Préstamos del FMI: la ideología del mundo hoy es el pragmatismo

Eduardo Mondino

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En estos días los argentinos estamos enfrascados nuevamente en una discusión antigua: ¿Son buenos o malos los organismos internacionales de crédito? ¿Es bueno o malo tomar deuda en el exterior?

"Hacerlo es como entregar nuestra soberanía", dicen algunos. Otros: "Es lo mejor que nos puede pasar, si nos prestan, es porque somos confiables". Me parece que esta cuestión es un poco más compleja y merece mirarse con una perspectiva mucho más amplia.

Hace casi 30 años el mundo observaba el rotundo fracaso, el derrumbe y la implosión del sistema comunista en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), el símbolo fue la caída del muro de Berlín. Aquel mundo de la bipolaridad militar-estratégica y de la Guerra Fría que tenía como actores excluyentes a la Unión Soviética y a los Estados Unidos, que había nacido después de la Segunda Guerra Mundial, concluía abruptamente.

En ese mismo momento entramos a una dinámica política y económica internacional desconocida hasta ese momento, guiada por la globalización y un fenomenal desarrollo tecnológico. A raíz de esto se produjo un sustancial cambio en la matriz productiva e industrial, y en la circulación de bienes y servicios a nivel mundial. Con ello se afirmó la sociedad del consumo basada en el sistema capitalista.

Después podemos discernir si en algún país ese capitalismo es más de libre mercado o en otros casos está más inclinado a un sistema con contrapesos sociales (Unión Europea), o capitalismo en económico pero políticamente comunista (China). Lo que no podemos dejar de vislumbrar es que esto produjo cambios sustantivos en los procesos de acumulación y distribución de la riqueza, producto de la aparición de un nuevo factor de poder internacional basado en la rentabilidad del dinero y la especulación financiera.

Ese nuevo sistema rentista creó instrumentos económico-financieros que tendieron desde su inicio a concentrar grandes recursos, por ende, ser lo más influyentes posibles en las decisiones políticas de los Estados.

Ante este nuevo escenario, los poderes políticos mundiales, expresados por los países individualmente o como bloques regionales, respondieron con la única ideología de estos tiempos, el pragmatismo.

Hay una definición contundente y sin discusión en materia del ejercicio del poder y la administración del Estado: "La política es el arte de lo posible". Hoy el sistema económico y político internacional es global, por lo cual sus instrumentos también lo son, la utilización de estos, para bien o para mal, depende de quienes los administren, es decir, los gobiernos.

Seguir discutiendo y debatiendo en nuestro país si es mejor o peor usar un instrumento de financiamiento internacional, cualquiera sea, es un absurdo. Ningún instrumento es malo en sí mismo, el momento, la oportunidad y su buena administración e implementación lo convertirá en positivo o negativo.

Nuestro país lamentablemente acumula una innumerable cantidad de problemáticas económicas y sociales que solo encontrarán una posibilidad de solución en el largo plazo; los indicadores de desigualdad social y las carencias de infraestructuras básicas son lapidarios. Además, convengamos que hoy el mundo tiene un giro proteccionista en desmedro de países emergentes como nosotros.

Hoy, el presidente Mauricio Macri está actuando de manera pragmática, ante una situación económico-financiera dificultosa a nivel internacional con repercusión local, por lo cual toma decisiones con el fin de prevenir y amortiguar un impacto mayor en la economía argentina. Hacer hoy de este evento coyuntural ideologismo del pasado y sembrar escenarios de catástrofe está solo en el pensamiento de la mediocridad imperante en algunos sectores políticos resentidos, con algo de ignorancia y un poco de mala fe.

¿Alguien tiene dudas del pragmatismo de líderes mundiales como Ángela Merkel, Emmanuel Macron, Xi Jinping, Ram Nath Kovind, Theresa May o Vladimir Putin, entre otros? ¿Algún iluminado supone que cualquiera de estos líderes mundiales, cuando afrontan dificultades que los obligan a tomar decisiones muchas veces antipáticas, hacen ideologismos?

Solo un anécdota: cuando se derrumbó Grecia, allá por el 2012-20 13, Ángela Merkel inmediatamente anunció que los alemanes no ayudarían a los griegos, y usó como argumento la disciplina, el esfuerzo y la austeridad de su pueblo como contracara del despilfarro griego.

Un día después su ministro de Economía le manifestó que su discurso había sido brillante y que había crecido enormemente en la encuestas, pero que lo mismo debería ayudar a Grecia, a lo cual Merkel preguntó por qué. Su asistente le dijo: "El 80% de los bonos griegos están en poder de los bancos alemanes". Ella dijo: "¿Y eso por qué?". Él contestó: "Porque pagaban una tasa del 4%". Al día siguiente Merkel volvió a hablar y dijo: "Esta será la última vez que ayudemos a Grecia". Esto demuestra que la canciller alemana, conocida políticamente como conservadora, es ideológicamente pragmática.

Por eso, aunque geográficamente estamos casi en el fin del mundo, formamos parte de él, y hoy, en el siglo XXI, funciona de esta manera, por encima de nuestros gustos y pareceres. "La única verdad es la realidad".

El autor es ex defensor del pueblo de la Nación. Actual director de Pellegrini S.A F.C.I.