Un golpe de efecto impactante

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La decisión de Mauricio Macri de llevar a Miguel Ángel Pichetto como compañero de fórmula supone un impactante golpe de efecto. Cortó de cuajo las especulaciones y le arrebató el centro de la escena mediática a Sergio Massa, quien, mientras se le enfría el café, continúa de reunión en reunión negociando los términos y condiciones de su malhadado pase al kirchnerismo.

Pichetto no pidió tiempo. Convencido de que no deja nada por perder o negociar, plantó un "sí quiero" sin vacilaciones. Tras meses con el overol puesto abocado a las tareas de repavimentación y bacheo de la poceada avenida del medio, se calzó el traje de candidato que le acercó Macri y aceptó el desafío sin pestañear.

"La duda es algo muy complejo a la hora de tomar decisiones políticas", descerrajó en una intensa conferencia de prensa en la que bajó sin respirar una seguidilla de definiciones políticas, todas en línea con el oficialismo, y no dejó una sola pregunta por contestar.

"Las emociones no forman la base de mi comportamiento. A mi edad pesa más lo racional…yo esta tarde he tomado una decisión. Ante la duda, primero el coraje", aseguró el hasta hace unas horas Jefe del Bloque de senadores del PJ, responsabilidad a la que renunció para refrendar su lealtad al sector político al que pasó a pertenecer.

Los devaneos de Roberto Lavagna, su resistencia a medirse en las PASO, las idas y vueltas e indefiniciones de Massa pusieron a Miguel Ángel Pichetto frente a una realidad ilevantable: sus tareas para construir una tercera opción en el espacio de la Alternativa Federal solo auguraban un rotundo fracaso.

Entre el enojo y la decepción, el rionegrino hizo su catarsis dispuesto a quedarse fuera de la escena política. Descarnado recorrió los medios mostrándose tal cual es, conforme piensa y siente la política sin demasiados remilgos. Para algunos, de Frank Underwood a Jair Bolsonaro sin solución de continuidad.

El hombre que hace apenas una semana veía una película en blanco y negro, y que aseguraba que no se puede construir poder "entre la decepción de Macri y el miedo a Cristina" emergió hacia adelante y con los tapones de punta salió a confrontar con el pasado reciente del que formó parte y renegó en tiempo y forma.

Pichetto, más Pichetto que nunca, exponiendo sin cálculos electorales sus convicciones, avasallante, hizo gala de sinceridad brutal, pragmatismo e incorrección política y enamoró a un Macri que necesitaba recuperar centralidad redoblando la apuesta.

El impacto de la noticia devaluó las expectativas en torno a las largamente esperadas definiciones de Massa. El paso del líder del FR frente a las cámaras cuando se esperaban anuncios fue de una intrascendencia desconcertante. Habrá que esperar aún más para saber dónde definitivamente se pone el hombre que mide milímetro a milímetros sus conveniencias.

Que le aportará Pichetto a la fórmula del oficialismo es la cuestión del momento. Es probable que no se trate de votos. Aunque hay quienes calculan que podrá retener para Macri algunos electores que se escurría por derecha y no debe descartarse que su impronta ponga en duda a algunos referentes del PJ que ya parecían cruzarse al cristinismo. Seguramente su experiencia parlamentaria y probado apego a la institucionalidad sumen garantía de gobernabilidad en el caso de que Macri sea reelecto.

Los mercados recibieron la noticia con una ola de buenas nuevas: bajó el riesgo país, subieron los bonos y las acciones argentinas. El hombre que se definió como abiertamente pro mercado y que pretende una Argentina abierta al mundo ya está aportando un plus de certidumbre a los actores económicos.

Macri envió una señal de apertura desconocida en su ADN sorprendiendo a propios y extraños y sumando un ventarrón de política en los cerrados espacios en los que hasta ahora se han ido tomando las grandes decisiones. Es poco probable que esta puerta que abrió de par en par pueda de aquí en más entrecerrarse.

Miguel Ángel Pichetto ingresó en el primer día de su nueva vida prometiendo lealtad al proyecto que lo cobija y reivindicando el diálogo como eje de la construcción democrática.

Por las características de su impronta y personalidad es poco probable que quede embretado en una lógica de carpa chica. No parece en absoluto disponible para hacer de mero partener. Si de algo sabe es de como se cocinan las decisiones en los más alto del poder.

Los días corren intensos y la ultrapolarización parece profundizarse.