Aire limpio para la casa común

Compartir
Compartir articulo

El Día Mundial del Ambiente, que se celebra cada 5 de junio, se centra en un tema que busca concientizar sobre un asunto ambiental en particular. Este año la propuesta gira en torno a la "Contaminación del aire"; una llamada a la acción para ayudar a combatir un grave problema que afecta a millones de personas en todo el mundo.

Esta es una invitación a considerar los cambios que podemos hacer día a día para reducir la contaminación del aire que generamos en nuestra vida cotidiana. El objetivo es, ni más ni menos, eliminar de forma progresiva la contribución individual al calentamiento global y, de este modo, detener sus efectos nocivos en nuestra salud y en el planeta.

Este desafío está atravesado por algunos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, en especial los que llaman a garantizar la salud, mediante una vida sana y promover el bienestar para todos, y lograr que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles. Cada una de las metas y sus indicadores que propone este consenso internacional registran un impacto antrópico. Siendo el área ambiental el termómetro indicador sobre el cual tenemos que tener una visión más integral.

Este camino es el que nos señaló el presidente Mauricio Macri al inicio de nuestra gestión y es el que con nuestro trabajo ratificamos. Es por eso que cada uno de nosotros, desde el lugar que nos convoca, abordamos la tarea —con humildad y responsabilidad— entendiendo que lo que hacemos hoy es la herencia que le dejaremos a nuestros hijos.

El ambiente y los hombres y mujeres conforman una unidad indivisible, y este concepto holístico es el que nos lleva a conjugar el cuidado de nuestros recursos con el desarrollo humano. Porque no hay desarrollo posible si degradamos nuestro planeta, porque cuando degradamos el ambiente lo primero que degradamos es la dignidad humana. Esta mirada integral no es más que poner sobre la mesa una estrategia, un nuevo paradigma circular que entiende lo social, lo ambiental y lo económico como base en el diseño de políticas de Estado. Es verdad que estas grandes propuestas tienen que ser asimiladas por todos los habitantes de nuestro vasto país para realmente llegar a tener un ambiente sano y equilibrado como lo dicta nuestra Constitución en su artículo 41. Para ello trabajamos junto a todas las áreas del Gobierno porque entendemos que cuidar el ambiente es un compromiso de todos que se asume de a uno.

También la Agenda 2030 nos hace reflexionar sobre cómo producir y cómo consumir responsablemente. En ese sentido, hoy lanzamos la etiqueta vehicular, que tiene que ver con la movilidad sostenible, porque en las ciudades altamente pobladas vamos a estar obligados a ir hacia la movilidad limpia, a la matriz energética limpia. Esta iniciativa que presentamos junto con la Secretaría de Energía parte de que la industria automotriz tiene una calificación en términos de cómo impacta en el ambiente y en la salud de la gente. Me refiero al etiquetado vehicular que tiene como finalidad la disposición de los usuarios con información sobre el ahorro de combustible y datos útiles a la hora de elegir y adquirir un vehículo.

En el mismo sentido, impulsamos, con el apoyo de las embajadas de Canadá y Reino Unido en Argentina, el proyecto Open Seneca, una iniciativa de ciencia ciudadana que aspira a que voluntarios de distintas partes del mundo desarrollen y usen en sus bicicletas sensores de calidad del aire de bajo costo para visibilizar el problema de la contaminación, y de esta manera, medir la exposición personal a la contaminación del aire y consultar sus datos. Es algo muy importante porque Argentina no tiene todavía un estándar de calidad de aire y esta es una manera de obtener datos confiables para diseñar medidas concretas en favor de un aire limpio.

Porque en el marco del desarrollo sostenible tenemos que cambiar el concepto para hacer las cosas de diferente manera, para avanzar en lo que es la innovación tecnológica, que es lo único que va a permitir que la rentabilidad y la sustentabilidad se complementen.

Tenemos el derecho a un ambiente sano y equilibrado, y el deber de asegurar que las próximas generaciones vivan en un mundo mejor, por eso Argentina ha asumido la protección ambiental como política de Estado.

* El autor es Secretario de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación