La eterna vocación argentina de ser irresponsables

Carlos Lionel Traboulsi

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Pareciera que los argentinos tenemos vocación de irresponsabilidad. Porque si el bien jurídico tutelado que encabeza la pirámide de derechos en nuestro sistema legal, la vida, es objeto fácilmente de debate sin previa modificación de la Carta Magna, qué les puede quedar a los inversores de capitales como garantía jurídica de resguardo. Esto y decir que vengan a "suerte y verdad" a invertir a la Argentina es lo mismo.

Este escenario se agrava cuando una fuerza nueva como Cambiemos propone desterrar al populismo por un escenario republicano y democrático. El primero es referenciado por el caudillo, quien ordena lo que hay que hacer. El segundo, por un líder que permite y promueve el debate de ideas para llevar adelante lo mejor para la comunidad y el país. Ahora bien, cuando el líder se expresa claramente sobre un tema, en el caso particular, juramentando la defensa de las dos vidas durante la campaña y, luego de ser electo presidente, reafirmándolo en un acto oficial en la provincia de Tucumán, la "tropa política", por más disidencia y pensamiento propio que pueda tener, debe apoyarlo para que esa imagen de liderazgo y de credibilidad no se afecte.

En la actualidad, frente a los distintos embates políticos y económicos, la oposición hábilmente lo utiliza para desestabilizar, a tal punto que Cristina Kirchner cambia de una postura pro vida a una postura abortista, obligando al PJ a encolumnarse detrás de los K para enfrentar a Mauricio Macri. No se puede pecar de tontos y los legisladores de Cambiemos no pueden hacerle el juego a la oposición. Debieran tener una postura firme a favor de la defensa de las dos vidas.

Debe tenerse en cuenta además la política de los Estados Unidos encabezada por Donald Trump desfinanciando los programas abortistas en todo el mundo y proyectando la derogación del derecho al aborto que rige desde hace 45 años en los Estados Unidos. La postura que adoptó Macri puede incomodar y disgustar a los Estados Unidos, lo que puede perjudicar en acuerdos futuros. Por otro lado, tenemos la tirante relación con SS Francisco que esta situación agrava.

Finalmente, los medios de comunicación han dado cuenta de que en una de las marchas por la vida se han movilizado más de dos millones de personas en todo el país, se acaban de presentar centenares de miles de firmas contra el aborto y el próximo martes se hará entrega de varios miles más. Es un número considerable de ciudadanos que son con seguridad originariamente votantes del cambio y lo probable es que esta situación condicione moralmente su voto a esta facción política, lo que hará peligrar seriamente la posibilidad de reelección, ya que los sectores abortistas claramente no son pro Macri.

La situación es muy incómoda y se necesita por parte de los legisladores nacionales coraje y convicción para poder separar lo imprescindible de lo importante, sabiendo que lo imprescindible es la continuidad de este Gobierno y los cambios necesarios para que el país pueda tener un futuro cierto serio y de bienestar con inclusión, siendo el voto a favor del aborto quizás el golpe de gracia de su "propia tropa" para decirle adiós a esta esperanza que el pueblo tenía de cambio.

El autor es presidente del Partido Demócrata Cristiano CABA.