Economía de mercado: libertad y prosperidad para todos

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Recordemos que se trata de un Sistema Económico en donde las decisiones fundamentales de qué, cómo y para quien producir se resuelven a través del mercado. Es decir la interacción entre la oferta y demanda es la que determina la cantidad y precio de equilibrio de los bienes y servicios transados. Asimismo, el mercado se encarga de la distribución de la renta a través de la posesión de los factores productivos (capital, trabajo, etc.) y el Estado por su parte, tiene el rol de proveer de un marco jurídico que permita la libre competencia e iniciativa de las empresas. Esto incluye la protección de los derechos de propiedad, la intermediación de conflictos y solución de controversias a través del Poder Judicial y la actuación subsidiaria en aquellos casos en los cuales la competencia no sea factible o esté limitada (Salud y Educación Pública).

Basar un sistema en la Economía de Mercado da importancia a los equilibrios originados entre oferentes y demandantes, que determinarán sus asignaciones de bienes y servicios a producir y consumir con un alto grado de independencia de poderes o instituciones.

Para la existencia de mercados libres se necesita que los distintos gobiernos se centren en el control y la supervisión de los derechos de productores y consumidores en lugar de manejar a voluntad sus actividades. Sistemas políticos proteccionistas están en las antípodas de economías libres, tales como aquellas fomentadas por el keynesianismo: desborde fiscal, déficits permanentes, retenciones, etc..

El estudio del concepto de libre comercio asegura asignaciones de recursos eficientes, simplemente, dejando su funcionamiento en las manos de los particulares. La teoría de la mano invisible de Adam Smith es la columna vertebral también de este concepto.

Con el desarrollo histórico de teorías que dan protagonismo al sector privado, la definición de Economía de Mercado ha ido evolucionando hasta la actualidad como pilar fundamental e indiscutible de la economía global, en un contexto de exitoso multilateralismo con las siguientes características básicas:

– Los problemas se resuelven a través de la libre interacción de los individuos, tratándose de un sistema de elección descentralizado.

– Cuando el mercado es competitivo, el resultado será una utilización de los recursos eficiente, conduciendo al crecimiento económico promoviendo la innovación e inexorablemente la consecuencia natural es la disminución de precios al consumidor.

– Evita que gobiernos e instituciones distorsionen las actividades económicas respondiendo a diferentes intereses individuales o de grupos de poder y por ende no requiere de una planificación centralizada en donde las autoridades deben decidir sin tener completa información de los costos, preferencias y otros factores que afectan el equilibrio del mercado.

– El Estado debe ser garante de los derechos de propiedad y responsable del entorno competitivo.

– Una de las características más importantes de una Economía de Mercado, también llamada Economía de Libre Empresa, es el papel de un gobierno ajustado a sus funciones específicas. Karl Popper describía con meridiana claridad: "La economía puede ser graficada como un campo de fútbol donde el Estado está representado por el referí y los jueces de línea que establecen las reglas de juego y aseguren la competencia entre los jugadores de ambos equipos (los particulares) para que ellos, jueguen sus partidos en libertad y competitividad".

Resulta útil recordar que la Economía de Mercado al basarse sobre la elección y opción del ciudadano en su calidad de consumidor lo pone frente a la necesidad de decidir, de asumir responsabilidades y sin duda una sociedad formada por ciudadanos con el hábito de la responsabilidad en sus tareas personales podrá lograr más fácilmente la armonía social, concluyendo que la libertad económica contribuye a la tolerancia y entendimiento entre los seres humanos. Por el contrario el mercado fiscalizado por el Estado proporciona al hombre la oportunidad de expresar todos los ciegos prejuicios e intolerancias, a los que siempre está sujeto. La Economía de Mercado tiene la extraordinaria virtud de ser impersonal, anónima por lo que las relaciones humanas no suelen caracterizarse por encarnizados conflictos personales y además posibilita la colaboración voluntaria siempre necesaria para lograr la convivencia pacífica entre los hombres.

Por otro lado, el Sistema Planificado Estatal que obliga a la distribución compulsiva, amenaza seriamente a una de las piedras angulares de todas las libertades: la igualdad ante la Ley. Una sociedad donde se fomentan tan groseras desigualdades enfrentado al cuerpo normativo de una Nación es poco probable que preserve aquel principio, en los demás terrenos.

Por ello, el mercado libre es el único que, sin coerción, controla y neutraliza pacíficamente las imperfecciones humanas, utilizando lo aparentemente inaprovechable en bien de la comunidad, coordinado el interés colectivo a través de la competencia. Cuando el Estado interfiere, surgen los privilegios y luego inevitablemente…la corrupción.

¿Por qué entonces este Sistema con tantas virtudes ha sido sensiblemente deformado y condenado aún en los países que con él han logrado su riqueza y felicidad?

Entendemos que hay varios factores, entre los cuales, algunos son definitorios: ignorancia sobre los beneficios inigualables de la libertad económica, feroz crítica por parte de los regímenes totalitarios (marxismo y nacional-socialismo, entre los más virulentos), de algunas confesiones religiosas en particular y fundamentalmente por John Keynes, economista inglés (1883-1946) declarando que su intención era salvar al capitalismo, constituye lamentablemente quizás uno de las mayores distorsiones perpetradas en los tiempos modernos.

Con la Economía de Mercado lo que ocurre es que no se conoce profundamente su funcionamiento y por lo tanto hay mucha gente que con la mejor intención – por razones emocionales básicamente – pretenden que funcione con limitaciones y deformaciones que la hacen totalmente ineficaz.

El caso más interesante y emblemático es sin dudas Alemania, desvastada y destruída en 1945 cuando un hombre gris y comprobados desequilibrios siquiátricos fue el responsable de edificar un régimen perverso que dejo postrado a su país en la más absoluta miseria. Al término de la Segunda Guerra Mundial, el "Milagro Alemán" tuvo como actores fundamentales al Canciller Konrad Adenauer y a su Ministro de Finanzas Ludwig Erhard, unido al inigualable espíritu de trabajo y esfuerzo de todos sus conciudadanos.

Alemania se recuperó extraordinariamente a través de una impresionante recuperación económica cuyo resultado es ser hoy la cuarta potencia del mundo y simultáneamente, cabeza y locomotora de la Unión Europea. Más aún, se está erigiendo firmemente como líder mundial de la globalización, integración e interdependencia en los campos de la política y la economía y más aún, convirtiéndose en adalid en la lucha contra el racismo xenófobo y los populismos que intentan resurgir en diversos países, incluso en los más avanzados pero que no tienen futuro ya que su fracaso es inexorable como se ha demostrado a largo de la historia.

Cabe mencionar que una de las duras críticas habituales hacia la Economía de Mercado es que produce desocupación y que crea insalvables desigualdades entre los que más tienen y aquellos que no tienen igual suerte. Nada más alejado de la realidad. Tomemos como ejemplo Baviera: esta región del sur de Alemania que representa el 11% del territorio total, aporta el 27% del PBI. Es la mayor concentración mundial de industria automotriz / aeroespacial y el desempleo no llega al 1,5%. Con semejante demanda laboral, es difícil para los empleadores conseguir mano de obra calificada y como consecuencia de la escasez de oferta, los salarios son elevados siendo esta zona caracterizada por tener unos de los mayores ingresos "per cápita" del planeta.

Los que se oponen a este sistema económico también mencionarán en este punto que la Economía de Mercado sólo es aplicable a los países más desarrollados y por lo tanto, impracticable en los emergentes. La historia demuestra lo contrario. En nuestra región, Chile hace décadas se ha consolidado como la economía más sólida de América Latina. Perú está creciendo a pasos agigantados y Argentina estuvo hasta 1.930 compitiendo de igual a igual con las Naciones líderes durante el primer tercio del Siglo XX.

En definitiva, la Democracia y la Libertad Económica han sido responsables del mayor progreso de la humanidad en los últimos doscientos años siendo la Economía de Mercado el sistema compatible con una justicia independiente basada en el cumplimiento de la igualdad ante la Ley con el fin de asegurar la preservación de los derechos y garantías individuales por los cuales la humanidad lucho penosamente durante siglos, especialmente durante la oscuridad de la Edad Media. Todo ello con el fin de lograr el máximo bienestar de la comunidad toda – no de determinados grupos – en forma permanente, en paz y sobretodo en libertad, requiriéndose coraje para tomar las decisiones correctas, convencimiento y perseverancia en los principios y políticas de estado perdurables y sustentables en el tiempo.