ARA San Juan: daños colaterales que comienzan a repararse

A poco de cumplirse una semana del hallazgo comienzan a activarse mecanismos de reparación de medidas preventivas que ahora devienen abstractas o injustificadas.

No solo la jueza Federal Marta Yañez ha dado claras señales que las tareas para llegar al esclarecimiento total de las razones que causaron la tragedia del ARA San Juan demandarán mucho tiempo. Todos aquellos que están relacionados de alguna u otra manera con el devenir de los acontecimientos relacionados con el hundimiento del submarino coinciden en sostener que el proceso para llegar a la verdad será extremadamente largo.

Al margen de esta realidad aparentemente irrefutable, la vorágine informativa oficial, oficiosa y hasta incluso aquella reservada solo a los círculos de poder, alentaron distintas hipótesis que crecieron en fuerza a punto tal de generar resquemores y desconfianza entre civiles y militares.

De la zaga de conjeturas varias y teorías más o menos fundamentadas, muchas correspondieron a analistas particulares. Algunas de ellas apuntaron de lleno contra la reparación de media vida realizada en el complejo industrial CINAR dependiente del Ministerio de Defensa. Sobre este particular, valga decir que si bien las tareas llevadas adelante por ingenieros, técnicos y operarios argentinos están bajo el escrutinio de la justicia, hoy está fehacientemente acreditado que la soldadura perimetral del casco resistente del San Juan "sospechada" de haber sido la posible causa de una abrupta implosión del casco, resistió los 900 metros a los que llegó el submarino, superando ampliamente las condiciones de diseño de la nave.

Muchos han sido los referentes de la industria naval nacional que se han comunicado con este medio remarcando esta situación y en defensa de la calidad de la mano de obra de los obreros navales argentinos.

Puertas adentro de la Armada

Un hecho paradigmático, sin lugar a dudas, es el que aconteció en más de una oportunidad con el personal de la propia fuerza militar protagonista del naufragio. Muchos militares declararon tanto en sede judicial como ante la comisión bicameral, haber protagonizado sucesos que realmente encendieron varias alertas por las cuales aún hay consecuencias que deben ser reparadas a la brevedad.

Tres sonaristas de la corbeta ARA "Spiro" tuvieron la íntima y absoluta convicción de haber escuchado al navegar en inmediaciones de Península de Valdés, golpes metálicos compatibles con el que una tripulación en riesgo de vida, realizaba contra el casco del San Juan a modo de pedido de auxilio.

Los profesionales del mar relataron que habiendo puesto en conocimiento del Comandante del buque la novedad, desde el Comando de Adiestramiento y Alistamiento de la Armada (a cargo del Contraalmirante López Mazzeo) recibieron la orden de alejarse del lugar.

Al ser dichos de boca del propio personal militar, estos hechos, resonaron con la fuerza de un trueno, la comisión bicameral clamó por protección para estos suboficiales para cubrirlos ante "las posibles consecuencias" que pudieran tener ante estas afirmaciones. Pero esto fue un error, no hubo golpes, ni ordenes impropias ni tan solo la menor posibilidad que el San Juan estuviera cerca de esa zona.

No obstante, la Jueza Yañez -al disponer que el Seabed Constructor recorra esa zona- posibilitó que la nave se mantenga en funciones un día más, y esa demora marcó la diferencia entre el éxito obtenido y el ya cantado e irremediable fracaso que finalmente no fue.

El caso del Contraalmirante Vernazza

Osvaldo Andrés Vernazza es el oficial superior de la Armada que en este momento cubre el cargo dejado vacante por López Mazzeo cuando éste fue pasado a disponibilidad en forma preventiva. Es el actual Comandante de Adiestramiento y Alistamiento. Es decir, el responsable máximo de todas las operaciones navales incluyendo la flota de mar, la aviación naval y la infantería de marina. No obstante su carrera está marcada por un hecho que nunca sucedió y que lo puso en la mira del parlamento nacional.

Rubén Darío Espínola es el suboficial de comunicaciones que, cumpliendo su turno de guardia en la estación de radio de la Base Naval Mar del Plata, declaró bajo juramento tener la casi plena convicción de haber escuchado intentos de comunicación procedentes del ARA San Juan y no en una sino en tres frecuencias distintas.

El suboficial detalló que en principio no le prestó demasiada importancia al tema, pero que luego estando franco de servicio y puesto al corriente de las novedades sobre la desaparición de la nave solicitó que se anotara la novedad en el libro de guardia.

Las contundentes declaraciones del militar escalaron a tal nivel que la comisión de acuerdos del Senado postergó el ascenso a Vicealmirante de Vernazza, quien en ese momento era el Director de Comunicaciones e Informática de la Marina. La decisión ocurrió en el marco de las posibles responsabilidades que el máximo oficial del área tendría en esta particular situación.

"Hoy sabemos que esto no fue tal como Espínola de buena fe suponía, algo deberemos hacer para permitir a este almirante proseguir con su carrera libre de sospechas". Declaró para Infobae un miembro de la Comisión de Acuerdos de la Cámara Alta.

De la misma manera, personal de inteligencia de la fuerza de la propia base naval Mar del Plata y otros destinos operativos, se vieron involucrados en supuestas irregularidades que ahora se sabe, no existieron. "Ello no quita que por alguna razón el submarino colapsó y debemos llegar como sea a las causas y dar con sus responsables si es que los hay" señalan las querellas.

Llegan las imágenes del naufragio

En pocos días más, llegarán al país en valija diplomática los soportes electrónicos con las más de 60.000 imágenes y videos que el personal militar embarcado en el Seabed Constructor entregará personalmente a la única destinataria. La Jueza Federal Marta Yañez. Luego de ella, solo podrán acceder a las mismas, el fiscal y las querellas. Ni las autoridades de la Armada ni el propio Oscar Aguad serán invitados a verlas. "Estamos comprometidos solo con la verdad", declaran en Caleta Olivia.