El 17 de febrero será la primera prueba electoral para las fuerzas políticas nacionales y podría ser también el primer indicador concreto sobre el humor social argentino cuando los pampeanos elijan en las elecciones internas abiertas a los candidatos que quieren llegar a las elecciones generales del 19 de mayo. Es que, aunque la provincia de La Pampa represente una parte muy pequeña del padrón nacional —no más del 0,86%—, pareciera replicarse el escenario de polarización existente en el país.
El proceso eleccionario del 17 de febrero será solo la antesala del 19 de mayo, cuando se realicen las elecciones generales. Es por ello que solo se decidirá quién será el candidato a gobernador de Cambiemos y, en el caso del peronismo, los candidatos a intendentes de 11 localidades, entre ellas la capital provincial. No es algo menor, ya que para el peronismo será la oportunidad de definir liderazgos locales, mientras que para el radicalismo y el PRO será la amenaza de sacrificar un candidato propio en mayo en beneficio de la alianza entre los dos sectores.
Luego del renunciamiento a la reelección del gobernador Verna por motivos de salud, el peronismo logró atravesar por un sendero de acuerdos que condujo a una lista de unidad transversal que incluyó a sectores que iban desde La Cámpora hasta el Frente Renovador, a la que llamó Frente Justicialista Pampeano (FreJuPa). La idea que muchos expresan en el ámbito nacional, pero que aún parece difícil de alcanzar, sobre la unidad de la oposición se hizo realidad sin muchos sobresaltos. Todos entendieron que el rival era el macrismo y no hubo reparos a la hora de compartir lugares en la boleta, aunque el acuerdo entre Verna y Marín tampoco dejó espacio para aventuras personalistas.
El diputado nacional Sergio Ziliotto, un hombre de confianza del gobernador Verna, que fue además ministro de Bienestar Social provincial durante su anterior gestión, es el candidato que encabezará la lista del FreJuPa. Ziliotto es además un nombre que representa un recambio generacional, ya que desde el regreso a la democracia La Pampa fue gobernada por tres peronistas de la misma generación. El peronismo juega de banca y su carta es la unidad, la buena imagen que muestra Verna en los sondeos y la fortaleza en las localidades del interior de la provincia, entre ellas, General Pico, que por primera vez en su historia podría tener una intendenta mujer. A ello se suma la posibilidad concreta de revertir Santa Rosa, que carga con una gestión municipal radical superada por malas decisiones, y por problemas sanitarios y estructurales.
En la otra vereda, habrá internas entre un macrista puro como es Carlos "Colo" Mac Allister, y el radical y diputado nacional Daniel Kroneberger. Por su parte, el socialismo presentará candidato por fuera y no será parte de esta alianza electoral como en el 2015. Su discurso y posicionamiento es ahora más crítico a nación que a la provincia.
El proceso para la selección del candidato radical fue algo desordenado. La decisión era llevar una sola lista para no repetir lo ocurrido en el año 2017, cuando la división los dejó fuera de la pelea por la diputación nacional. Por ello el comité provincial acordó contratar a una importante consultora porteña para definir el candidato entre tres aspirantes y el resultado arrojó un empate entre el actual senador Carlos Marino y ex diputado nacional Francisco Torroba. El empate terminó beneficiando a quien estaba ubicado en un lejano tercer lugar, el diputado nacional Daniel Kroneberger, quien acordó el apoyo de Torroba luego de asegurarle el primer lugar de la lista de diputados provinciales. Marino, por su parte, dimitió a sus aspiraciones poco antes de la denuncia de acoso sexual que fue de público conocimiento.
Los radicales se muestran confiados en su estructura para superar las internas, mientras que en el PRO apelan a las dependencias nacionales, a su capacidad para llegar a los ciudadanos usando timbreos y redes sociales; y al recuerdo de la victoria de la pasada interna del 2017. Lo cierto es que el golpe de quedar afuera en mayo podría ser más fuerte que las esperanzas que pueda generar una eventual victoria. De ganar el PRO la interna de Cambiemos, sería la primera vez que el partido centenario de la UCR no lleve un candidato a gobernador propio.
En este escenario cada fuerza política teje su propia estrategia y no hay dudas de que, a nivel nacional, cada espacio querrá hacer suya la victoria o intrascendente la eventual derrota. La prueba definitiva será en mayo, pero el 17 de febrero será la primera muestra objetiva de lo que podría deparar para las provincias que desdoblan elecciones e influir en las elecciones de octubre con un gobierno nacional en racha o vapulado en términos electorales.
El autor es abogado y asesor parlamentario del Senado de la Nación.