Sistemas electorales y especulación política

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Juan Francisco Nosiglia
Juan Francisco Nosiglia

La manipulación estratégica del calendario electoral es una constante en la política argentina y no constituye ninguna novedad. También lo son las interpretaciones maniqueas de reglas constitucionales o normas electorales a la hora de aumentar las chances de los oficialismos para persistir en el poder.

La primera modificación del calendario electoral se llevó a cabo en la Ciudad de Buenos Aires al sancionarse el código electoral que puso en vigencia a partir este año –y por primera vez desde la Autonomía de la Ciudad – la posibilidad de unificar las elecciones ejecutivas locales con la elecciones presidenciales. Un hecho inédito a partir de la sanción de nuestra Constitución y de la posibilidad de elegir nuestro Jefe de Gobierno. Como expresamos en aquella oportunidad, unificar las elecciones locales para las categorías de Jefe de Gobierno, Vice jefe de Gobierno y Legisladores porteños con las elecciones nacionales para la categoría de Presidente y Vicepresidente, provoca la desatención de los problemas estrictamente locales que afectan a los vecinos.

Las temas de índole nacional terminan opacando la agenda de propuestas de los candidatos de la Ciudad y esto perjudica notablemente la calidad del debate público. El desdoblamiento de las elecciones, en cambio, es consecuente con el principio de autonomía y logra poner el foco de la discusión en las problemáticas que hoy tienen los porteños. Si unificamos las elecciones de la Ciudad con la elección ejecutiva nacional, perdemos la oportunidad de debatir en serio las distintas propuestas de los candidatos locales. También perdemos la oportunidad de debatir cómo se invierte el millonario presupuesto de la Ciudad ($323.000 millones), de brindarle a los porteños la posibilidad de hacer más clara y transparente la competencia; que puedan conocer mejor a los candidatos y que sepan a quiénes van a votar y porqué. En Octubre, los porteños votarán simultáneamente Presidente de la Nación, Parlamentarios del Mercosur en 2 categorías, Senadores Nacionales, Diputados, Jefe y Vicejefe de Gobierno, Legisladores de la Ciudad y Comuneros. Sólo Evolución y algunos diputados de la izquierda nos opusimos a este desatino. El resto avalaron.

Es necesario que las normas electorales, como cualquier norma, se piensen evaluando la mejor alternativa para mejorar el equilibrio del sistema político en su conjunto, evitando la especulación electoral propia de quien está en el poder.

Los argumentos a favor de la unificación del calendario electoral son conocidos: presuponen un menor gasto y simplifican la vida de la gente. Dos ideas naturalmente erróneas si en lo que se piensa es en mejorar la calidad de la vida política. Sin dudas, el acto de elegir a nuestros representantes constituye un compromiso con la democracia.

Lo cierto es que los argumentos a favor de la unificación de las elecciones ejecutivas provinciales con las elecciones presidenciales no parecieran responder a creencias firmes de quienes los sostienen, sino que responden a los resultados que van arrojando las encuestas, a los vaivenes de la política y a las expectativas a futuro de la economía Argentina. A esta altura, nadie lo oculta. Hasta hace apenas unos días el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires se debatía entre desdoblar o unificar las elecciones atendiendo, principalmente, a las ventajas o desventajas políticas y electorales del gobierno nacional y el gobierno provincial; y desestimando los argumentos que el mismo partido utiliza para justificar la unificación de la elección en la Ciudad.

La falta de previsibilidad y transparencia en las reglas electorales recorre todo el territorio nacional. En Córdoba, por citar un nuevo ejemplo, se recurrió a la excepcionalidad suspendiendo por única vez un apartado de la ley electoral con la finalidad de poder celebrar las elecciones el 12 de mayo, siendo que la ley actual establece que las elecciones no pueden celebrarse antes del 16 de Junio.

La Rioja constituye otro caso de falta de transparencia y –más grave aún- de inconstitucionalidad habilitando al actual Gobernador a presentarse nuevamente a elecciones e ir por la re–reelección, violando así la Constitución Provincial.

En Río Negro la situación es similar a la de La Rioja. El actual gobernador Alberto Weretilneck asumió en 2011 como vice gobernador, luego se hizo cargo del ejecutivo tras la muerte del ex gobernador Carlos Soria, ganó la gobernación en 2015 y hoy se postula nuevamente para ocupar el cargo del ejecutivo provincial pese a que la constitución impide la re-reelección.

Previsibilidad y transparencia en las reglas electorales significa que se generen condiciones de competencia equitativas tanto para oficialistas como para opositores. Quienes no generan previsibilidad y transparencia en las normas electorales es porque no creen en la alternancia política.

Unificación del calendario electoral no es sinónimo de previsibilidad. Como dijimos anteriormente, el adelantamiento o simultaneidad de las elecciones en cada uno de los distritos responde más a la especulación sobre las chances electorales que al fortalecimiento del federalismo y las autonomías provinciales. Si verdaderamente la intención fuera la de simplificar el calendario electoral y generar reglas claras, se establecería una fecha fija para las elecciones provinciales definidas por ley nacional o definidas por leyes provinciales, como lo implementan países como Brasil, para el primer caso y Estados Unidos, para el segundo.

Sabemos que Argentina es complejísima en materia de sistemas electorales. Las provincias y la Ciudad de Buenos Aires tienen su propia estructura en materia de reglas electorales relacionadas con la selección de candidatos, el tipo de voto, la formación de alianzas y la posibilidad o no de la reelección. Esto arroja como resultado 24 distritos con diferentes reglas para elegir a su ejecutivo. Sin mencionar, por supuesto, las diferencias que existen en las legislaturas provinciales. Si a dicha complejidad le agregamos la falta de previsibilidad, la escasa transparencia y la especulación que efectivamente existe en cada año electoral, el resultado no puede ser demasiado alentador para el sistema político argentino.

El autor es legislador por Evolución de la Ciudad de Buenos Aires. Va por su segundo mandato, en el periodo 2017-2021. El primero fue entre 2013 al 2017.
Es autor de 237 proyectos.
Vicepresidente segundo de las comisiones de Justicia, Presupuesto,  Hacienda y Administración. También de Turismo y Deportes
Presidente de la Comisión de Relaciones Interjurisdiccionales