El reciente Congreso Mundial de Alzheimer llevado a cabo el mes pasado en Chicago, EE.UU, arroja que ya existen estudios para mejorar la precisión diagnóstica de la enfermedad y se espera que en los próximos tres años tengamos algún tipo de tratamiento que modificaría su curso. Los resultados preliminares presentados en el Congreso fueron realmente alentadores y generan una luz de esperanza.
En la Argentina, hay aproximadamente 4.700.000 personas mayores de 60 años de edad, según el último censo de 2010, de las cuales -según estimaciones recientes- podemos inferir que hay aproximadamente 1.000.000 de argentinos con deterioro cognitivo y 480.000 con
algún tipo de demencia. Con una población cada vez más longeva en el mundo, la detección temprana es de vital importancia.
La importancia de la detección temprana
El Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa, de curso progresivo, y es causada -en parte- por la acumulación de una proteína anormal en el cerebro conocida como amiloide. Si bien es irreversible desde el punto de vista fisiopatológico, existen diversos tratamientos que ayudan a mejorar los síntomas. ¿Cómo detectarla? En la actualidad, la presunción de
padecer esta patología representa uno de los principales motivos de consulta al médico neurólogo. Un síntoma que aparece habitualmente durante la consulta es la pérdida de memoria para hechos recientes, tales como olvidar citas o dónde se dejan los objetos, preguntar muchas veces lo mismo o no recordar a personas que se acaban de conocer. Es que la enfermedad de Alzheimer involucra áreas del cerebro que controlan la velocidad de pensamiento, la memoria y el lenguaje, entre otros aspectos.
Es frecuente que el paciente, por miedo a ser internado o como mecanismo de negación, tienda a minimizar sus síntomas o ignorarlos mientras que los familiares, angustiados, pueden llegar a exagerar la intensidad y frecuencia de sus manifestaciones. Ahora bien, existen indicios de alarma que hay que tener en cuenta a la hora de hacer la pesquisa: disminución de la memoria reciente, dificultades en la ejecución de tareas que realiza habitualmente, problemas con el lenguaje y la comunicación, desorientación en tiempo y lugar, disminución en las capacidades de razonamiento y juicio, problemas con el pensamiento abstracto, extravío de objetos o colocación en lugares erróneos, cambios del ánimo o del comportamiento, cambios en la personalidad, y disminución de la iniciativa.
Ante la presencia de estos indicios, es importante consultar con un neurólogo experimentado en este tipo de problemas. Durante la entrevista, el profesional formulará preguntas, realizará diferentes pruebas y, en caso de ser necesario, solicitará estudios complementarios (análisis
clínicos, imágenes del cerebro y evaluación cognitiva).
La Evaluación Cognitiva (o test neuropsicológico) permite detectar el perfil de alteraciones enunciadas mediante la medición y cuantificación del desempeño de un individuo en sus diversas funciones cognitivas (orientación, memoria, atención, lenguaje y funciones ejecutivas)
mediante un grupo de testeos normalizados.
El Alzheimer no es una enfermedad hereditaria y los factores de riesgo son muy diversos. Uno muy importante es el corazón. Actualmente es sabido que lo que es bueno y efectivo para proteger al corazón también es útil para el cerebro. De esta manera, el diagnóstico temprano y el control adecuado de la hipertensión arterial, de la diabetes, colesterol y sobrepeso, así como
el abandono de hábitos perjudiciales como el tabaquismo ayudarán a que nuestro cerebro se encuentre más saludable en el futuro.
No está completamente demostrado, pero según recientes estudios, una dieta saludable es probable que ayude a un curso más benigno de la enfermedad. Esta dieta debería incluir frutas, verduras, legumbres y pescados (dado su contenido en omega 3) y, por supuesto, la actividad física ha demostrado ser vital para el cerebro.
Tratamiento y medicación
A pesar de las múltiples investigaciones realizadas en las últimas décadas, lamentablemente no existe hasta el momento tratamiento curativo de esta enfermedad. Los tratamientos farmacológicos específicos disponibles en la actualidad para la demencia por enfermedad de Alzheimer, incluyen fármacos que demostraron mejoría de aspectos cognitivos, conductuales y
funcionales. Son el grupo de fármacos conocidos como los inhibidores de la enzima colinesterasa (donepecilo, rivastigmina y galantamina) y el grupo de antagonistas de del glutamato (memantine).
Por otro lado, con un nivel menor de efectividad, se recomienda derivar al paciente para que realice "estimulación cognitiva". Particularmente para casos leves de reciente comienzo. Esta práctica es coloquialmente conocida como talleres de memoria tanto sea individual o grupal es igual de útil. Consiste en un programa terapéutico que tiene por finalidad mejorar o mantener el funcionamiento cognitivo. En este programa se brindan las herramientas necesarias para que la persona con déficit cognitivo pueda optimizar su autonomía para las actividades cotidianas y mejorar su calidad de vida dentro de las posibilidades individuales en las que se encuentre. Se emplean nuevas estrategias y modalidades para focalizar su atención, recuperar información previamente almacenada, mejorar sus habilidades lingüísticas y resolver problemas.
Dr. Galeno Rojas. Médico Neurólogo. MN 108.382
El Doctor es integrante del Departamento de Neurología del Sanatorio de la Trinidad Mitre, a cargo de la Jefa Dra. Emilia Gatto.