tienen guardados, afuera del país o en sus cajas fuertes, cerca de 400 mil millones de dólares.

Los bancos son otros de los grandes ganadores de esta crisis. Con Macri amasaron 21 mil millones de dólares. Una cifra astronómica. Las grandes cerealeras no se quedan atrás. Con la devaluación de las últimas semanas, aumentaron sus ingresos en un 30%. Hay que sumar también a las privatizadas: en estos años, gracias a los tarifazos, las distribuidoras y transportadoras de electricidad y gas vieron crecer sus ganancias hasta un 4 mil por ciento.

Por eso, cuando decimos que la crisis la tienen que pagar los capitalistas y no el pueblo trabajador, estamos hablando de algo tangible. Que la paguen quienes vienen ganando millones. No los que ya sufrimos desocupación, pobreza y una persistente caída del salario.

Los recursos para crear trabajo genuino, salud y educación no pueden ir a pagar una deuda que no solo es ilegítima sino que, incluso, es ilegal. Se pueden anular los tarifazos si se termina con la privatización de los servicios públicos. Se pueden aumentar salarios y jubilaciones si afectamos la ganancia de los grandes empresarios. Estas medidas son las que planteamos y defendemos todos los días. No son solo una consigna para la campaña electoral. Nuestro objetivo es que sean tomadas como bandera de lucha por la clase trabajadora, las mujeres y la juventud.

Somos, además, la única fuerza que señala a todos los responsables de esta crisis. Macri no hizo solo todo este desastre. Tuvo socios y cómplices. Muchos de ellos hoy forman parte del Frente de Todos que postula a Alberto Fernández.

Ahí están gobernadores como Juan Manzur o Gustavo Bordet, cuyos diputados y senadores apoyaron la reforma previsional que le metió la mano en el bolsillo a jubilados y jubiladas. O dirigentes como Héctor Daer, que garantizó la pasividad de la CGT frente a cada uno de los ataques del gobierno y las empresas. O Sergio Massa, que fue uno de los grandes aliados de la gobernabilidad macrista y hoy encabeza la lista de diputados por la provincia de Buenos Aires.

Si todos ellos fueron los garantes de la gobernabilidad y el ajuste macrista, ¿por qué habría que esperar algo distinto? Hasta ahora nada hace suponer lo contrario. Mientras hacia los grandes especuladores han ratificado el pago de la ilegítima deuda, hacia el pueblo trabajador solo hay vagas promesas. ¿Por qué no proponen votar de nuevo la ley de prohibición de despidos que aprobó el Congreso en el 2016 y que vetó Macri? ¿Por qué no plantean anular los tarifazos? ¿Por qué no proponen recuperar inmediatamente el 20% de la pérdida de salario real de estos años y anular la reforma jubilatoria? ¿Por qué no dijeron que van a anular inmediatamente el decreto de reducción de las indemnizaciones?

Como venimos diciendo en esta campaña, Macri se va pero el ajuste y el FMI quedan. El Frente de Izquierda Unidad es una herramienta para dar la pelea contra esa herencia macrista, para defender los derechos de los trabajadores, las mujeres y la juventud. Para pelear por que la crisis la paguen quiénes amasaron millones en estos años. Aportar a una gran elección de la izquierda es fundamental para prepararse para el escenario que viene.

En ese marco, tenemos una pelea muy importante para lograr diputados nacionales. Para las peleas que se vienen no es lo mismo un Congreso completamente dominado por los partidos tradicionales que uno con fuerte presencia de la izquierda.

En Buenos Aires hay que redoblar esfuerzos para lograr que mi compañera Myriam Bregman entre a la Cámara de Diputados. Si ella no ingresa, su lugar será ocupado por declarados opositores al aborto legal, como Pablo Tonelli (PRO), Marco Lavagna (Compromiso Federal) o Eduardo Valdés (Frente de Todos). En la provincia de Buenos Aires hay que fortalecer la campaña, apostando a que ingresen Néstor Pitrola y Luana Simioni.

El Frente de Izquierda Unidad tiene planteada una gran batalla en las tres semanas que quedan hasta las elecciones. Una batalla por el futuro. Un futuro para los trabajadores, las mujeres y la juventud.

El autor es candidato a Presidente Frente de Izquierda Unidad