Por qué la renuncia de Caputo no es una buena noticia

Diego Falcone

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La salida de Luis Caputo no es una buena noticia. Esta es la primera y única lectura que podemos hacer de la salida del ahora ex presidente del BCRA.

En más de una oportunidad demostró su valía: el 4 enero colocó bonos por nueve mil millones de dólares justo un mes y medio antes de que se cerraran los mercados de deuda tanto para la Argentina como para los mercados emergentes en general (obvio que para nosotros fue letal). El 15 de mayo, en uno de los tantos súper martes de Lebacs, sorprendió a todos emitiendo más de dos mil millones de dólares de bonos en pesos a inversores extranjeros y dando una vez más oxígeno a la administración de Mauricio Macri. Fue también el artífice del bono a 100 años (el Global 2117) y quien inició el desarme de las Lebacs.

El Gobierno perderá uno de sus jugadores más experimentados y, con su partida, el equipo económico quedará en mano de buenos funcionarios, con una formación académica envidiable, pero con poca experiencia en el trato con los mercados. Justamente esa pata será clave en 2019 para dejar atrás definitivamente la crisis desatada el pasado 25 de abril.

Acuerdo con el FMI

En las próximas horas seguramente Nicolás Dujovne anuncie un buen acuerdo con el FMI y eso traiga alivio a los mercados, pero no debemos perder de vista que la salida de Luis Caputo nos dejará expuestos ante el próximo vendaval que nos toque enfrentar.

Por ejemplo, solo en esta semana tendremos novedades de la Reserva Federal sobre la evolución futura de la tasa de interés. En Brasil, las encuestas predicen una elección mucho más cerrada entre Bolsonaro y el candidato de Lula (malas noticias). También sigue abierta la crisis entre China y Estados Unidos por cuestiones comerciales, y el petróleo continúa firme y ya supera los 80 dólares por barril, metiéndole presión otra vez a la inflación.

Como podemos ver, el contexto no es favorable para la Argentina, que todavía no ha podido dejar atrás la crisis y encima ahora pierde una de sus figuras. El horizonte sigue puesto en abril de 2019 (por la cosecha, Vaca Muerta, etcétera) y por eso seguimos optimistas, solo que ahora el camino se ha vuelto un poco más arduo e incierto al perder uno de los pocos capitanes experimentados que tenía el barco. Una pena, lo vamos extrañar.

El autor es economista.