La ausencia de Macri en Brasilia

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La decisión del presidente Mauricio Macri de continuar sus vacaciones y no asistir a la investidura del presidente Jair Bolsonaro el 1º de enero en Brasilia constituyó una sorpresa. El Gobierno argentino debe haber evaluado que el rechazo del presidente Bolsonaro de formar parte de la delegación brasilera al G20 fue un desplante diplomático y, en consecuencia, el presidente Macri enviará al ministro Jorge Faurie, quien ya declaró su predisposición a sacrificar la celebración de fin de año con su familia.

No constituye un buen comienzo para las relaciones bilaterales y el Mercosur la ausencia de uno de los mandatarios en la ceremonia de asunción del mando. En la medida en que el Mercosur continúe como objetivo común en las relaciones entre los cuatro países, todos los gestos deberían contribuir a mostrar la voluntad de trabajar conjuntamente, y en especial en el más alto nivel.

No es posible comparar este hecho con el rechazo a participar en reuniones estrictamente formales del G20. La presencia de Jair Bolsonaro como parte de la delegación brasilera no hubiera cambiado en nada las conclusiones del documento final elaborado por los sherpas. El presidente Michel Temer participó de la reunión de los BRICS, cuyo documento contiene mayores precisiones sobre política internacional, quizás no compartidas por las nuevas autoridades. La relación con China y Rusia, a pesar de la importancia económica para Brasil, posiblemente estará sujeta a revisión ante las posibilidades de un mayor acercamiento con los Estados Unidos. La visita de John Bolton a Jair Bolsonaro días antes de la reunión del G20 para afirmar su compromiso con las políticas enunciadas por el presidente de Brasil debe haber incluido el trato que los Estados Unidos asignan a esos países, por otra parte similares al comunicado de prensa de Sarah Sanders después de la reunión Macri-Trump.

El Mercosur fue descalificado tanto por el ministro de Economía Paulo Guedes y por la ministra de Agricultura Tereza Cristina por diferentes razones. Mientras Guedes considera que el Mercosur debe flexibilizar sus mecanismos de negociación para apresurar la integración de Brasil a las cadenas de valor globales, la ministra Tereza preferiría eliminar la competencia de la Argentina y Uruguay para proteger al sector agrícola. Estas visiones contradictorias solo serán resueltas en el marco de una negociación en el Mercosur, partiendo del entendimiento de que los acuerdos siempre son caminos de doble mano. También puede anotarse en el haber las expresiones de admiración por el presidente Sebastián Piñera y el modelo chileno. Nadie podría esperar alabanzas al modelo argentino después de recurrir al salvataje del FMI.

El Gobierno de Bolsonaro todavía constituye una incógnita. El gabinete está compuesto de militares, pastores evangélicos, admiradores de la dictadura militar, técnicos y liberales. En materia económica, el Gobierno enfrentará los problemas con desregulación y apertura. En materia social, los antecedentes auguran una dura batalla. El objetivo de construir una sociedad ordenada donde cada uno encaje en un casillero predeterminado abrirá una fuente de conflictos. Las declaraciones de la predicadora evangelista Damares Alves, designada ministra de Mujeres, Familia y Derechos Humanos queriendo implementar los valores de su Iglesia tendrán importantes implicancias para amplios sectores de la sociedad brasileña.

Jair Bolsonaro reunió el 49% de los votos contra 26% de Fernando Haddad en la primera vuelta. En el ballotage Bolsonaro aumentó 6 puntos, mientras Haddad incrementó su caudal en 19 puntos. La diferencia de seis puntos puede explicarse por el rechazo a la vuelta del PT, mientras que los 19 reflejan el miedo a las declaraciones muchas veces contradictorias pero todas apuntando a un mayor control social. Estos votos no pertenecen a un partido y pueden cambiar su destino si los pronósticos auspiciosos demoran en llegar.

La ausencia de Macri dejará una silla libre y siempre habrá quien susurrará argumentos para denostar o justificar la ausencia. El Gobierno de Macri tiene muchos puntos en común con el Gobierno de Bolsonaro, incluyendo las simpatías de algunos miembros de su gabinete. Las dificultades de la actual coyuntura económica requieren un esfuerzo para fortalecer los lazos en América Latina y defender la consolidación de los intereses creados desde la concepción del Mercosur. La falta de un Gobierno estable en Brasil durante los últimos tres años impidió avanzar conjuntamente, no vaya a ser que también ahora se frustren las posibilidades de aunar esfuerzos.

El autor es diplomático.