La autora es periodista, analista política y conductora de radio y TV.
Tenemos una Argentina naturalizada. Comer de la basura está naturalizado por la política y por el grueso de los habitantes. Por ende, la pobreza y su cara extrema, la indigencia, están naturalizadas. Ante esto, lo que la dirigencia política viene naturalizando es su propia pobreza intelectual. Hay pobreza de planes de desarrollo. Pobreza sobre cómo pensar el futuro. Pobreza y mezquindad a la hora de confeccionar políticas de Estado. Solo con producción y trabajo se desanda la pobreza.
La ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley, ha confesado que su misión es que la gente no junte bronca, aunque sabe que está muy triste en este diciembre. Paradójico el nivel de conformismo de esta funcionaria y su Gobierno. Los empresarios pymes han manifestado que la situación es muy difícil y se está tocando fondo. El ministro de la Producción y Trabajo, Dante Sica, buen amigo de los empresarios, parece no poder revertirlo ante la contundencia de las altas tasas de interés.
Pero el actual Gobierno solo profundizó las ineptitudes que vienen de lejos. La decadencia de una sociedad se refleja en sus representantes. No obstante, la sociedad tiene sus mecanismos de defensa, intuitivos. Por eso, en el 2015 ganó Mauricio Macri y hoy queda claro que la sociedad no confía en este Gobierno; ver la desconfianza externa en los índices del riesgo país y la desconfianza interna en un dólar que no cede, y el continuo avance de los precios a pesar de la recesión económica. Gobierno que, según el propio Presidente, ya no hará pronósticos. Sucede que el tema central de un gobierno pasa por la gestión. Gestión tan pobre como la anterior. Ambas no pudieron con la pobreza estructural. ¡Un tercio de la población condenada a vivir sin las calorías necesarias! Y la mitad de nuestros jóvenes en igual situación.
Si el 2019 ofrece una alternativa electoral como pareciera ser, Mauricio Macri versus Cristina de Kirchner, cuyos modelos han fracasado, me remito a las mediciones del Observatorio de la Deuda Social de la UCA, pregunto: ¿Qué promesas electorales podrán realizar si cada uno en su tiempo no las cumplieron? Es increíble el grado de obstinación por permanecer en el poder.
Gran parte de los dirigentes del Gobierno anterior camina los pasillos de Comodoro Py, mientras que otra parte está alojada tras las rejas. Algunos de ellos, como Amado Boudou, entran y salen.
Del Gobierno actual, es su socia política, Elisa Carrió, quien no deja de denunciar corrupción dentro de las filas de Cambiemos. Ante este panorama, nos queda la pobreza de dos modelos que pretenden dirimir sus frustraciones en el ring electoral del 2019.
Lo cierto es que las tres cuartas partes del gasto del gobierno nacional tienen que ver con lo social. Si la pobreza es el mejor detector de los fracasos políticos, la indigencia es más grave aún y amerita que toda la política deje sus quehaceres para atenderlas. La pobreza no tiene forma de ser revertida sin planificar el futuro. Y esta planificación solo se puede dar a través de políticas de Estado, imprescindible, porque llevará décadas desandarla, siempre y cuando se acierte en las políticas a aplicar.
Este jueves el presidente Macri se reunirá con la cúpula de la Iglesia. Es una buena oportunidad. La Iglesia conoce del dolor de los más necesitados. Iglesia que en el 2015 jugó abiertamente para que Cambiemos llegue al poder.
El radicalismo disidente produjo una primera aproximación en el camino de recuperación de su identidad. Ricardo Alfonsín, Federico Storani, Juan Manuel Casella están empeñados en retomar ese camino que entienden que no fue conservado por las actuales autoridades del radicalismo. Este proceso interno tiene un punto de inflexión que es lograr que la Convención Nacional presidida por el doctor Jorge Sapia se reúna. Si esto ocurriese, buscarían torcer la adhesión de la UCR al PRO, ya que debiesen ratificar su participación en esta alianza. Las mayores críticas que le realizan a la actual conducción del partido es, primero, el desvío de los criterios ideológicos que dieron sustento a este legendario partido y, ante esto, el papel pasivo de las actuales autoridades. Segundo, desde Gualeguaychú la Convención nunca volvió a reunir a sus correligionarios. Tercero, la anuencia y la complacencia de los negociadores del radicalismo a la hora de no exigir la coalición política de gobierno desde el primer momento. La segunda estrategia sería acercar a este espacio interlocutores compatibles.
En un año electoral como el 2019 es muy difícil que el objetivo de este sector disidente se cumpla y mucho más cuando, de lograrse la convocatoria, tendría que ser en abril o mayo. Para esa fecha las cartas electorales ya están jugadas en Argentina. A pesar de esta preocupación evidenciada por un sector de la dirigencia radical, la semana pasada el Presidente protagonizó una reunión de gabinete ampliada, mil dirigentes entre ellos radicales, ante los cuales Mauricio Macri declaró que ya está "en modo electoral" y concluyó: "Argentina va a confirmar que este es el rumbo para salir de las tormentas interminables". Admitió que hay muchos enojados. Los radicales concurrentes parecieron aceptar nuevamente el rol de dadores de estructura electoral.
Política en Santa Fe
El gobernador de Santa Fe, Miguel Lifschitz, le reconoció a esta cronista que no aparecen en el Frente Progresista Cívico y Social candidatos con cuerpo y hambre político como para disputarle una interna al ex gobernador Antonio Bonfatti. Es probable que se consensúe una lista única y, con respecto a su futuro, si bien le entusiasma participar en el armado de un tercer espacio nacional, en febrero resolverá si encabeza la lista de diputados provinciales. Cabe aclarar que el socialismo llegó a tener trece diputados nacionales y un senador nacional durante la etapa que presidía el partido el actual diputado provincial Rubén Giustiniani.
Mañana el santafesino Agustín Rossi presentará su libro de campaña Hay otro camino, luego del lanzamiento de su precandidatura presidencial el sábado en el ciudad de Rosario, aclarando que resignaría su candidatura solo de aceptar tal convite la ex presidente Cristina Kirchner.