Por qué la economía argentina no deja de caer

El Gobierno tiene que unificar el discurso y presentar un plan consistente para que “el mercado” no siga interpretando cosas que van a suceder en la economía; y detener, de una vez por todas, la ola de desconfianza

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La Bolsa de Comercio (NA)
La Bolsa de Comercio (NA)

Mientras seguimos casi hipnotizados con las novedades del Mundial, el peso se devalúa cada vez más, el precio de las acciones de las empresas argentinas se derrumba, y la economía real ingresa en la etapa de recesión con inflación. Es decir: continuamos en caída libre y con la sospecha de que todavía no pasó lo peor.

¿Por qué sigue sucediendo, después del préstamo del Fondo Monetario Internacional y la recategorización de país de economía de frontera a emergente?

Ayer funcionarios del Gobierno buscaban la explicación en un falso rumor: el presunto anuncio de un impuesto extraordinario para las transacciones de acciones de empresas argentinas.

Sin embargo, los analistas financieros "independientes" lo explicaban de otra forma. Decían que "el mercado" no solo está descontando una fuerte recesión, también está castigando a la Argentina porque presume que ya no habrá una recomposición de tarifas consistente con lo que había anunciado el presidente Mauricio Macri y porque supone que al Gobierno le será muy dificultoso cumplir con las metas del FMI, a un año de la nueva competencia electoral.

Es verdad: lo que hace a la Argentina la más vulnerable entre las vulnerables economías emergentes es, además de la suba de las tasas de referencia de los Estados Unidos y el aumento del precio del petróleo, la sequía del campo y su eterno e inmanejable déficit fiscal.

Pero el otro gran motivo es la emisión de bonos soberanos, que en su momento sirvieron para captar miles de millones de dólares del exterior, y ahora están siendo vendidos a un ritmo vertiginoso, lo que provoca una ola de desconfianza que cada tanto se retroalimenta, como en el día de ayer.

¿Tiene el Gobierno, de verdad, herramientas para protegerse de semejante bajón, o ya se le acabaron todos los instrumentos?

La mayoría de los argentinos, simples mortales, muy lejos de los enjuagues financieros, no tenemos la capacidad de influir en las decisiones de los fondos de inversión. Pero el Gobierno sí tiene la facultad para unificar el discurso, decir cómo y hacia dónde debe ir la economía y el país. Es decir: presentar un plan consistente para que "el mercado" no siga interpretando cosas que van a suceder y detener, de una vez por todas, la ola de desconfianza.

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