Caso Víctor Saldaño ante la CIDH: la condena a los Estados Unidos y el pedido de las víctimas a la Cancillería argentina

Juan Carlos Vega

Compartir
Compartir articulo

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), a partir del 10 de diciembre del 2016, dictó tres informes de fondo en el caso 12.254 de Víctor Saldaño c/ Estados Unidos. En el lenguaje jurídico, un informe de fondo equivale a una sentencia. En este caso, la CIDH, que es la única jurisdicción supranacional que juzga la conducta de los 34 estados americanos, decidió condenar a Estados Unidos por racismo en su sistema judicial.

El informe de fondo 76-16 de la CIDH condena a los Estados Unidos a sacar de inmediato a Víctor Saldaño del corredor de la muerte. Declara que el corredor de la muerte no es una prisión, sino un sitio técnico de tortura. Declara además la nulidad de las dos condenas a muerte dictadas en contra del argentino por estar impregnadas de racismo. Este es el hecho jurídico y político novedoso e inédito en el sistema de derechos humanos norteamericano. Por primera vez Estados Unidos es condenado por actos de su sistema judicial impregnados de racismo.

Estados Unidos está obligado a cumplir, porque las decisiones de la Comisión tienen valor jurídico vinculante aun cuando no haya ratificado la Convención Americana sobre Derechos Humanos. En el capítulo III del reglamento de la Comisión, se consagra este principio del valor jurídico vinculante de la Declaración Americana sobre Derechos Humanos. Ese es el plexo normativo que se le aplica a Estados Unidos.

Este hecho jurídico y político inédito de que los Estados Unidos, la potencia más grande del mundo, haya sido condenada a liberar a un condenado a muerte por haber estado impregnado de racismo el proceso judicial en el estado de Texas, es el fundamento del pedido que las víctimas hacemos a la Cancillería argentina. Hemos solicitado que nos apoye el Estado argentino para que los Estados Unidos cumplan y acaten el orden jurídico internacional. Hace más de un año que está publicado y notificado el informe de fondo y los Estados Unidos no han cumplido. Hemos pedido a la Cancillería su apoyo, que no solamente es a favor de las víctimas y para lograr que termine la tragedia del argentino Saldaño, que lleva 21 años viviendo en condiciones de tortura y con base en dos sentencias judiciales declaradas nulas. Sino también es un pedido para que la República Argentina apoye a la CIDH, cuyas decisiones Estados Unidos ha decidido no cumplir. Este no es un problema de convenios bilaterales de extradición o de conveniencia política. Este es un tema de compromiso del Estado argentino con la legalidad de los derechos humanos.

De los 2.500 seres humanos que están en el corredor de la muerte de Estados Unidos, este es el único caso en donde se ha logrado prueba jurídica que demuestra de qué manera la discriminación por raza, nacionalidad o religión impregna las sentencias judiciales estadounidenses.

El caso Saldaño ha demostrado que el sistema judicial norteamericano, que es el más garantista del mundo, no es igual para todos. No es lo mismo cuando juzga un WASP que cuando juzga un afroamericano o un latino. Este es el punto central que funda nuestro pedido a la Cancillería argentina para que nos apoye en la búsqueda del cumplimiento de la sentencia dictada por la Comisión Interamericana.

Debemos suponer que la Cancillería está haciendo una evaluación política para medir las ventajas y las desventajas que tendría su apoyo en la relación con Estados Unidos. Creemos que la Cancillería argentina debe entender que este es un caso inédito en el orden jurídico internacional y que ha sentado un precedente en el sistema interamericano de derechos humanos. El apoyo de la Cancillería argentina no es solo para terminar con la tragedia que vive el argentino Saldaño desde hace 21 años, sino también para sostener y apoyar la validez operativa de las decisiones de la CIDH cuando ellas son tomadas en contra de decisiones del Estado norteamericano.

Este es el punto central del caso Saldaño en el 2018. Si Estados Unidos va a cumplir o no con las decisiones de fondo de la CIDH y si la Cancillería argentina va a apoyar a las víctimas y a la Comisión Interamericana para lograr que Estados Unidos cumpla con el orden jurídico de derechos humanos.

El autor es apoderado de Víctor Saldaño ante la CIDH desde 1998, ex presidente de la Comisión de Legislación Penal de la HCDN.