Disciplina romana: los legisladores nacionales del PRO entre 2016 y 2018

La formación en tortuga fue una táctica de infantería romana que consistía en el solapamiento de los escudos de los soldados hasta formar un caparazón impenetrable. A través de un trabajo de blindaje grupal, las legiones lograban avanzar de manera compacta y disciplinada, evitando quedar expuestos a proyectiles enemigos.

Una nueva investigación sobre el comportamiento legislativo de Cambiemos entre diciembre de 2015 y agosto de 2018 sugiere que el oficialismo desplegó una estrategia análoga en las votaciones del Congreso de la Nación. El estudio, elaborado por Tomás Chester (Universidad de San Andrés), analizó 768 actas con 149.508 registros de votaciones nominales sobre 1015 temas tratados en dicho período. Sus conclusiones muestran que Cambiemos exhibió niveles significativamente superiores de disciplina partidaria en comparación con el massismo, el kirchnerismo, el PJ y la izquierda.

En el ámbito legislativo, la disciplina es entendida como "la capacidad de un grupo de legisladores de alinear sus votos". Este comportamiento es el resultado de múltiples factores, entre los que se destacan el liderazgo o el control ejercido por las autoridades partidarias, las motivaciones electorales de los legisladores y la consistencia de los presupuestos ideológicos dentro de cada bloque.

Dentro de Cambiemos, el bloque Unión PRO mostró mayor grado de disciplina partidaria que la Unión Cívica Radical y la Coalición Cívica. A su vez, los diputados y los senadores de Unión PRO de los distritos de mayor peso electoral mostraron mucha mayor disciplina que sus coterráneos del FPV, la izquierda o el PJ federal.

Uno de los hallazgos más interesantes del estudio es que la disciplina partidaria desciende abruptamente cuando se acerca el fin del mandato de cada legislador. Apenas asumen, la mayoría de los legisladores vota en sintonía con el bloque y con la fuerza política que integra. A medida que se aproxima el fin del mandato, la disciplina partidaria comienza a caer dramáticamente. En el PRO, sin embargo, esta caída se verifica con mucha menor intensidad que en otras fuerzas políticas.

La combinación entre la atomización de la oposición y el alto grado de disciplina partidaria de Cambiemos, y en particular del PRO, contribuyeron a importantes victorias legislativas. Entre ellas se encuentran el pago a los holdouts, la designación de dos jueces de la Corte Suprema o la aprobación de los sucesivos proyectos presupuestarios. Sin embargo, al haber asumido con una importante debilidad legislativa, el alto nivel de disciplina del oficialismo es importante pero no suficiente para lograr quórum propio. En 2019, la disciplina partidaria del PRO será nuevamente puesta a prueba en un contexto electoral que eleva los costos transaccionales y forzará al oficialismo a continuar buscando consensos extrapartidarios como lo hizo hasta ahora.

El autor es director Grupo i4.