Macri apuesta a la demonización y el miedo. ¿Será suficiente?

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El diputado nacional Máximo Kirchner
El diputado nacional Máximo Kirchner

El principal y único sostén del gobierno de Macri es el miedo a Cristina y sus provocadores de la Cámpora y similares. Épater les bourgeois, espantando y asustando burgueses cosa que no se les ocurra votarnos.

En eso están varios de los muchachos K, seguros de ser muy revolucionarios o poseer alguna virtud parecida. La política es un arte de seducción, en medio de la cual habitan un conjunto de provocadores que se ocupan de ahuyentar votantes como si jugaran a un deporte alternativo. Reivindicar la guerrilla desde la resistencia a la dictadura es solo una parte de la verdad. Ellos ejercieron la violencia en plena democracia: los montoneros ingresan al peronismo asesinando a Aramburu y cierran su pertenencia al mismo con el asesinato de Rucci, acto realizado en plena democracia, cuando hasta ellos mismos tenían importantes funcionarios en el gobierno.

El "Che" Guevara puede servir para convocar utopías, siempre y cuando no olvidemos que su política se llevó miles de vidas sin dejarnos un solo triunfo en país alguno. Largaron con la guerrilla y terminaron en el terrorismo. Se cansaron de cuestionar la democracia, nosotros éramos reformistas y ellos revolucionarios, repetían el mantra "el poder está en la boca del fusil". El marxismo se fue agotando y ahora vienen con esta historia de que "la guerrilla enfrentó a la dictadura", cosa que es cierta pero tiene otras lecturas posibles y necesarias.

No tenemos guerrilleros que hayan ejercido su autocritica, como en Uruguay que pudieron ser gobierno a partir de revisar a fondo su historia y sus prácticas. Tanto el libro "Ezeiza" como "El presidente que no fue" sirven para devaluar la vigencia del peronismo y en consecuencia del pueblo en contra del protagonismo de los militantes universitarios. Para estos muchachos la historia se inicia cuando ellos llegan, antes era solo el reformismo de Perón, "el Viejo" como solían llamar a quien les otorgó la mayor cuota de poder real que tuvieron y ni siquiera soñaron en su vida. Una manera de ejercer el "gorilismo" de izquierda. En eso coinciden con las derechas, en concebir a "la historia como un cementerio de elites" como diría Pareto. Para nosotros el mayor nivel de conciencia está en el seno del pueblo y la tarea del dirigente es saber interpretarlo. El "medio pelo" de Jauretche opina distinto.

Y ahora siguen, con Cámpora y guerrilla, con revoluciones que ignoran y provocaciones que nadie necesita. Macri está agotado, y si no fuera por el miedo que imponen "esos imberbes", no habría dudas sobre el resultado electoral.

Como siempre, aquí hay más que una lucha de clases, impera una concepción de fractura cultural donde unos se autodefinen como cultos, elegantes y morales mientras los otros serían incultos, vagos e ignorantes. Esa gente existe, fue esa conciencia la que batió récord de asesinatos en la dictadura, que enfrento a Inglaterra imaginando que eran la reserva de Occidente, que nunca asumieron ni la revolución industrial ni la necesidad del sindicalismo. El peronismo fue una etapa imprescindible del desarrollo de la conciencia nacional, puede y debe ser superado. Pero nunca lograran hacerlo aquellos que ni siquiera lo comprenden o simplemente lo ignoran.
Los de Cristina asustan con sus exabruptos, los de Macri te avisan que si no perteneces a los pudientes tu lugar es la miseria. Los de Cristina te apabullan con la mística que muchas veces oculta oscuros intereses; los de Macri son los dueños de las privatizadas, te avisan que ganan demasiado, se lo llevan y tenemos que pedir prestado para sostener esa fuga de capitales que denominan con patética perversión "inversión extranjera".

Antes te robaban con los cuadernos, los necesitamos preso; ahora te roban con las tarifas de las privatizadas y los bancos. Necesitamos un Estado que lo impida o al menos ponga límite a semejante saqueo.

Como se interroga con sabiduría Eduardo Fidanza refiriéndose a la grieta, "¿no habrá que concluir que la clave de nuestros males no se encuentra en el desacuerdo sobre las virtudes sino en el acuerdo sobre los vicios?". La triste realidad pareciera otorgarle la razón.