Fake news contra el papa Francisco

Compartir
Compartir articulo

Noticias falsas de adentro

La noticia que sirve de título a la presente se refiere a manifestaciones infectadas de falsedad pertenecientes al obispo de la Iglesia Católica Carlo María Viganó. El ex nuncio en los Estados Unidos en una carta puso de relieve un contenido más o menos preciso pero inverosímil, falso, capcioso, prejuicioso y mal intencionado. Resultado de un acto libre producto de la vanidad y la soberbia del reverendo. Notas estas últimas que desarrollaremos al final.

Las declaraciones atacan al papa Francisco y piden su renuncia. Para una detallada y profunda mirada acerca de los ataques, el porqué, qué hay detrás, remito al lector al reportaje que sobre el tema hizo el diario El Mundo de España al más prestigioso vaticanista, Gerard O´Connell, que durante los últimos 30 años cubrió la información en la Santa Sede para un medio de prensa de los Estados Unidos.

Baste consignar por nuestra parte que la acusación de Viganó asegura que Francisco encubrió al arzobispo McCarrick y le levantó las sanciones privadas que supuestamente Benedicto XVI le había impuesto. Pero la verdad es que no hay ninguna evidencia de eso, y Viganó no ha aportado ninguna prueba. Y que, conocida la reciente denuncia contra el cardenal, inmediatamente el papa Francisco mandó quitarle la condición de cardenal, sacarlo preventivamente de la jurisdicción e incoarle la respectiva causa.

"No somos animales", dijo el Papa

Tras referirse al asunto, en la misa del día lunes 3 en la Casa Santa Marta, el Papa, frente a la ofensa y el escándalo, se inclinó por el silencio y no contestarle, siguiendo los ejemplos de Jesucristo, según afirmó. Durante la misa celebrada este martes 4 de septiembre, el papa Francisco destacó la importancia de hacer examen de conciencia para conocer lo que ocurre en el corazón y ser capaces de avanzar movidos por el Espíritu Santo y no por el instinto: "No somos animales, somos hijos de Dios", dijo.

Nos parece oportuno reflexionar sobre el significado del "no somos animales". ¿Qué estamos diciendo? El animal es una realidad exterior a mí, dotada de vida, "capaz de reciprocarme en alguna medida; medida que yo puedo, en principio, calcular" dice Ortega y Gasset. "Para coexistir más con el animal, lo único que puedo hacer es reducir mi propia vida, elementalizarla, entontecerme y aneciarme (terquear) hasta ser casi otro animal". Y agrega: "No solo es limitada nuestra coexistencia con el animal, es azorante, por el carácter confuso, borroso, ambiguo que percibimos en el modo de ser de la bestia, por lista que esta sea". Laín, por su parte, nos enseña que desde el ser que yo soy el animal me es un "casi-yo" y agrega: "Hay animales muy inteligentes" y hombres de muy "bajo nivel de conciencia", "de donde la distancia absoluta entre el animal y el hombre llega en ocasiones a hacerse mínimo" (Teoría y Realidad del Otro, Alianza Editorial, pág. 499).

Estando clara la diferencia entre uno y otro, poco sabemos de la realidad del hombre con un corazón salvaje. Con quien muchas veces coexistimos. A diferencia del animal, es casi-libre y a diferencia del hombre, es casi-puro instinto. A veces disfrazado con el hábito de monje y cuernos, tal como lo representa Juan de Flandes en su obra La tentación de Cristo (sobre el pasaje del libro de Mateo de Jesús y el Diablo).

Jesucristo elude al Diablo y a sus perseguidores

Jesucristo, volviendo del Jordán, conducido por el Espíritu en el desierto, estuvo durante 40 días sin comer y sintió hambre. Entonces apareció el diablo, quien lo tentó diciéndole: "Si eres hijo de Dios, di a esta piedra que se convierta en pan" y Jesús le contestó: "Está escrito: No sólo de pan vive el hombre" y al cabo de eludir esa y otras tentaciones del demonio comenzó la predicación en Galilea y con ella y su anuncio que era el Hijo de Dios Padre provocó la ira de todos, los que después de oírle se pusieron de pie en el Templo, lo condujeron afuera, a una altura escarpada con el propósito de matarlo, de donde se marchó "pasando por medio de ellos" (Lucas 4, 14-26).

La tentación de Cristo, Juan de Flandes

infobae

Representación del pasaje del libro Mateo donde el Diablo, con hábito de monje, un rosario en la mano y cuernos sobre la cabeza, tienta a Jesús para que convierta una piedra en pan.

La noticia que comentamos sorprendió al mundo con una gran mentira disfrazada de verdad provocando un escándalo. La verdad no tardó en ser comprendida por la gran mayoría de los receptores, como tampoco el hábito del reverendo alcanzó para ocultar la soberbia del señor Viganó y las blasfemias y mentiras de las que fue autor en ocasiones anteriores contra otros pontífices tal como lo señala O'Connell. También sirvió para revelarnos que el propio sujeto había encubierto durante años hechos aberrantes sin denunciarlos. Por último, involuntariamente advirtió al mundo que una ultraderecha clerical norteamericana está dispuesta a atacar el cambio de rumbo del pueblo de Dios en la Tierra conducido por el Santo Padre en dirección a una existencia más cristiana.

La soberbia

Creemos que es de buen cristiano tratar de explicar lo que advertimos en la base de las palabras falsas, públicas y dañinas para el pueblo de Dios del señor Viganó. Lo que no significa juzgarlo. En su corazón vemos una gran altivez y un apetito desordenado de ser preferido a otros. Como cuenta O´Connell, hace muchos años que lleva a cabo una infructuosa pelea por el capelo cardenalicio que está seguro de merecer. Esta es la más alta distinción honorífica que el Papa puede conceder y le da derecho al cardenal de participar en el Cónclave del Colegio cardenalicio que elige al obispo de Roma. La vanidad o soberbia es el camino que conduce a negar a Dios, encubriéndolo o desligándose decía Zubiri: "Lo que hace posible sentirse desligado es la 'suficiencia' de la persona para hacerse a sí mismo oriunda del éxito de sus fuerzas". Y prosigue más abajo: "Es lo que San Juan llamó, en frase espléndida, la soberbia de la vida. Por ella el hombre se fundamenta en sí mismo. La teología cristiana ha visto siempre en la soberbia el pecado capital entre los capitales, y la forma capital de la soberbia es el ateísmo". Ya no es Dios el fundamento de mi creación y yo me fundo en mí, en mi propio factum. Porque quien se desliga de sus semejantes como si su propio fundamento fuera el sí mismo, procede a desplazar a los otros y termina desplazando a Dios y poniéndose en su lugar. Divinizándose. Ese es el fracaso radical de una vida cristiana. Lugar del que es muy difícil regresar.

Por lo que creemos que es muy grave la ofensa del obispo al Papa, imperdonable la ofensa del obispo al pueblo de Dios y la ofensa contra sí mismo al incurrir en un fracaso donde se coloca en la más absoluta soledad. "Dios resiste a los soberbios, pero da gracia a los humildes" (Santiago, 4:6).

Frente a la falsedad la verdad

El Santo Padre propone el antídoto más eficaz contra el virus de la falsedad que es la verdad, "una verdad que, entendida desde la visión cristiana, no es solamente sacar a la luz cosas oscuras, 'desvelar la realidad', sino que la verdad hay que buscarla también en la relación personal", dice, ya que la verdad "no se alcanza realmente cuando se impone como algo extrínseco e impersonal; en cambio, brota de relaciones libres entre las personas, en la escucha recíproca". En el encuentro y el diálogo. (Del mensaje del papa Francisco, 24 de enero de 2018).