La Argentina cede el protagonismo en la OMC

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La página web de la Oficina del Representante Comercial (USTR) de los Estados Unidos publica en detalle los fallos del Órgano de Solución de Controversias de la Organización Mundial del Comercio (OMC). Los Estados Unidos han seguido recurriendo a la OMC a pesar de las declaraciones ríspidas del presidente Donald Trump y del representante Robert Lighthizer. En la página se menciona la decisión del panel sobre la forma de cálculo de antidumping (DS534), el cuestionamiento de la ayuda doméstica al arroz, trigo y maíz de China (DS511) y las medidas de represalia por los perjuicios causados por los subsidios de la Unión Europea al Airbus (DS347 y DS316).

La página del USTR no menciona el dictamen del panel pedido por Ucrania (DS512) contra las medidas restrictivas al comercio impuestas por la Federación Rusia a las mercaderías en tránsito hacia terceros países. El veredicto del panel concedió a la Federación Rusa el derecho de imponer restricciones por razones de seguridad nacional en virtud del conflicto entre los dos países y estableció al mismo tiempo el derecho de legislar sobre el artículo XXI. El panel rechazó el pedido de Rusia de que no le corresponde a la OMC emitir juicio en estas cuestiones basándose en el criterio de que la seguridad nacional es una autodecisión de cada miembro.

La Argentina no hizo uso en ninguno de los casos del derecho que tienen los países de participar como tercera parte para efectuar un seguimiento de los conflictos comerciales. En el DS512, 21 miembros fueron terceras partes; en el DS534, 9 y, en el DS347 y 316, lo hicieron 6. En disputa por la ayuda doméstica en exceso de los compromisos asumidos por China, la Argentina no solo no fue querellante, sino que tampoco fue tercera parte. Este panel concitó la mayor atención con 28 países como terceras partes. Entre ellos se puede citar a Australia, Brasil, Paraguay y Canadá.

La Argentina fue tercera parte en 62 disputas desde la creación del mecanismo de solución de controversias. Sin embargo, desde diciembre 2015 solo lo hizo en las disputas sobre la comercialización de vinos presentada por Australia (DS537) y los Estados Unidos (DS531) contra Canadá. La Argentina mostró en los últimos tres años una actitud reticente de participar en el área más importante de la OMC, dejando de lado el protagonismo que siempre caracterizó al país en ese organismo y que le permitió gozar de un merecido prestigio. Esta área fue una de las innovaciones más importante de los acuerdos de la Ronda Uruguay; establecido para dirimir las diferencias de una manera civilizada sin recurrir a medidas retorsivas sumado a la obligación de acatar los fallos.

La ausencia de la Argentina en la controversia planteada por los Estados Unidos contra el exceso de subvenciones a la agricultura es difícil de explicar por la trascendencia para el futuro de las exportaciones agrícolas. China, al igual que India, defienden el derecho a subsidiar su producción agrícola basados en principios de seguridad alimentaria o para mejorar el nivel de vida del campesinado y evitar su emigración a los centros urbanos. Estas políticas castigan una vez más a los países exportadores agrícolas como lo hicieran en su momento los subsidios de los Estados Unidos y la Unión Europea recurriendo a subterfugios de Guerra Fría, medio ambiente o bienestar animal. El Acuerdo de Libre Comercio con China no le impidió a Australia subrayar su interés en ese tema que constituye competencia de un organismo multilateral. La participación hubiera requerido un trabajo conjunto con la Embajada argentina en Beijing y es posible que haya existido una opinión desfavorable del embajador Diego Guelar por temor a que el reclamo entorpeciera su gestión.

El ofrecimiento de la Argentina de ser la sede de la Reunión Ministerial de la OMC en diciembre de 2017 fue interpretado como una valorización de la presencia del país en el organismo multilateral. Los hechos desmintieron esa apreciación al designar como interlocutor a quien fuera ministra de Relaciones Exteriores, Susana Malcorra, con escasos conocimientos de los temas. El Gobierno priorizó más la proyección internacional de su imagen contemporizadora que el contenido.

El presidente Trump exteriorizó su desprecio por los organismos multilaterales y su preferencia por las negociaciones bilaterales, donde puede desplegar el carisma de su personalidad. La OMC ha sido uno de sus blancos preferidos y la negativa de nombrar a los miembros del órgano de apelaciones agudiza las dudas sobre el futuro de este mecanismo. Sin embargo, los Estados Unidos continúan utilizando las rendijas de los organismos multilaterales para defender sus intereses, algo que la Argentina pareciera dejó de hacer.

El autor fue embajador y es analista internacional