Peronismo: pito catalán a la esperanza

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Otra vez el peronismo les hizo pito catalán a los argentinos. En la Cámara de Diputados de la Nación, uniéndose con lo que dicen que no son, le arrebataron una banca al oficialismo en el Consejo de la Magistratura.

Para los que no están familiarizados con el tema, el Consejo de la Magistratura es el órgano constitucional para transformar la Justicia. Trece miembros, entre abogados, legisladores nacionales, jueces y académicos, participan de la elección y la sanción de los magistrados.

¿Y por qué me preocupa? Porque la actual gestión del Consejo con mayoría del oficialismo logró cubrir, conforme al proceso de selección vigente, 201 cargos de juzgados vacantes desde hace muchos años que el kirchnerismo prefería cubrir con jueces amigos mediante el uso abusivo de la ley de subrogancias, que le permitía a un juez en ejercicio o secretario de juzgado firmar los despachos de un juzgado vacante cobrando un plus del treinta por ciento. Pero también me preocupa porque este Consejo logró lo que nunca antes se hizo. En 3 años, 36 juicios políticos a jueces sospechados de mal desempeño, 30 jueces destituidos o renunciados, 14 jueces se fueron por conductas reprochables.

También efectuó auditorías sobre los juzgados federales que resultados terribles sobre la gestión y la demora en estos. Auditorías que todos esperamos que se extiendan al resto del Poder Judicial y de manera regular, porque lo que no se mide no se puede mejorar.

Desde que volvimos a la democracia el peronismo tuvo mayoría en la Comisión de Acuerdos del Senado que es donde se aprueban o no los pliegos de los magistrados. Cabe destacar que se aprobó recientemente el del doctor Sebastián Argibay para juez federal de Primera Instancia de Santiago del Estero, sin el voto de Cambiemos, postulación que la doctora Elisa Carrió y su equipo impugnó, por estar sospechado de vínculos con el narcotráfico y denunciado en su provincia por mentir en sus declaraciones juradas, lo que conforma un delito penal. ¿Qué quiero decir con esto? Que el peronismo no quiere que los jueces que ellos nombran puedan ser juzgados por un Consejo que funcione correctamente. Por lo que era necesario sacarle una banca en el Consejo al oficialismo para impedir esto.

El peronismo desde hace 70 años nos viene sometiendo como sociedad a sus internas, y los argentinos les hacemos el juego, porque muchos ingenuamente les creen cuando se despegan que estos son distintos a aquellos porque se separaron. Son y serán lo mismo, un fuerza que violenta las instituciones cuando está en el poder y cuando lo quiere conquistar, buscando el beneficio económico para propios y amigos, como ha sido demostrado y venimos denunciando en soledad y en la Justicia desde el 2004.

Hubo una señal que anunció esto, algunos la vimos venir, otros actuaron ingenuamente. El mes pasado, cuando la doctora Carrió debió asumir la presidencia de la Comisión Bicameral Permanente de Seguimiento y Control del Ministerio Público, en reemplazo de la diputada Graciela Camaño que dejaba el cargo, el peronismo vació la comisión y esta no pudo constituirse. El peronismo no iba a permitir que una republicana de ley presidiera una comisión que debe controlar el desempeño de los fiscales, que son los que deben acusar en un proceso. No hubo gran revuelo por ello, no hubo indignación ante la falta de compromiso de sus integrantes para constituirla. El peronismo le hizo pito catalán al oficialismo, impidiendo la constitución de esta. Ahora Camaño tiene su banca en el Consejo de la Magistratura.

Hoy nuevamente los argentinos debemos custodiar con nuestra mirada atenta el desempeño no solo de los jueces, sino también de este peronismo que se recicla permanentemente y que busca nuevamente seguir garantizando impunidad. No olvidemos, sin Justicia no hay república.

La autora es diputada nacional (Coalición Cívica-Cambiemos).