¿Podría existir un "Importa Simple”?

Martín Clément

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Con la reciente aparición del sistema Exporta Simple, creado por el Gobierno para facilitar las exportaciones para las pymes, y la decisión oficial de incrementar el monto de las compras internacionales que puede realizarse con la intervención de los couriers, ha recrudecido el histórico enfrentamiento entre estos y los despachantes de aduana. Estos últimos aducen que estas medidas atentan contra su trabajo, ya que el procedimiento de declaración para aquellos es sensiblemente más simple que en el resto de las operaciones.

La principal razón para que los couriers compitan deslealmente con los despachantes es la existencia misma del Registro de Exportadores e Importadores. A principios de los años 90, con el decreto 2284/91 de desregulación, se eliminó ese registro y todo aquel que tenía CUIT podía importar o exportar. Luego de algunas irregularidades detectadas por la aduana, se decidió volver al registro y, de paso, eliminar las importaciones por cuenta y orden, salvo para los couriers.

Otra diferencia respecto al régimen general consiste en que, cuando se importa por courier, no se abona el 20% y el 6% de anticipos de IVA y ganancias, lo que es claramente discriminatorio. Por otro lado, los couriers, además de estar exceptuados de tramitar las famosas SIMI y licencias no automáticas, gozan en la importación de facilidades operativas muy importantes, ya que cuentan con lugares habilitados para despachar más rápidamente las cargas, y para asegurar una declaración exacta del operador, es decir, sin riesgo de infracciones. En cambio, los despachantes y los agentes de carga deben operar en los depósitos fiscales generales, donde el procedimiento de toma de contenido es caro y engorroso, y los riesgos de cometer errores en sus declaraciones se multiplica. Esto y la marcada concentración de gran cantidad de cargas en los pocos couriers existentes explica buena parte de la diferencia de costos entre ambos sistemas.

Como una posible solución, se podría pensar en habilitar a determinados prestadores (depósitos, agentes de carga y despachantes), que cumplan con ciertas condiciones (garantías, escáneres, delimitación de espacios especializados, etcétera) a actuar de forma conjunta dentro de un régimen similar al de los couriers, es decir, por cuenta y orden de mandantes, con los mismos límites de valor y peso. En tiempos de potentes sistemas informáticos y grandes avances tecnológicos que permiten controles más eficientes y anticipados, no es tan necesario imponer restricciones a quienes importan y exportan, como si fuera una posible actividad delictiva. De esta manera se expandiría la competencia, y para las mercaderías sujetas a intervenciones previas, que usualmente son retenidas si arriban por courier y pasadas al régimen general, al contar con asesores experimentados integrados a una cadena logística previamente definida, su liberación se produciría más rápidamente y a menores costos.

Para producir cambios importantes se debe salir de ciertos paradigmas, pero para eso hay que transformar creencias a veces demasiado arraigadas en nuestra sociedad.

El autor es gerente general de Clément Comercio Exterior.