No existe la encuesta perfecta: por qué fallan los pronósticos electorales

Guido Moscoso

Compartir
Compartir articulo
infobae

Los períodos electorales, sobre todo aquellos que definen cargos ejecutivos, suelen estar acompañados de distintos e intensos debates. Durante este 2019 discutimos y seguiremos discutiendo sobre la definición de candidaturas, las propuestas de los candidatos, las estrategias y piezas de campaña, el rol de los medios, el sistema electoral, y, lo que aquí nos interesa, las encuestas. La particularidad en relación a este último punto es que la discusión sobre el tema parte, en buena medida, del desconocimiento de la forma en la cual efectivamente se hacen estos sondeos.

Buscando enriquecer y promover el debate público sobre el uso de encuestas en contextos electorales, a continuación se desarrollan dos ideas. Primero, una encuesta es una técnica de investigación compleja, con distintos componentes, que no se agota solo en si es telefónica, presencial u on-line. Segundo, es importante "reconciliarse" con el error que pueden tener las encuestas. El error es el combustible que permite actualizar la metodología, aprender, y mejorar la calidad de la información.

Comencemos por el último punto. El tan temido error no es otra cosa que la diferencia entre el pronóstico de una encuesta y la realidad. En este sentido, las encuestas electorales tienen una gran ventaja, lo que paradójicamente también representa su espada de Damocles: luego de una elección podemos comparar nuestras estimaciones sobre quién ganaría los comicios con quien efectivamente los ganó. Esta es la gran oportunidad para poder aprender cuál es la mejor forma de sondear a un electorado cada vez más complejo y escurridizo, oportunidad que la metodología de encuestas viene aprovechando hace casi 100 años.

Concretamente, al momento de diseñar encuestas los profesionales de las ciencias sociales nos enfrentamos con tres interrogantes que son los que en buena medida determinan el éxito de los estudios: ¿cómo selecciono a las personas que participarán de la encuesta?, ¿cómo pregunto aquello que quiero consultar?, y por último, ¿cómo analizo las respuestas de las personas? Más técnicamente, en metodología estos desafíos se denominan muestreo, medición y análisis.

Existe cierto sentido común que plantea que las encuestas presenciales domiciliarias son infalibles, mientras que las telefónicas o las on-line son muy imprecisas y poco confiables. En otras palabras, lo que nos está diciendo esta afirmación es que si yo selecciono a una persona para una encuesta yendo a su hogar me voy a garantizar mayor éxito (menos error) que si la llamo por teléfono o si la contacto por mail o redes sociales. Esto no solo es falso sino que también desconoce la complejidad del instrumento. El tipo de encuesta, y muestra, es solo un elemento, el más visible, la punta del iceberg, pero no el único. Entonces a partir de una encuesta presencial también podrían enfrentarse potenciales errores al diseñar mal el cuestionario o cometer alguna imprecisión en el procesamiento de la información. Los diseños muestrales son relevantes, pero no son lo único. La calidad y pertinencia de una encuesta depende de una multiplicidad de factores.

En el caso de las encuestas electorales hay dos puntos sensibles por fuera de la muestra: cómo efectivamente se pregunta a quién se va a votar y qué tratamiento se le da a los indecisos, los que no saben o no quieren decir a quién votarían. En este sentido, no es lo mismo indagar intención de voto mostrando boletas, permitiendo cortar boleta, que simplemente preguntar enunciando o mostrando el nombre del candidato; no es lo mismo suponer que el indeciso se va a comportar de la misma manera que la gente que sí manifiesta a quien va a votar, que generar un modelo estadístico para estudiar patrones latentes e inferir este "voto oculto".

Como se sugirió, no existe un tipo de encuesta perfecto, exento de potenciales dificultades. Todas las variedades tienen fortalezas y debilidades, incluso las tan ensalzadas encuestas presenciales. Sin embargo, lo curioso es que incluso existen componentes extra-metodológicos que no son necesariamente inherentes a las encuestas, pero que pueden afectar sus pronósticos. Por ejemplo, dinámicas en la opinión pública que dan lugar al llamado voto vergonzante o las mismas complejidades que pueden tener los sistemas electorales, como listas sábana, ley de lemas, simultaneidad, entre otras. Como analizamos, las encuestas son un iceberg grande y profundo, y muchas veces solo prestamos atención a lo que podemos ver en la superficie.

Politólogo y docente (UBA). Gerente de Opinión Pública en OPINAIA. 

Últimas Noticias

Milei adelantó que el lunes habrá una cadena nacional para anunciar el superávit fiscal de marzo

El Gobierno cerrará el primer trimestre de la gestión con una racha en superávits gemelos. En simultáneo, el Presidente defendió la falta de gradualismos para reducir el gasto fiscal y los índices de inflación
Milei adelantó que el lunes habrá una cadena nacional para anunciar el superávit fiscal de marzo

El kirchnerismo frente al primer desafío serio de Milei: el pacto político y fiscal amenaza la unidad peronista en el Congreso

El Gobierno aceleró las negociaciones con jefes provinciales y legisladores de diferentes espacios. Hay cautela, pero siguen las tratativas. Y si cierran los compromisos con las provincias, puede haber fisuras en los bloques del peronismo por el juego de algunos gobernadores
El kirchnerismo frente al primer desafío serio de Milei: el pacto político y fiscal amenaza la unidad peronista en el Congreso

María Corina Machado respaldó la designación de Edmundo González Urrutia como candidato unitario: ‘Venezolanos, avanzamos’

Mediante un breve mensaje en sus redes sociales, la líder opositora reafirmó su compromiso de mantenerse en la ruta electoral
María Corina Machado respaldó la designación de Edmundo González Urrutia como candidato unitario: ‘Venezolanos, avanzamos’

Delfina Chaves estrena Máxima, la serie que cambió su vida: sus días en Países Bajos y el romance que trascendió la ficción

La actriz argentina fue la elegida para protagonizar la biopic de la reina que, este 20 de abril, se estrena de manera oficial en el país europeo. Las dificultades del idioma, el proceso para componer el personaje y el noviazgo con el actor Martijn Lakemeier
Delfina Chaves estrena Máxima, la serie que cambió su vida: sus días en Países Bajos y el romance que trascendió la ficción

Quién es Edmundo González Urrutia, el candidato de la oposición venezolana que enfrentará a Nicolás Maduro

Durante su destacada trayectoria, sirvió como embajador de Venezuela en Argentina entre 1998 y 2002, y previamente ocupó el mismo cargo en Argelia de 1991 a 1993
Quién es Edmundo González Urrutia, el candidato de la oposición venezolana que enfrentará a Nicolás Maduro
MÁS NOTICIAS