No nos resignamos a aceptar el ajuste: lo enfrentaremos

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Nicolás del Caño y Romina Del Plá son precandidatos a presidente y vice por el FIT-Unidad (Crédito: Santiago Saferstein)
Nicolás del Caño y Romina Del Plá son precandidatos a presidente y vice por el FIT-Unidad (Crédito: Santiago Saferstein)

Llegamos al final de una intensa campaña hacia las PASO de este domingo. Una campaña donde vimos un fuerte operativo por parte del Gobierno para instalar una suerte de segunda vuelta anticipada, cuando aún estamos ante una primaria. Fue muy evidente la maniobra para hiperpolarizar esta elección, para tratar de que no exista ningún tipo de alternativa a las dos opciones mayoritarias.

La campaña del FIT Unidad fue hecha a pulmón y recorriendo todo el país. Pudimos hablar con muchísimos jóvenes, en los que encontré una enorme simpatía hacia las ideas y las propuestas que tenemos en el Frente de Izquierda-Unidad. Con ellos y ellas charlé de sus problemas para acceder a un trabajo digno, de las trabas que hay para poder estudiar, de cómo se precariza la vida de la juventud.

También visité empresas recuperadas, como la cooperativa La Terre de Mendoza, hoy gestionada por sus propios trabajadores y la legendaria ceramista Zanon en Neuquén. A lo largo del país, en decenas de establecimientos, son ellos quienes garantizan las fuentes de trabajo, luego de haber padecido el vaciamiento y la destrucción por parte de los empresarios.

En estos meses, junto a mi compañera Myriam Bregman y las cientos de candidatas que son parte de la "marea verde", hablamos con cientos de jóvenes que se organizan y luchan para conquistar el derecho al aborto. Ellas son protagonistas indiscutibles de un nuevo tiempo en la Argentina.

El Frente de Izquierda Unidad, cuya fórmula presidencial comparto con Romina del Plá, logró unir a la casi totalidad de la izquierda. Despertó un entusiasmo que palpamos en la calle, en los lugares de trabajo y en los lugares de estudio.

Esa simpatía, entre otras cosas, es hacia nuestra coherencia. A diferencia de las otras fuerzas políticas, en nuestro espacio no hay lugar para "panqueques". No hay opositores que se vuelvan oficialistas y "traidores" que se conviertan en "aliados". En la campaña, a esa coherencia la resumimos en un eslogan: "Si votás a la izquierda, sabés lo que votás". Porque somos los que estuvimos y vamos a estar siempre: luchando por trabajo estable, por el derecho a poder estudiar, defendiendo a nuestros jubilados y los derechos de las mujeres.

En los últimos días vimos un festival de demagogia y promesas de campaña por parte de las fuerzas tradicionales. Sin embargo, ningún candidato explica cómo hará para no ajustar en un país dirigido por el FMI. Si no se rompe ese control, gane quien gane, vendrán nuevos ataques contra las mayorías populares.

Pero en todo el país somos millones los que no aceptamos ese plan. Que no nos resignamos a que el pueblo trabajador pierda cada día mientras los grandes empresarios ganan. Que opinamos que la salud, la educación, la ciencia y nuestros jubilados están por encima del FMI y de los grandes especuladores. A eso nos referimos con invertir las prioridades. 

En estas elecciones tenemos que darles un mensaje a los poderosos: que no nos resignamos a aceptar su ajuste, que vamos a enfrentarlo. Votar al Frente de Izquierda Unidad es la única forma de dar ese mensaje.

Precandidato a presidente por el Frente de Izquierda Unidad