Hacia una nueva generación de ciudades

Luis Bonilla

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Una caravana de migrantes atravesó el suelo centroamericano. Con su mirada puesta en la frontera más al norte de América Latina, los restantes ojos de Occidente acompañan su trayecto sin pestañear. Al menos esta vez. Desde hace tiempo, América Latina paga por diferente medios el alto costo de ser la región más desigual y urbanizada del planeta. Incluso, dejando que se le escurra su gente. Por eso, este 31 de octubre, Día Mundial de las Ciudades, a estas dos características de la realidad de América Latina es necesario incorporar otro aspecto poco mencionado pero también sustancial sobre su población. Según CEPAL, en América Latina nunca antes se registraron tantos y tantas jóvenes como ahora. Podríamos decir que, en términos etarios, la juventud de América Latina es una de las mayorías que hay en la región.

En la fusión de las variables mencionadas, hace cuatro meses, la organización TECHO, junto con otras organizaciones de la sociedad civil y organismos internacionales, lanzó la campaña #CiudadesxJóvenes. Con esta iniciativa buscó levantar el velo de los grandes edificios y avenidas para descubrir el escenario de tensiones, disputas y desafíos que se desarrollan en las ciudades latinoamericanas. Porque lo que es prioridad en la región se dibuja sobre las urbes, y lo que no, se mueve a sus periferias, incluso hasta su punto más al norte.

Uno de los primeros resultados del recorrido de esta campaña, de la que participaron hasta la fecha más de cuatro mil jóvenes de América Latina, es la versión preliminar del Plan de Acción Regional desde las Juventudes: un marco estratégico que sintetiza la visión de los y las jóvenes sobre los desafíos de las ciudades y las propuestas para inspirar una nueva generación de políticas públicas urbanas. Su versión preliminar se presentó recientemente en la XXVII Asamblea de Ministros y Autoridades Máximas en Vivienda y Desarrollo Urbano de Latinoamérica y el Caribe (MINURVI), que se realizó la semana pasada en Buenos Aires, y ya fue incorporado como un material de referencia.

#CiudadesxJóvenes se coloca frente a la narrativa predominante que supone el desinterés o pérdida de valores de los y las jóvenes, y es una muestra de que, lejos de ser una mayoría silenciosa, las juventudes latinoamericanas construyen las ciudades cotidianamente.

Las podemos encontrar organizándose colectivamente para llevar adelante proyectos de inclusión y diversidad, emprendimientos que promueven una economía más justa y solidaria, iniciativas para construir ciudades y sociedades de paz, formas alternativas de relacionarnos con el medio ambiente, entre otros.

Las vemos resistir con valentía, creatividad y solidaridad los ajustes, la precariedad, la exclusión y la violencia. Y también somos testigos de su capacidad para levantar oleadas de movilización, para defender y transformar la democracia, construir el derecho a la ciudad desde el territorio, promover los derechos civiles, políticos, sociales, económicos, culturales y ambientales. Es decir, la primera conclusión a la que llega #CiudadesXJóvenes, como proceso vivo y dinámico, es que los y las jóvenes somos fuerza y espíritu de las ciudades de América Latina.

Por eso, entre el 29 de octubre y el 1º de noviembre, más de mil jóvenes de Latinoamérica nos reunimos en el evento que denominamos Campus Urbano, en Tecnópolis, Buenos Aires. Para hacer tangible ese gran encuentro de ideas y experiencias del que fuimos parte desde decenas de ciudades de nuestra región. Para seguir ampliando y profundizando ideas, sumando nuevos matices a nuestras propuestas y haciendo resonar con más fuerza el llamado a que se nos conciba no solamente como receptores de las políticas públicas, sino como actores que actualmente contribuimos, y que debemos ser tomados en cuenta como sujeto activo de las políticas urbanas. Porque queremos ciudades donde nadie más sea excluido. Porque queremos trabajar y construir genuinamente, entre y para todos y todas, una nueva generación de ciudades con todas las diversidades y sin desigualdades.

El autor es director de Relaciones Institucionales de TECHO Internacional.